Preparando a vuestra familia


Como le fue revelado a
Marshall Vian Summers
el 4 de junio de 2008
en Boulder, Colorado, Estados Unidos

Texto original: Preparing Your Family

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Lo que estás leyendo en este texto es la transcripción de la voz original de la Asamblea Angélica hablando a través del Mensajero Marshall Vian Summers.

Aquí, la comunicación original de Dios, que existe más allá de las palabras, es traducida al lenguaje y el entendimiento humanos por la Asamblea Angélica que supervisa el mundo. La Asamblea después entrega el Mensaje de Dios a través del Mensajero, tras lo cual es transcrito y puesto a tu disposición y a disposición de todos.

En este extraordinario proceso, la Voz de la Revelación está hablando de nuevo. La Palabra y el Sonido están en el mundo. Que puedas ser el receptor de este regalo de Revelación y puedas estar abierto a recibir su Mensaje único para ti y para tu vida.


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Volumen 4 > Las Grandes Olas de cambio > Capítulo 7

La preparación para las Grandes Olas de cambio requiere muchas cosas. Es importante, si tenéis una familia y estáis casados, que comencéis a prepararles a ellos también. Los niños pequeños no necesitan saber lo que viene, pero vuestro esposo o pareja debe educarse y apoyar vuestros esfuerzos. Esto es muy importante, porque dónde vivís y cómo vivís —vuestra ocupación, donde estáis situados, vuestro transporte, todo esto— será muy importante.

Por supuesto, muchas personas —incluso en los países ricos— están muy mal posicionadas para esto, y debido a que toma tanto tiempo aceptar esto emocionalmente y luego empezar a hacer los ajustes necesarios en la vida, cuanto antes esta preparación pueda comenzar, mejor. Una vez más, el tiempo es esencial. Si tenéis muy poco tiempo tendréis muy pocas opciones, y puede que no podáis hacer mucho.

Si vuestra pareja o esposo está reacio o duda, aun así debéis hacer los preparativos necesarios. Aquí debéis volveros líderes. Debéis asumir la responsabilidad. Vuestros hijos deben saber, por lo menos, que la naturaleza ha sido dañada por la codicia y el mal uso humanos. Las personas han tomado demasiado de los recursos naturales, y ahora hay menos para repartir.

En vuestra familia, los placeres deberían ser simples, y debéis concentraros en vuestra economía, ahorrando todo lo que podáis de vuestros recursos financieros para el futuro, siguiendo las “Recomendaciones” que se incluyen en este libro y comenzando a aprender el Camino del Conocimiento para que podáis conocer el poder guiador que Dios ha puesto en vuestro interior y este esté disponible para vosotros. Ahora otros dependerán de que toméis una acción coordinada.

Por tanto, no tenéis mucho tiempo para la duda y la ambivalencia en este asunto. Vuestra familia se vuelve un gran incentivo para aprender sobre las Grandes Olas, desarrollar vuestra conexión con el Conocimiento y tomar los pasos iniciales que se recomiendan.

Vuestros hijos mayores deberían ser educados sobre las Grandes Olas. Dejadles leer. Dirigidles a los recursos que puedan ayudar a educarlos. Tened conversaciones significativas y objetivas con ellos. Si son reacios o no quieren saber, aun así debéis conducir a vuestra familia. Una vez más, no os baséis en el consenso.

Si hay un desacuerdo grave con vuestro esposo o pareja en relación con el cambio que debe hacerse, aun así tenéis que ser los líderes. Si tenéis claridad y el Conocimiento os está dirigiendo, debéis ser los líderes, y debéis emprender las acciones que sean necesarias para proteger a vuestra familia y vuestros hijos, con o sin la participación de vuestro cónyuge. No podéis deteneros ahora por nadie, porque el tiempo demanda reconocimiento y preparación.

Si tenéis padres mayores, dependiendo de vuestras circunstancias y condiciones, puede que no podáis educarlos. Pero tendréis que planificar cómo se les puede atender, teniendo en cuenta los recursos disponibles. Este puede ser un asunto muy difícil, y puede que necesitéis buscar asesoramiento profesional.

Es un gran desafío ser la única persona que es consciente, mientras que otros siguen durmiendo y soñando. Puede ser un gran reto ser el único que ve, sabe y siente el gran cambio que se avecina, mientras que otros permanecen adormecidos o vuelven la espalda. Pero esta es vuestra preparación, no solo para el mundo que viene, no solo para el futuro, sino también para fortaleceros, guiar a los demás y asumir mayores responsabilidades en vuestra vida. No rechacéis ni resintáis esto. Es necesario, y será redentor para vosotros. Como se ha dicho, las Grandes Olas de cambio están acelerando un proceso que debe suceder de todos modos. Es necesario que maduréis, que seáis objetivos, que seáis observadores, que seáis conscientes de vuestro entorno y que toméis consciencia de vuestra conexión con el futuro y vuestra relación con el futuro.

En vuestra preparación, debéis minimizar los gastos lo máximo posible, incluso si sois ricos. Vais a necesitar estos recursos en el futuro. Vuestros placeres y actividades deberían ser simples, porque ahora necesitaréis conservar vuestra energía y vuestros recursos. No penséis que vuestra situación y estatus financiero se mantendrá en el futuro frente a las Grandes Olas de cambio. Eso sería un error muy grave. Porque en el futuro muchas personas estarán en paro, no tendrán trabajo y estarán financieramente desesperadas y desamparadas. Incluso los gobiernos de los países ricos no podrán proveerles adecuadamente.

Por tanto, es necesario, como en todas las cosas, simplificar vuestra vida, conservar vuestros recursos y empezar a dar los pasos que debéis dar para recuperar vuestra fuerza, recuperar vuestro enfoque, asumir vuestras responsabilidades y proveer a otros eficaz y sabiamente frente a grandes cambios.

Como se ha dicho, puede que tengáis que cuidar también de otras personas. Porque muchos sectores de la población, incluso en los países ricos, serán extremadamente vulnerables —los ancianos, los enfermos, los niños que no tienen padres o que tienen un solo progenitor—. Si podéis, debéis estar en condiciones de asistirles. Porque todos serán más pobres en el futuro según las Grandes Olas disminuyan los recursos disponibles para la humanidad y las economías comiencen el gran y difícil ajuste a la vida en un mundo en declive.

Vuestra realidad económica no se basará en el crecimiento, sino en la preservación. Esa será una realidad muy diferente para la mayoría de las personas. Se acerca. Vosotros podéis verlo. Podéis sentirlo. No necesitáis ser genios para reconocerlo, solo coraje y sobriedad.

Por tanto, todo debe ser fortalecido ahora: el bienestar económico de vuestra familia, la salud de vuestra familia, vuestra relación mutua. Debéis agruparos y trabajar como una unidad tanto como sea posible. Vuestros hijos responderán si reconocen que existe ahora una gran presión financiera. Sus juegos y sus actividades deberían ser simples y naturales. En el futuro, puede que no tengan los placeres o recursos tecnológicos que ahora pueden disfrutar en una nación rica. Tendrán que adaptarse a esto. Todo el mundo tendrá que adaptarse —no solo los pobres, no solo los que están enfrentando infortunio, sino todo el mundo.

Aquí bien puede ser necesario que las familias se unan entre sí para proporcionar recursos y asistencia —redes de familias, a través de organizaciones cívicas, a través de las iglesias, etc.—. Cuanto más avancéis en esto, mejor será vuestra posición y la de vuestra familia.

Es muy posible que tengáis que enfrentar el desacuerdo o la incredulidad. Por desgracia, la humanidad en su etapa general de evolución no es todavía muy inteligente. Inteligencia aquí es la voluntad y la capacidad de aprender y adaptarse. Esto requiere la disposición y la capacidad para cambiar cuando las circunstancias lo requieren, así como para mirar hacia el futuro y prever la necesidad de cambio. En este aspecto, la humanidad en general todavía no ha demostrado su mayor inteligencia.

Así que podéis esperar que haya incredulidad y resistencia. Podéis esperar que mucha gente sea crítica. Ellos creerán que vuestras ideas y vuestro enfoque son demasiado extremos y que lo que estáis señalando para el futuro es demasiado radical, incluso imposible. Pero no podéis ser disuadidos por esto, porque lo que está viviendo es un cambio radical, y eso requiere lo que a muchos les parecerá una preparación radical.

Siempre debéis tener un suministro adecuado de alimentos para vuestra familia, tanto como podáis almacenar, ya que habrá momentos en que los alimentos se volverán difíciles de conseguir o comprar, y con toda seguridad serán cada vez más caros.

Debéis practicar una gran tolerancia con vuestra familia, pues todos ellos experimentarán con el tiempo las tensiones del ajuste. Será difícil para todos. Será difícil para vuestros hijos mayores, que quizá están acostumbrados a vivir con un cierto grado de riqueza, hacer frente a una vida sin esta riqueza. Sed pues muy tolerantes con los demás. Sed lo más compasivos que podáis. Sed pacientes. Pero perseverad. Debéis tener determinación en vuestro enfoque. No podéis permitiros quedaros atrás en vuestra preparación.

Si tenéis una familia, esto significa que tendréis que convertiros en los líderes de esa familia. Significa que tendréis que asumir la responsabilidad de establecer una dirección, tomando medidas y requiriendo a otros que vayan con vosotros. Será difícil, pero también os hará fuertes. La adversidad os hará fuertes. El desacuerdo os hará fuertes. El ridículo os obligará a confiar en vosotros mismos y a confiar en el Conocimiento en vuestro interior.

No actuéis por miedo o pánico, porque ello conduce a malas decisiones. El estado mental que queréis lograr es uno de claridad, objetividad y determinación. Pasaréis por períodos de gran ansiedad y temor. Pasaréis, tal vez, por períodos donde querréis negar esta realidad, huir de ella o encontrar alguna manera más cómoda de acercaros a ella o de considerarla. Querréis disminuirla y pensar que en realidad no es tan mala y que estáis reaccionando de forma exagerada. Pensaréis que deberíais ser más razonables, más racionales, lo que en realidad significa que deberíais actuar como actúan las otras personas. Tendréis momentos en los que os sentiréis impotentes y sin esperanza. ¿Por qué prepararse cuando esto es tan terrible?

Pero estas son reacciones emocionales. Es normal que tengáis este tipo de reacciones, siempre que no sean de larga duración. Es parte de la adaptación psicológica a vivir en un mundo en declive —un mundo de recursos en disminución, un mundo de oportunidades decrecientes y un mundo de mayor estrés—, el cual requiere una mayor cohesión y unidad entre las personas.

Es una extraña realidad que cuanto más ricas son las personas, más separadas están. Cuanta más riqueza tienen, más lejos tratan de estar unas de otras, más se aíslan y más se centran en su relación con las cosas en lugar de entre ellas. Esta riqueza que se busca tan febril y compulsivamente, en realidad debilita a la familia humana y destruye a los individuos que dicen ser sus beneficiarios.

En el futuro, la gente tendrá que unirse. Tendrá que haber una mayor cooperación. Tendrá que haber mayores restricciones en lo que la gente puede hacer, simplemente para hacer que las ciudades y las comunidades funcionen. Tendréis menos libertades personales en el futuro, y esto será difícil. Por necesidad, las personas tendrán que seguir ciertos cursos de acción dentro de las comunidades, según los recursos disminuyan y la necesidad de atender a las personas, especialmente a aquellas que son más vulnerables, se haga cada vez más esencial. La anarquía y el crimen aumentarán, y esto supondrá una gran dificultad.

Estas son cosas que tal vez habéis sentido ya, o tal vez son cosas que no habéis pensado en absoluto. Pero cuando empecéis a mirar hacia el horizonte y a ver las señales del mundo, y según ganéis una mayor objetividad —yendo más allá de la exaltada respuesta de la esperanza y el temor hasta un lugar de mayor objetividad—, seréis capaces de ver la imagen, las posibilidades y las dificultades que sin duda surgirán. Veréis cómo la gente responderá a los requerimientos de los grandes cambios. Veréis a la gente pelear, luchar y competir. Veréis a la gente en la negación. Veréis a la gente culpando a otros, culpando a los gobiernos y culpando a Dios. Veréis violencia. Veréis tragedia. Pero también veréis un gran coraje humano y una gran integridad humana.

Los tiempos difíciles que se avecinan tienen la promesa de traer a la gente a una unidad funcional mayor que la que habéis disfrutado antes. Solo en tiempos de guerra ciertas naciones se han unido con tanta determinación. Ahora estaréis luchando contra el fruto de un mal uso del mundo por parte de la humanidad. Ahora estaréis luchando contra las consecuencias de la codicia, la ignorancia y los conflictos humanos. Y ahora tendréis que hacer frente a la intervención de razas depredadoras en el Universo que están aquí para aprovecharse de una humanidad débil y dividida.

Es como entrar en una gran guerra, pero no es una guerra contra otras personas. Es una guerra contra las circunstancias. Es una guerra contra el fruto del largo e infeliz pasado de la humanidad. Es una lucha contra la naturaleza, en el sentido de que ahora debéis hacer frente a la realidad de vivir en un mundo en declive, donde un número creciente de personas estará bebiendo de un pozo que mengua poco a poco.

El gran umbral aquí es encarar el gran umbral —el umbral para vosotros mismos, para vuestra familia, para vuestro cónyuge o pareja, para vuestra comunidad y para todas las demás personas que os importan.

Es por eso que la preparación interna es tan vitalmente necesaria. Si caéis en el pánico, haréis cosas tontas y tomaréis decisiones muy insensatas e incluso trágicas. Si tratáis de decirles a todos a la vez lo que estáis viendo, os sentiréis abrumados por el desaliento. En vez de eso, en silencio, antes de proclamar cualquier cosa más allá de vuestra familia, debéis construir vuestra fuerza interior.

Es como si estuvierais encarando una gran montaña, y debéis subir esa montaña. Debéis reunir lo que necesitáis, las provisiones que necesitaréis, dejando de lado todo lo que no sea necesario para el viaje. Vosotros os preparáis para hacer esta subida construyendo vuestra fuerza física, vuestra fuerza mental, resolviendo tanto como podáis, simplificando vuestra vida, simplificando vuestro rango de preocupaciones y enfocando vuestra mente y vuestra atención.

A medida que pase el tiempo, veréis la tragedia de personas siendo barridas, perdiéndolo todo en las Grandes Olas de cambio. A medida que crezca la inestabilidad económica, las personas estarán perdiendo sus empleos, sus carreras y sus hogares. Esto ya está ocurriendo en muchos lugares. Veréis más desorden social, sobre todo en las ciudades grandes y en expansión, pero también en las zonas rurales según las economías locales comiencen a derrumbarse.

Veréis estas cosas, y si no estáis preparados os resultarán abrumadoras, y eventualmente habrá poco que podáis hacer para prepararos para ellas. Es por eso que este tiempo es tan importante para ver lo que otros no pueden ver, para sentir lo que otros no sentirán y para hacer lo que otros no harán. Esto os da la ventaja más grande y requerirá una gran fuerza de vosotros. Vosotros necesitaréis esta fuerza como nunca antes.

Por tanto, no os quejéis. No rechacéis estas palabras. No tratéis de volver a un estado mental cómodo con todas vuestras confortables conclusiones y suposiciones. No os refugiéis en alguna experiencia anterior o pasada. No busquéis un escape, escapar a algún lugar o situación en la que no tengáis que lidiar con estas cosas, porque estos lugares ahora no existirán.

Desde un punto de vista más elevado y desde una mayor sabiduría, las Grandes Olas de cambio son lo que la humanidad ha creado para sí misma para forzar una especie de redención. Incapaz de usar eficazmente su riqueza, ahora debe usar su fracaso. La humanidad debe ahora utilizar la adversidad para redimirse. Esta redención no está garantizada, pero bajo las más terribles circunstancias la gente muestra la capacidad de unirse de una manera más desinteresada. La gente tiene la capacidad de unirse para salvarse mutuamente. Es como estar en una casa en llamas. Todo el mundo tiene que arrimar el hombro o la casa se pierde. Todo el mundo debe participar o las personas se pierden. Es como estar en un barco que se hunde lentamente. Todo el mundo se ve obligado a actuar para salvar el buque y salvarse no solo ellos mismos, sino todos.

Las Grandes Olas de cambio requieren cada vez más este tipo de acción desinteresada, y aquellos que pueden cultivar este enfoque desinteresado hacia la vida estarán en condiciones de conducir, ayudar, rescatar y empoderar a otros. Aquellos que son adorados e idolatrados hoy pueden ser reemplazados por un conjunto diferente de líderes cuyas habilidades y compasión les elevarán por encima de todos los demás. Aquellos que son glamorosos, aquellos que son famosos, aquellos que son guapos, aquellos que son encantadores, ¿qué ofrecerán a un mundo en decadencia? Sus posibilidades no son mejores que las de una persona normal, y en algunos casos son mucho peores.

Esto requerirá de las personas un tipo diferente de fortaleza, una fortaleza esencial, la fuerza del Conocimiento. Esto requerirá una mayor integridad, una mayor sabiduría y una mayor cooperación, que son los verdaderos méritos y capacidades de la familia humana. En la opulencia, la gente es disoluta, pero en la adversidad, la gente puede hacer cosas maravillosas.

Simplemente el cuidar de vuestra familia, convirtiéndoos en un líder en ella, estableciendo la visión, dando los pasos y no queriendo renunciar a vuestras responsabilidades por causa de los deseos y preferencias de los demás, representa una grandeza en vosotros. No retrocedáis ante esto, o estaréis retrocediendo ante las mismas circunstancias que habéis venido a servir en el mundo, y pondréis a vuestra familia en peligro como consecuencia.

No podéis salvar a la humanidad. No podéis salvar al mundo. No podéis salvar a vuestra nación. No podéis salvar vuestra ciudad o vuestro pueblo. Pero debéis salvar a los que están cerca de vosotros, y debéis salvar a aquellos entre vuestros vecinos que son los más vulnerables y que se verán más seriamente amenazados por las circunstancias que vienen.

Tendrá que haber mucho compartir y mucha cooperación. Tendrá que haber mucho servicio público. Tendrá que haber una gran contención de la violencia y el comportamiento autodestructivo. Las circunstancias lo requerirán. Mucha gente estará en gran riesgo —los ancianos, los muy jóvenes, los impedidos y los discapacitados—. Muchas personas tendrán que dar un paso adelante para dar más de lo que están acostumbrados a dar. Su tiempo y su energía estarán ahora dedicados a cuidar de los demás. Esto será un requerimiento. Todo el mundo tendrá que arrimar el hombro, o de lo contrario ciudades y comunidades enteras podrían colapsar en un caos y una violencia terribles. El hambre podría surgir incluso en los lugares más ricos, a medida que la distribución de alimentos se interrumpa.

La situación es terrible, horrible o redentora dependiendo de cómo se mire, dependiendo del estado mental desde el que estéis funcionando. Si estáis funcionando desde vuestra mente personal, entonces todo parecerá terrible, y querréis negarlo y descartarlo. Si no podéis descartarlo, querréis culpar a otros por ello y trataréis de escapar y encontrar un lugar donde esconderos. Sin embargo, desde el estado mental superior del Conocimiento reconocéis que las Grandes Olas estaban llegando todo el tiempo, que tenéis un papel que desempeñar y que ahora debéis llegar a ser muy fuertes, muy compasivos y muy misericordiosos.

Es por eso que tomar los pasos al Conocimiento es tan importante. Ellos garantizarán vuestro bienestar y el bienestar de vuestra familia y de aquellos a los que cuidéis. El Conocimiento no consiste simplemente en tener una experiencia espiritual elevada. Vuestra supervivencia dependerá de él ahora, así como vuestra capacidad para servir a los demás, porque las necesidades de la gente serán mucho mayores en el futuro próximo de lo que lo son hoy.

Vuestra espiritualidad consistirá en cuidar a la gente, alimentar la gente, servir a la gente y cuidar del mundo que os rodea. Este será vuestro regalo a Dios. Este será vuestro servicio en el mundo. Esto será lo que os reunirá con el Conocimiento dentro de vosotros y os unificará e integrará.

Las mismas circunstancias que las personas niegan, rechazan, evitan y temen son las mismas circunstancias que podrían redimirlas, que podrían unificarlas dentro de sí mismas y que podrían hacerlas poderosas e íntegras, eficaces y plenas.

Si la humanidad no puede aprender de sus éxitos, entonces debe aprender de sus fracasos. Si la humanidad no puede unirse en su riqueza, entonces debe unirse en la pérdida de su riqueza. Porque en un mundo en decadencia la riqueza se perderá. En última instancia, la riqueza está vinculada a los recursos del mundo. A medida que desciendan los recursos, la riqueza descenderá. Puede que unos pocos se aferren a una gran riqueza, pero ellos serán extremadamente vulnerables según los demás se vuelvan en su contra. ¿A dónde huirán para esconderse? Ellos vivirán como esclavos, como prisioneros. Rodeados de guardias, no podrán dejarse ver en público ni mostrar sus rostros. Esa será su tragedia.

Este es el mundo que habéis venido a servir. Ganad la fortaleza más allá del miedo y la preferencia. Ganad la mayor fortaleza del Conocimiento, que es clara, objetiva y compasiva. Haceros estudiantes del Conocimiento. Recibid la bendición de Dios y la preparación de Dios. Mirad hacia delante, sin tratar de entenderlo o resolverlo todo, sino dando los pasos que debéis dar.

Preguntaos: “¿Qué debo hacer ahora para prepararme a mí mismo y a mi familia?” Ya hay cosas que sabéis que debéis hacer. Tal vez las habéis sabido desde hace algún tiempo. Debéis hacerlas ahora. Haced las cosas que sabéis que debéis hacer hoy, y mañana sabréis otras cosas que debéis hacer. Si las hacéis, sabréis más cosas que debéis hacer. Es haciendo como ganaréis una mayor claridad. Completar las tareas que sabéis que debéis hacer os mostrará el resto de tareas que debéis completar.

El camino se abre ante vosotros. No podéis deteneros y verlo todo. No hay garantía de éxito en la vida. No hay garantía de que todo lo que hagáis vaya a funcionar perfectamente. Vosotros no conseguís ver el camino y luego decidís si deseáis hacer el viaje. Debéis hacer el viaje para ver el camino.

El Conocimiento dentro de vosotros sabe lo que debe hacerse. Sabe cómo responder al mundo mucho más allá de lo que vuestro intelecto es capaz. Sin embargo, aquí incluso vuestro intelecto tendrá que ser llevado a un gran servicio —trabajando conjuntamente con el Conocimiento, unificándoos en vuestro interior, poniendo a trabajar todos vuestros puntos fuertes y vuestra sabiduría ganada.

Para saber qué hacer más allá de lo que estáis haciendo ahora, tendréis que completar lo que estáis haciendo ahora, y después aparecerán los siguientes pasos. Así es como se revela el viaje. Y este es el viaje que debéis emprender.