El destino de la humanidad en la Comunidad Mayor

Como le fue revelado a
Marshall Vian Summers
el 21 de julio de 2007
en Boulder, Colorado, Estados Unidos

Texto original: Humanity’s Destiny in the Greater Community

Escucha el audio original aquí (en inglés):

Descargar (cliquea en el botón derecho y selecciona “guardar enlace como”)

Más información sobre este texto


Lo que estás leyendo en este texto es la transcripción de la voz original de la Asamblea Angélica hablando a través del Mensajero Marshall Vian Summers.

Aquí, la comunicación original de Dios, que existe más allá de las palabras, es traducida al lenguaje y el entendimiento humanos por la Asamblea Angélica que supervisa el mundo. La Asamblea después entrega el Mensaje de Dios a través del Mensajero, tras lo cual es transcrito y puesto a tu disposición y a disposición de todos.

En este extraordinario proceso, la Voz de la Revelación está hablando de nuevo. La Palabra y el Sonido están en el mundo. Que puedas ser el receptor de este regalo de Revelación y puedas estar abierto a recibir su Mensaje único para ti y para tu vida.




Nota a los lectores:
Esta traducción fue provista a la
Society por estudiantes del Nuevo Mensaje que se han ofrecido voluntariamente a traducir el texto original en inglés. La publicamos en esta forma inicial para que todo el mundo tenga una oportunidad de interactuar con una porción del Nuevo Mensaje en un su propio idioma.

La humanidad y el mundo se encuentran en el umbral del mayor cambio que jamás enfrentarán. Lo que producirá este cambio será en parte el mal uso del mundo por la humanidad y su impacto en el medioambiente del planeta, pero también se debe a la Intervención de razas de más allá del mundo que buscan aprovecharse de una humanidad débil y dividida.

Estos dos grandes eventos o fenómenos están directamente conectados, porque aquellos que buscan intervenir en el mundo pretenden que la humanidad se debilite, se divida y se hunda en el conflicto —que sus naciones luchen por los recursos remanentes, que se peleen entre sí por los derechos y el acceso a la comida, el agua y la energía.

En una situación cada vez más caótica, aquellos que buscan intervenir en el mundo y que dependen ante todo de la persuasión en el ambiente mental para lograr sus objetivos, se presentarán como los salvadores de la humanidad. Vendrán con su tecnología avanzada, proclamando que no padecen guerras ni conflictos y que han aprendido a vivir en paz y ecuanimidad.

Pero su presentación, por más convincente que pueda parecer, es enteramente un engaño. Porque no son más que exploradores de recursos e intereses comerciales que buscan ganar el control del mundo y de su gente.

Ellos no poseen poder militar. No es ahí donde reside su poder. No tienen grandes ejércitos y no van a venir a tomar el mundo a la fuerza, pues no pueden hacer eso. En cambio, su fortaleza es más sutil, penetrante y, a la larga, mucho más exitosa de lo que sería cualquier uso de la fuerza física.

El destino de la humanidad es emerger a una Comunidad Mayor de vida inteligente en el universo. La Comunidad Mayor representa razas y naciones de seres en todos los niveles de evolución, abarcando una inmensa diversidad de vida. Pero en el presente, la humanidad no sabe nada de la Comunidad Mayor. Solo cuenta con sus deseos, sus miedos y sus aspiraciones para responder a la gran pregunta de qué es lo que existe más allá de sus fronteras.

Lo que existe más allá de sus fronteras es un ambiente competitivo diferente a todo lo que puedas imaginar. En él hay razas que son maduras. Hay razas que han aprendido a obtener lo que necesitan sin usar las armas y la fuerza, tras entender que la fuerza y el poder de la mente en el ambiente mental son mucho más efectivos y constructivos que tratar de influir usando armamentos o la fuerza física.

La humanidad solo tiene un atisbo de lo que puede ser este gran poder, pero sin duda lo conoce. Es el poder y la influencia en el ambiente mental. En su forma más simple está representado por la influencia de un padre sobre sus hijos, o por la influencia de un gobierno sobre su pueblo, o por la influencia de un comerciante sobre sus clientes; es tratar de persuadir a las personas para que hagan lo que uno quiere que hagan y no hagan lo que uno no quiere que hagan; es tratar de inducirlas a que sean dóciles, pacificándolas, dirigiéndolas y controlándolas.

Aunque esta influencia en el ambiente mental tiene aplicaciones muy positivas, lo que la humanidad está enfrentando en la Comunidad Mayor constituye la máxima amenaza a la libertad y a la soberanía humanas en este mundo. Esta amenaza es aún mayor que la del declive en el medioambiente y el desperdicio de sus recursos. Aunque estas cosas van a tener consecuencias inmensas en la calidad y la cantidad de vida dentro de la familia humana, el hecho de enfrentar intervenciones desde fuera del mundo tiene consecuencias mucho mayores para el futuro y el destino de la familia humana.

En el presente, hasta las personas más instruidas siguen pensando que la humanidad vive en aislamiento. Creen que quizá haya vida inteligente en algún lugar del universo, pero asumen que nadie puede llegar hasta aquí, como si el universo entero estuviera limitado por las fronteras de la ciencia y el entendimiento humanos.

En efecto, la humanidad ha vivido en aislamiento por tanto tiempo que este representa el contexto entero de su entendimiento de sí misma —el contexto de sus filosofías, sus religiones, su teología y sus estructuras sociales.

Así pues, encontrarse con la Comunidad Mayor —particularmente con fuerzas de la Comunidad Mayor que buscan intervenir en este mundo para sus propios propósitos— representa no solo una gran amenaza para la libertad de la humanidad, sino también un gran impacto en su conciencia, creencias y suposiciones.

Incluso las creencias que la familia humana tiene sobre Dios tendrán que atravesar un cambio radical, puesto que, lo reconozca o no, la humanidad siempre ha considerado a Dios —o el Origen de toda vida— dentro de un contexto humano. Cree que Dios representa las aspiraciones, las tendencias y los valores humanos.

Algunas veces, desde ahí surge una imagen física de Dios como un ser humano. Pero sea así o no, la gente de la tierra asume que Dios debe demostrar cualidades y virtudes humanas.

Pero cuando uno considera a un Dios de toda la Comunidad Mayor, un Dios de esta galaxia y de otras galaxias, que representa a incontables razas de seres que son muy distintos de la humanidad —seres cuyas creencias, valores, apariencia física y estructuras sociales son muy únicas y diferentes a las de la humanidad—, uno ve entonces por qué existe una barrera psíquica, una barrera de creencias que impide reconocer la presencia de la Intervención en el mundo actual y lo que presagia para el futuro y la libertad de la humanidad.

Aunque es cierto que la humanidad tiene aliados potenciales en el universo local, es aún más importante comprender que sus primeros encuentros con la vida inteligente no serán con santos o ambientalistas, sino con exploradores de recursos y colectivos económicos, grupos que viajan buscando ganar acceso a recursos y a planetas de importancia biológica y estratégica.

En cierto sentido, estos grupos son las razas carroñeras, aunque estén tecnológicamente más avanzados que la humanidad y tengan una estructura social muy rígida. Sin embargo, su intención es explorar y explotar, en contraste con lo que hacen las naciones más arraigadas, las cuales han establecido cierto grado de estabilidad, no viajan necesariamente al espacio profundo buscando recursos y mantienen su protección y aislamiento con gran énfasis y discreción.

Pero las razas carroñeras buscan explorar y explotar todo lo que puedan. Y el hermoso mundo de la humanidad —con su espléndida diversidad biológica, su inmensa importancia estratégica y los valiosos artefactos de su historia ancestral— representa un objetivo y un recurso irresistible para razas como estas. Y hay más de una. De hecho, cada grupo o colectivo está conformado por muchas razas, que se establecen en un patrón muy jerárquico.

Así pues, mientras hoy unas pocas personas en el mundo sueñan con la gloria y el esplendor del contacto, [en realidad] se están trazando planes, plantando los cimientos y ejerciendo influencias a fin de preparar a la humanidad para que ceda a una mayor persuasión. Esta persuasión promoverá la competencia y el conflicto en el mundo. Fomentará que las naciones luchen y peleen por lo que necesitan y quieren, lo cual recibirá cada vez más atención en un mundo con recursos en declive y población creciente.

Y debido a que la humanidad está completamente obsesionada consigo misma y las personas tienen tan poco conocimiento de la Comunidad Mayor —y hasta de que haya una Comunidad Mayor—, la humanidad es particularmente débil y vulnerable frente a estos tipos de persuasión.

Incluso en la actualidad, se está ejerciendo una gran persuasión dentro de ciertos círculos religiosos para que sus líderes, si son conscientes de la realidad de la Comunidad Mayor, se inclinen a creer que los visitantes extranjeros deben ser ética y moralmente superiores a la humanidad.

Está creencia insensata está creciendo en el mundo entre los líderes religiosos, gracias a la esperanza de la humanidad en que debe haber, en alguna parte, una vida mejor que la que experimenta aquí hoy —el deseo de ser salvados, de ser rescatados, de ser guiados, de ser protegidos.

Así pues, hoy la familia humana tiene este enfoque en rendirse, en consentir, en aceptar, y por tanto no está desarrollando ni aplicando sus facultades críticas. Las personas se hacen menos cautelosas, menos objetivas, menos perceptivas. Están siendo animadas a sumergirse en sus propias preguntas y conflictos internos, apartando así sus ojos del medioambiente y de su entorno.

Esto no es meramente un accidente. No es meramente el resultado de una vida próspera. Tampoco la naturaleza humana por sí sola puede explicar este gran cambio en la conciencia y el énfasis humanos.

Incluso aquellos que son cautelosos y observadores están mucho más preocupados por lo que están haciendo o pueden hacer otras tribus de personas. Sin embargo, ¿quién está vigilando la frontera con el espacio, y quién es alentado a observar esta frontera?

Piensa en los nativos que permitieron que sucediera una intervención. Considera lo que pasó en esos casos. Es una situación que se ha repetido muchas veces en este mundo e incontables veces dentro de la Comunidad Mayor.

Porque los fuertes dominarán a los débiles si pueden. Esto es cierto aquí en este mundo y también en la Comunidad Mayor.

En el presente, las personas creen que la Comunidad Mayor es un gran lugar vacío que la humanidad explorará y explotará para satisfacer sus propias necesidades. Pero una vez que salga de su sistema solar estará entrando en territorios que pertenecen a otros, y los recursos que la humanidad podría buscar para sí cuando pueda viajar de esta manera serán propiedad de otros.

Pero es improbable que la humanidad llegue a tener ese tipo de contacto o exploración, porque sus primeros encuentros con la Comunidad Mayor serán con exploradores de recursos, con razas carroñeras, con aquellos que buscan aprovecharse de las supersticiones, la ignorancia, las obsesiones y los conflictos internos de la familia humana.

Su objetivo y propósito aquí es ganar acceso a los recursos biológicos del mundo y a su posición estratégica. No están interesados en los seres humanos, pues los consideran caóticos, ingobernables y muy inferiores a ellos. Como es costumbre, los conquistadores siempre se sienten superiores a aquellos que quieren subyugar.

De hecho, la Intervención que está operando hoy en el mundo promoverá este sentido de inferioridad. Promoverá que las personas pierdan su conciencia del propósito y el valor de la humanidad. Desalentará su seguridad y su fe en sí mismas y su seguridad y su fe en la familia humana, creando un vacío de confianza que después ella podrá llenar.

Por tanto, el contacto de la humanidad con la Comunidad Mayor no es un evento del futuro distante, que solo sucederá cuando la humanidad finalmente obtenga la capacidad tecnológica necesaria para viajar al espacio. Su confrontación con la Comunidad Mayor está ocurriendo ahora. No es lo que la familia humana piensa. Los seres humanos son los pobladores nativos de este mundo, y están siendo explotados. La Intervención está en marcha y lo ha estado por décadas.

El Nuevo Mensaje de Dios habla de esto, lo revela y lo advierte. Es el mayor evento en la historia humana. Representa el peligro y la amenaza más grandes para la libertad y la soberanía humanas en este mundo. Sin embargo, representa igualmente su máxima oportunidad y posibilidad y también el mayor requerimiento para lograr la unión y cooperación humanas.

La unidad y la cooperación son necesarias para evitar un mayor declive de los recursos del mundo, puesto que si la humanidad pierde su autosuficiencia en la Comunidad Mayor, sin duda perderá su libertad y su autodeterminación. Forzará al mundo a un estado tal de deterioro que la gente aceptará cualquier cosa que la intervención le ofrezca. La humanidad no estará en posición de negociar condiciones favorables para sí misma.

Porque las necesidades de la familia humana serán opresivas y abrumadoras. Confiará en lo que no debería confiar, y aceptará tecnología que no debería aceptar. Concederá autoridad donde no debería concederla, y se hará dependiente de aquellos que proveerán esas cosas que ahora necesita y no puede arriesgar.

La humanidad necesita unión y cooperación humanas para evitar un declive aún mayor del mundo, porque ahora vive en un planeta en declive. También necesita unión y cooperación humanas para defender el mundo. Ahora no se trata de la seguridad nacional, sino de la seguridad del mundo entero.

La humanidad da por sentada su posición de superioridad en este planeta, beneficiándose de él y asumiendo que su lugar en el mundo es un derecho otorgado por Dios, que es incuestionable y que es algo de lo que puede estar segura, como si fuera algún tipo de titularidad.

Pero la libertad debe defenderse. Una libertad y soberanía como estas son raras en la Comunidad Mayor. Hay muchas más naciones que han sido conquistadas y absorbidas por grandes imperios que mundos independientes.

Para tener independencia y libertad en la Comunidad Mayor, la humanidad debe ser autosuficiente, debe estar unida y debe ser extremadamente discreta. Incluido en esto está la necesidad de vigilar y proteger sus fronteras, vigilando como lo haría cualquier persona para evitar que un extraño entre en su casa.

Pero de momento, la familia humana no ejerce dicha vigilancia, no practica dicha discreción y carece todavía de unidad. La única ventaja que tiene por ahora es su autosuficiencia, y está en camino de destruir incluso eso.

Si la humanidad entendiera su posición en el universo y la naturaleza de la realidad más allá de sus fronteras, no permitiría que ningún extranjero pusiera pie en el planeta sin permiso expreso de la gente de este mundo. La familia humana sería muy cuidadosa con respecto a quién puede entrar aquí y qué puede hacer en este mundo.

Pero en el presente, la intervención opera y viaja a voluntad, tomando individuos a la fuerza y explotando, cambiando y destruyendo a las personas. Es fundamentalmente maléfica.

Algunas personas dirán: “Bien, ¿qué podemos hacer contra estos poderes tan grandes?” Pero la Intervención es pequeña. No tiene una infraestructura militar digna de mención. Se ampara completamente en la creencia y el consentimiento humanos, y depende de su influencia sobre las tendencias y las debilidades de la humanidad. Frente a la fortaleza humana, tiene poca eficacia.

Parte del propósito del Nuevo Mensaje de Dios y su gran advertencia para la humanidad es generar esta fortaleza y esta conciencia. Porque la humanidad debe ser extremadamente cautelosa en la Comunidad Mayor, ya que ha alcanzado una fase de su propio desarrollo en la que otros pueden aprovecharse de su tecnología y de su comercio y comunicaciones de alcance planetario.

Las razas intervinientes no quieren esperar a que la humanidad obtenga mayor poder tecnológico, pues entonces intervenir aquí se haría mucho más difícil. Por tanto, la gran oportunidad es ahora. Se intentará intervenir antes de que la humanidad pueda unirse, antes de que adquiera mayores poderes y armamentos y comprenda su propia posición, y de hecho se está intentando ya.

Por tanto, como ves, el destino de la humanidad ha llegado: está aquí ahora. No es una posibilidad futura, ni depende meramente de la perspectiva que puedas tener. Es la mayor realidad que está ocurriendo en el mundo, y la gente no es consciente y no está respondiendo.

Si los gobiernos lo saben, no están compartiendo la información que poseen con sus propios ciudadanos. Y los líderes religiosos están en completa ignorancia o bien están siendo persuadidos.

Lo que la humanidad ahora no puede ver es lo que representa su mayor amenaza. Lo que las personas no reconocen en su vida diaria tiene el poder de cambiar sus circunstancias completamente y para siempre. Porque si la humanidad pierde su libertad y su autodeterminación en este mundo, las posibilidades de que alguna vez las recupere son muy pequeñas.

Para entender el significado, la gracia, el poder y la eficacia del Nuevo Mensaje de Dios y la razón para entregarlo al mundo en este tiempo, debes reconocer la gran amenaza, la Gran Oscuridad que está presente en el mundo.

La humanidad debe revertir el declive del mundo y debe protegerse de la Comunidad Mayor. Ambas cosas requerirán una mayor unidad y cooperación humanas. Ambas cosas son en extremo apremiantes cuando se las reconoce por lo que son.

Porque si el planeta entero pierde su libertad y es subyugado, ¿qué puede [esperar] ganar cualquier nación de este mundo? ¿Y qué ventaja podría asegurar para sí misma? Y no pienses que esta subyugación supondría una mejora sobre las condiciones actuales de la humanidad, porque ese sería un error fatal por tu parte.

Los gobernantes potenciales de la humanidad no la tratarán mejor de lo que esta trata hoy a sus animales domésticos. Ellos no ven a los seres humanos como sus iguales y no están interesados en sus cualidades fascinantes. Asimismo, no entienden su espiritualidad, excepto en la medida en que pueden usarla contra la humanidad para debilitarla, desarmarla y distraerla.

Dichas fuerzas no saben del sagrado Conocimiento que existe dentro de toda vida inteligente, pues si supieran no estarían interviniendo el mundo. No estarían tratando de conquistar y subyugar a la familia humana.

Este sagrado Conocimiento es raro. Que uno obtenga una mayor tecnología no significa que tome conciencia de este sagrado Conocimiento. Solo significa que adquiere una mayor tecnología.

Hay muchas cosas que la humanidad debe reconsiderar y que tú debes reconsiderar, cosas de las que tendrás que tomar conciencia. Pues en este momento tienes grandes reacciones a problemas pequeños y pequeñas reacciones a problemas que son grandes.

No ves que el destino de la humanidad está determinando todo y lo determinará todo, que la Comunidad Mayor representa el mayor evento de su historia, y que este evento requerirá el más alto grado de unidad y cooperación humanas que jamás se haya establecido en el mundo, ya que ahora todos están en el mismo barco. Ninguna nación tiene ventaja respecto a la Intervención. Todos los seres humanos son recursos para explorar y explotar.

Si puedes contemplar esto, si puedes aplicar una mayor objetividad a tu entendimiento al respecto, comenzarás a ver lo imperiosas y necesarias que son la unión y la cooperación humanas.

No son simplemente virtudes, una buena idea o una manera preferida de funcionar: son necesarias para la supervivencia, la libertad y el futuro de la familia humana. Así de grande es su importancia.

Considera a los pobladores nativos de este mundo. Un día su vida era como siempre lo había sido durante siglos e incluso milenios. El día siguiente, sin embargo, todo comenzó a cambiar y a colapsarse. Y lo que marcó la diferencia entre un día y otro fue la Intervención.

La Intervención forma parte de la naturaleza. La competencia por el medioambiente forma parte de la naturaleza. No pienses que una tecnología avanzada y compleja eleva a la gente por encima de estos poderes y fuerzas de la naturaleza. Y no pienses que porque la humanidad parece tener una posición preeminente en el mundo y asume que esta preeminencia es permanente, ello significa que tendrá algún poder o eficacia en la Comunidad Mayor.

Incluso los vecinos de la humanidad —que no están interviniendo aquí— no le tienen mucho respeto, pues la humanidad es claramente destructiva, agresiva y competitiva. Incluso los vecinos que han visitado este mundo antes para observar a los seres humanos —pero que no están interviniendo ahora— no tienen mucho respeto por la familia humana.

La humanidad todavía no se ha ganado el respeto, pues no es estable, no está unida y trata este mundo, que es un planeta magnífico, de forma insensata y miope.

Ciertamente, las razas que han logrado permanencia y estabilidad en la Comunidad Mayor no se comportan de esta manera. Y todo recurso que todavía poseen en sus mundos es protegido, sostenido y mantenido con gran determinación.

Si puedes escuchar estas palabras, las cuales representan parte del Nuevo Mensaje de Dios, entonces podrás comenzar a ver con ojos más capaces, viendo la imagen mayor de tu vida y de la vida de la humanidad. Podrás comenzar a ver la gran fuerza que el Creador de toda vida ha puesto dentro de la familia humana, dentro de cada corazón: el sagrado Conocimiento. Y podrás comenzar a ver el gran apuro que la humanidad está creando para sí misma y que también está permitiendo que ocurra en este planeta.

El Nuevo Mensaje de Dios revelará esto con mucho más detalle, pero la humanidad debe ser alertada, advertida y preparada. ¿Quién en el mundo puede hacer esto? ¿Quién en el mundo entiende lo que está sucediendo en la Comunidad Mayor? ¿Quién en el mundo sabe quiénes están interviniendo aquí, por qué están aquí, cuáles son sus métodos y qué intentan hacer? ¿Quién en el mundo conoce la historia ancestral de la humanidad y las posibilidades para su futuro?

Sin duda, tal sabiduría y conocimiento debe venir de Dios, porque no hay persona en el mundo que pueda tener ese conocimiento y sabiduría a menos que lo haya recibido de Dios, a menos haya sido revelado en un Nuevo Mensaje de Dios —no para una sola persona, no para algún grupo de élite, un solo gobierno o algún líder religioso, sino para toda la humanidad: un Nuevo Mensaje de Dios para la protección y el avance de la humanidad.

Porque lo que se ha proporcionado a la humanidad hasta el momento en los grandes Mensajes de Dios no puede prepararla ahora para la Comunidad Mayor. Esta representa una realidad enteramente nueva, un cambio completo en sus circunstancias, y esto requiere un Nuevo Mensaje de Dios.

Aunque la sabiduría ancestral está inserta en todas las grandes tradiciones religiosas, ninguna de ellas puede preparar a la familia humana para lo que debe hacer ahora. Y es por eso que hay un Nuevo Mensaje de Dios: no para competir con las religiones del mundo, no para eclipsarlas, sino para unirlas y fortalecerlas de manera que la sabiduría ancestral pueda aflorar y servir a la humanidad en sus cambiantes circunstancias, en este gran umbral de su evolución.

Al escuchar estas palabras, tu mente podrá objetar, cuestionar, dudar, comparar, contrastar. Pero en tu corazón sabrás.

Si no conoces tu propio corazón, entonces no sabrás lo que sabes. Si no sabes y no eres consciente de la sabiduría que Dios ha puesto dentro de ti, entonces no sabrás lo que sabes. Solo serás consciente de lo que piensas. Y esa es la condición de la gran mayoría de las personas en el mundo actual.

Por tanto, aunque la humanidad enfrenta el reto y el umbral más grandes de su historia, este sagrado Conocimiento también está siendo llamado a surgir en muchas más personas. Debe haber muchos más ojos mirando. Debe haber una mayor objetividad. Debe haber una mayor claridad.

Esta sabiduría que Dios ha puesto dentro de ti no está en competencia ni en conflicto consigo misma dentro de otros individuos. Por tanto, representa la mayor fuerza para la unidad, la paz y la cooperación que es posible en este mundo o en cualquier mundo.

Este sagrado Conocimiento representa una llamada de Dios. Está aquí para guiarte, protegerte y conducirte a una mayor contribución a un mundo en necesidad, y esto satisfará las necesidades de tu alma.

Todavía no conoces las necesidades de tu alma. El mundo debe revelártelas. No busques confort y consuelo. No busques huir y escapar, porque si lo haces nunca responderás a esas necesidades.

Tus regalos están destinados para ciertas personas en ciertas situaciones. El Conocimiento te llevará y te conducirá allí. No lo harán tus deseos, miedos y preferencias, sino el Conocimiento.

Necesitas que este Conocimiento se consume, que se complete y que satisfaga las necesidades más profundas de tu alma. Y el mundo necesita tu contribución, puesto que sin ella el futuro de la humanidad se hace menos certero y más grave.

La posibilidad de que los humanos y la humanidad tengan éxito en su emergencia a la Comunidad Mayor como una raza libre y soberana dependerá de la contribución de muchas personas. Esta contribución reside dentro del Conocimiento en su interior.

Por tanto, el Nuevo Mensaje de Dios debe proporcionar el camino al Conocimiento y la llamada al Conocimiento. No es simplemente un sistema de creencias que comparar con otro sistema de creencias. No es simplemente una perspectiva o punto de vista diferente.

No seas tonto pensando así. Esta es la respuesta, y es la respuesta a un problema que la humanidad todavía no ha reconocido y para el cual aún no está preparada.

¿Cuál es el destino humano? El destino humano está en la Comunidad Mayor. Pero la humanidad debe sobrevivir a su emergencia a la Comunidad Mayor, y debe sobrevivir a la competencia de la Comunidad Mayor si quiere poder funcionar en ella.

El aislamiento de la humanidad ha terminado y nunca lo tendrá de nuevo. A partir de este momento, deberá construir y proteger la libertad y la soberanía humanas en este mundo; deberá proteger los recursos de este mundo y su autosuficiencia en él; y deberá ganar la sabiduría para distinguir amigo de enemigo y aliado de competidor.

Los seres humanos todavía no tienen esta sabiduría y este discernimiento, pero pueden y deben desarrollarlos dentro de sí mismos como individuos y dentro de la familia humana en general.

No pienses que la humanidad carece aquí de promesa, pues pensar así implica subestimar su poder y su potencial y la gran promesa que la familia humana tiene para el futuro, un futuro que será distinto del pasado.