Construyendo el puente a una nueva vida


Como le fue revelado a
Marshall Vian Summers
el 25 de febrero de 2008
en Boulder, Colorado, Estados Unidos

Texto original: Building a Bridge to a New Life

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Lo que estás leyendo en este texto es la transcripción de la voz original de la Asamblea Angélica hablando a través del Mensajero Marshall Vian Summers.

Aquí, la comunicación original de Dios, que existe más allá de las palabras, es traducida al lenguaje y el entendimiento humanos por la Asamblea Angélica que supervisa el mundo. La Asamblea después entrega el Mensaje de Dios a través del Mensajero, tras lo cual es transcrito y puesto a tu disposición y a disposición de todos.

En este extraordinario proceso, la Voz de la Revelación está hablando de nuevo. La Palabra y el Sonido están en el mundo. Que puedas ser el receptor de este regalo de Revelación y puedas estar abierto a recibir su Mensaje único para ti y para tu vida.




Nota a los lectores:
Esta traducción fue provista a la
Society por estudiantes del Nuevo Mensaje que se han ofrecido voluntariamente a traducir el texto original en inglés. La publicamos en esta forma inicial para que todo el mundo tenga una oportunidad de interactuar con una porción del Nuevo Mensaje en un su propio idioma.

En cierto momento te darás cuenta de que esta Nueva Revelación está aquí para darte una nueva vida. No es simplemente para mejorarla, o para endulzarla con un sentido de significado espiritual, o para justificar tus pensamientos, tus creencias y tus pasadas acciones con alguna clase de bendición desde lo alto.

En algún momento, te darás cuenta de que la vida que estás viviendo no es realmente apropiada para ti. Es una concesión, un compromiso. Y el compromiso ha sido demasiado grande. Ha sido demasiado extenso. Es un compromiso en cómo te consideras a ti mismo, en cómo consideras a los demás y en cómo consideras el mundo. Y aunque quizá resistirás este descubrimiento, lo negarás y buscarás hacer más compromisos, en realidad representa el comienzo de una gran esperanza para ti.

Porque Dios sabe que sin el Conocimiento, la inteligencia más profunda que ha sido puesta dentro de ti, vivirás una vida de concesión y compromiso. Buscarás hacer compromisos a cambio de seguridad, de aprobación, de riqueza, de ventajas. Buscarás hacer compromisos para evitar el ridículo, las críticas, la condena o incluso el rechazo social. El compromiso lo impregnará todo: tus creencias, tus actitudes, tus aspiraciones, tus actividades, tus planes, tus objetivos. Y esto aumentará hasta llegar a un punto en el que realmente habrás perdido el contacto con quien eres y lo que eres.

Entonces serás un producto de tu sociedad, un producto de las expectativas de la sociedad y de tu propio pensamiento personal, pero habrás perdido el contacto con la corriente y el significado más profundos de tu vida. E incluso si tienes éxito y consigues tus objetivos, estos estarán vacíos y la alegría será breve, y vendrán a un gran coste de tiempo, energía y esfuerzo. Y las recompensas serán momentáneas y pasajeras.

Este reconocimiento, tan negado y evitado, supone el comienzo de una mayor promesa para ti. No lo resistas. No argumentes en su contra. No te quejes de que quizá tengas que hacer grandes cambios en tu vida. Por supuesto que tendrás que hacerlos, porque se te está dando una nueva vida —no una versión algo mejor de tu vieja vida, no simplemente un nuevo escenario o nuevas caras o nuevas formas de estimulación, pues esto no es un cambio cosmético, sino un cambio de mucha mayor importancia, profundidad y significado para ti.

Este el tipo de cambio que tu corazón ha estado anhelando durante tanto tiempo. Durante mucho tiempo has estado afanándote, y ahora es como si todo se quedara en nada. Parece que no has cumplido las expectativas de tu cultura. Puede que incluso sientas que eres un fracaso, que no has logrado las metas y expectativas de tu familia, de tu cultura e incluso de tu religión. Pero en este aparente fracaso existe la promesa de un mayor éxito. La vieja vida debe fallarte o tú debes fallar ante ella para poder tener esta nueva oportunidad, esta apertura en tu vida, este nuevo comienzo.

Muchas personas quieren simplemente tener una revelación como si esta fuera una especie de apéndice para su vieja vida, como si la espiritualidad fuera un aliño para la insipidez de su vida, algo que van a añadir. Ahora van a ser espirituales, van a hacer cosas espirituales, van a tener pensamientos espirituales y van a participar en actividades que parecen edificantes e inspiradoras.

Pero una vez más, todo esto es para conseguir aprobación. Todo esto es una búsqueda de más placer, más confort y más seguridad. La motivación que hay detrás no es diferente de la motivación que te lleva a buscar riqueza, placer y escape de la vida. No es auténtica y, por tanto, no produce un resultado auténtico. Nosotros estamos hablando aquí de algo muy diferente.

Aún no sabes lo que significa esta nueva vida. Aún no sabes cómo será, porque es nueva. No es una invención tuya. No es aquello a lo que estás acostumbrado. Por tanto, comienzas a doblar esta esquina muy despacio.

Incluso si en tu vida hay eventos importantes que te han traído esta conciencia, el viaje consta de muchos pasos para darte tiempo a aprender, a adaptarte y a obtener una base más profunda de confianza dentro de ti, de manera que tu vida pueda ser dirigida desde dentro en vez de desde fuera y te vuelvas una persona de poder, fuerza e integridad, en vez de ser alguien que está imitando los valores de su cultura.

Aquí tendrás que aprender de nuevo muchas cosas. Tendrás que reevaluarlas. Tendrás que reconsiderar muchos de tus pensamientos. Tendrás que cuestionar muchas de tus firmes creencias, y en algunos casos incluso deberás apartarlas. Este es el precio de la libertad. Este es el precio que pagas por tener la oportunidad de vivir una vida mayor, una vida auténtica, una vida alineada con el Conocimiento dentro de ti, una vida que cumple el destino que fuiste enviado al mundo a cumplir.

Hasta que llega este punto de inflexión, solo estás medio vivo. Sí, tu corazón late, tu sangre está fluyendo por tus venas, tus sentidos están reportando el mundo a tu alrededor, y estás siguiendo las rutinas de tu vida, atendiendo responsabilidades y obligaciones e intentando buscar alguna forma de placer o de alivio. Pero es una existencia vacía, en la que aún no has descubierto el verdadero valor y significado de tu vida.

Hasta que llegue ese momento, el Conocimiento, la inteligencia más profunda que Dios ha puesto dentro de ti para guiarte y protegerte, tratará de apartarte del peligro e intentará retenerte cuando vayas a cometer errores serios y duraderos o vayas a establecer compromisos que dificultarán tu capacidad para descubrir y vivir una vida mayor en el futuro.

Aquí, en esta fase temprana, el Conocimiento parecerá estar latente dentro de ti, pero en realidad está intentando mantenerte libre de problemas y tratando de evitar que regales tu vida a otro, a situaciones, a lugares o a gente —tratando de mantener tu vida abierta.

Muchas personas se encuentran en esta fase temprana, por supuesto. La emergencia aún no ha ocurrido para ellas. Cuándo ocurrirá, cómo ocurrirá e incluso si ocurrirá, es algo que no puedes decir. Es un misterio.

Como ves, antes de esta emergencia en realidad solo estás construyendo una base para llegar a ser una persona funcional en el mundo. Estás construyendo habilidades para la vida. Estás experimentando los placeres y dolores de este mundo. Estás buscando placer, evitando el dolor y encontrando decepciones por el camino.

Esta preparación temprana puede ser extremadamente importante para lo que serás capaz de descubrir, lograr y comunicar a otros en el futuro. Incluso el más tonto de los errores que cometas en esta fase temprana puede ser muy importante, dándote sabiduría, enseñándote lo que es real y a valorar lo que es real, ayudándote a distinguir lo que es bueno de lo que solo parece bueno, y ayudándote a identificar tus verdaderas inclinaciones entre los impulsos que representan tu debilidad e inseguridad.

Quizá en esta fase temprana sentirás en ciertos momentos que hay una Presencia velándote. Sentirás que hay una Presencia contigo. Y de vez en cuando, pensarás que probablemente tienes algo más importante que hacer en tu vida. Pero este descubrimiento aún no te ha golpeado realmente. No ha sacudido realmente tus cimientos. Es algo que solo contemplas a nivel intelectual, y en realidad todavía no ha penetrado tu corazón.

Tus fracasos y tu desilusión representan aquí una gran promesa para ti. Tus decepciones contigo mismo, con otros y con los grandes placeres por los que has pagado un precio tan alto, allanan el camino a este descubrimiento. Y este descubrimiento no será simplemente algo pasajero. Será algo que cambiará el curso de tu vida, y no entenderás lo que te ha ocurrido ni la naturaleza y el propósito del cambio hasta que hayas viajado lejos en la segunda fase de tu viaje.

Las directrices sobre cómo vivir que se darán aquí se refieren a esta segunda fase del viaje de tu vida. No se refieren realmente a las personas que no han atravesado este gran umbral, que no han experimentado este punto de inflexión. Para ellas, estas directrices parecerán ser beneficiosas, pero confusas. Parecerán ser limitantes, desafiando sus ideas de libertad. Parecerán requerir demasiado esfuerzo y responsabilidad, porque esas personas aún no están listas para hacer ese esfuerzo o asumir esa responsabilidad.

Ellas todavía están intentando conseguir de la vida lo que quieren. Más allá de sus necesidades básicas, están intentando conseguir de la vida lo que quieren. No se dan cuenta todavía de que fueron enviadas al mundo con un propósito. No recuerdan su Antiguo Hogar, y por tanto piensan que esta vida es lo más importante, que lo es todo. Ellas quieren vivir para el momento, para sí mismas. Por tanto, la conciencia que comienza a ganarse tras este gran umbral es una muy diferente. Y las directrices para vivir que se ofrecen aquí se vuelven no solo útiles, sino esenciales para el éxito.

El primer requisito es aceptar el gran cambio que está ocurriendo y dejar la explicación abierta. No serás capaz entenderlo. Tu intelecto usa las referencias de tu vida previa, y no puede explicar lo que está ocurriendo ahora dentro de ti, ni los impulsos que ahora sientes, ni la orientación que lentamente está emergiendo en tu interior. Tu intelecto intentará comprender el significado de esto, pero no lo logrará.

Algunas personas intentan volver atrás en este punto. Ellas quieren volver a lo que piensan que les dio un sentido de seguridad, estabilidad y confianza, pero desafortunadamente ahora han ido demasiado lejos y esos intentos se verán vacíos: solo llevan de vuelta a una vida previa que encontraron insatisfactoria y carente de significado, propósito y valor. Ahora están embarcándose en un nuevo tipo de viaje, que no pueden definir.

Por tanto, permite que este cambio ocurra. No intentes definirlo. No uses ni siquiera ideas de otras tradiciones espirituales para intentar definirlo. Deja que sea un misterio, porque para ti será un misterio.

El Misterio existe más allá del dominio del intelecto. Honra esto y acéptalo. El Misterio está comenzando a emerger en tu vida, mientras que antes estaba retenido. Antes no había espacio alguno en tu vida para que surgiera, para que te guiara, te bendijera y te preparara. Pero ahora el Misterio está comenzando a emerger. Deja que ocurra.

Te sentirás confuso, principalmente, sobre lo que debes hacer en tus relaciones con otras personas, y de manera secundaria en tus relaciones con el lugar donde vives, el trabajo que haces, tus actividades, tus aficiones, tus intereses, etc. Permite que esta confusión exista. Es saludable, es natural y forma parte de la transición.

Estás construyendo un puente hacia una nueva vida. Todavía no estás viviendo por completo en esa nueva vida. Estás construyendo un puente. Estás en transición. Las transiciones son confusas, porque estás pasando de un entendimiento a otro, de una experiencia de vida a otra. Estar en transición significa que no puedes volver atrás, pero al mismo tiempo todavía no has llegado lo suficientemente lejos para ir del todo hacia delante; por tanto, tienes que estar en este puente, atravesando esta transición.

Deja tu futuro abierto. Deja a un lado tus planes más allá de lo que debes hacer para simplemente mantenerte en el mundo. Aquí debes confiar en que la claridad vendrá, y vendrá cuando sientas que estás preparado para avanzar y estés dispuesto a avanzar hacia un nuevo territorio.

Mientras dudes, la claridad no vendrá. Mientras sigas regateando e intentando llegar a una especie de acuerdo para mantener algo de tu vieja vida, la certidumbre no vendrá. La claridad no vendrá porque aún no habrás doblado esa esquina. Es como si la respuesta estuviera al otro lado de la montaña y tuvieras que rodear la montaña para encontrarla.

Esto es confuso para el intelecto, pero ahora el intelecto debe ceder ante un mayor poder dentro de ti, el poder que Dios ha puesto en tu interior para guiarte, bendecirte y prepararte para esta vida mayor. Todavía tendrás que ser muy responsable en lo que haces, en a qué te comprometes, en a qué te dedicas en la vida, en cómo usas tu tiempo y tu energía, etc., pero ahora hay algo más grande moviéndose en ti.

Siguiente punto: no vayas a contárselo a todos tus amigos y familiares, porque no lo entenderán. A menos que uno de ellos haya doblado él mismo esta esquina, pensarán que estás siendo insensato o que algo malo te ha ocurrido, o bien que has sido influenciado por algo que les resulta sospechoso. Incluso pueden pensar que te has vuelto loco.

Por tanto, en la medida de lo posible debes guardar esta nueva experiencia para ti. Si eres afortunado habrá una persona, ya sea de tu familia actual o bien alguien que conocerás, que te dará la señal de seguir adelante.

Tú querrás compartir tus nuevas experiencias y la extrañeza y maravilla de esos pensamientos e ideas que te están viniendo, así como del cambio que estás sintiendo y que te está liberando del pasado, pero debes ser muy cuidadoso acerca de con quién lo compartes, porque los demás no comprenderán y su falta de entendimiento, sus críticas y su condena realmente te harán daño, robándote la confianza.

Pasar de ser una persona dirigida desde el exterior a serlo desde el interior supone un cambio tremendo, y al principio te sentirás muy inestable. No te sentirás muy fuerte. No te sentirás nada seguro de lo que estás haciendo. Serás como el tierno y pequeño brote en el gran bosque, que debe ser protegido hasta que adquiere suficiente fuerza para sostenerse por sí mismo.

Así que existen peligros en este comienzo, en esta parte inicial de tu viaje: conclusiones prematuras, indiscreción con otros, dudas en ti mismo, el intento de definir tu vida… Todas estas cosas son peligros, porque pueden impedir que sigas adelante, y una vez que este viaje comienza debes seguir adelante. Esto es muy importante. Imagina que estás escalando una gran montaña; bien, una vez que comienzas a ganar algo de altitud no quieres tener que retroceder. Necesitas seguir adelante.

El Conocimiento que Dios ha puesto dentro de ti te urgirá a seguir adelante, a mantener tus ojos y oídos abiertos, a estar atento, a ser muy cuidadoso. No pienses que Dios va a protegerte ahora de toda forma de daño, impidiendo que experimentes heridas, decepciones y tragedias. Debes ser muy cuidadoso. Esto forma parte de adquirir una mayor conciencia.

Antes no eras cuidadoso, sino imprudente. Te comportabas de manera tonta e impulsiva. Ahora debes volverte vigilante, discerniente, paciente, cuidadoso. Al hacerlo, verás cómo has estado malgastando tu vida, tu tiempo y tu energía en búsquedas sin sentido, en pensamientos que nunca iban a llevar a una resolución, así como en la duda en ti mismo, en la autorrecriminación, en el enjuiciamiento de otros y en la conversación absolutamente superficial que la mayoría de la gente sigue teniendo a tu alrededor.

Siguiente punto: debes reunir tus recursos y conservar tu energía, de manera que tengas tiempo para estar solo y puedas aprender a estar en quietud y a escuchar. Ahora buscarás más la quietud que la estimulación. Descubrirás que las actividades sociales a tu alrededor te resultarán molestas e irritantes, porque ahora necesitas algo diferente. Necesitas escuchar. Necesitas estar en quietud. Necesitas adquirir una mayor conexión con este poder que está surgiendo dentro de ti.

Esto cambiará tus prioridades y deseos, afectando tus decisiones. Y encontrarás que ya no te interesa hacer las cosas que antes hacías con otras personas. Cosas que nunca fueron realmente muy satisfactorias, ahora las querrás evitar. Verás su vacuidad y no las desearás, y te resultarán molestas. Y encontrarás que la pequeñez y superficialidad de las conversaciones de la gente y su habitual condena de los demás te resultarán molestas.

Esto es natural. Esto es lo que significa volver a casa dentro de ti mismo: encontrar tus verdaderos valores, tus verdaderas prioridades y tus inclinaciones naturales frente a todo lo que ha sido condicionado en ti. Buscarás tiempo al margen de otras personas. Buscarás tener tiempo a solas. No querrás tener una estimulación constante. Necesitarás tener la confianza necesaria para hacer esto. La mayoría de las personas no pueden sentarse en quietud por más de cinco segundos antes de ser sacadas de sí mismas de nuevo. Aquí debes sentarte y escuchar. Observa la naturaleza. Escucha los sonidos del mundo, del mundo natural.

Aquí verás cómo tu energía —tu energía mental y tu energía física— ha sido aplicada indebidamente en el pasado, y querrás conservarla, porque ahora la necesitas. Estás reuniendo tu fuerza. Estás reuniendo tus recursos. No estás desperdiciando tu vida. Quieres tapar todos los agujeros por donde tu barco hace aguas, por donde estás perdiendo terreno ante otros o ante situaciones, ya se deba al hábito o al designio de otros.

El Nuevo Mensaje te hablará aquí, porque está imbuido con el Poder y el Misterio de Dios. Y es este Poder y Misterio lo que te está atrayendo ahora. Porque lo que realmente está ocurriendo en tu vida es que Dios se está moviendo en ti. Dios te está moviendo.

Pero este movimiento es al principio una libertad respecto a cosas. Tienes que desengancharte. No puedes llevar una vieja vida a una nueva, y por tanto tendrás que pasar por un desenganche creciente. Parte de este desenganche es físico y tiene que ver con tus actividades y tus relaciones con otros, pero gran parte sucede a nivel interno. Son tus ideas, tus compulsiones, lo que piensas que deberías hacer, lo que piensas que deberías ser o deberías tener o cómo deberías estar con otras personas. Porque es aquí donde realmente tiene lugar el condicionamiento social.

Y cada día que sigues avanzando rompes estas cadenas. Estas van teniendo cada vez menos poder sobre ti. A medida que asciendes la montaña, la atracción de las tierras bajas queda atrás, ganas libertad y ligereza y aflojas la carga de las expectativas de otros y tus propias necesidades, que nunca fueron realmente genuinas para empezar.

Durante este tiempo, limita tu exposición a los medios de comunicación. No leas muchos libros. No vayas a ver películas a no ser que sean verdaderamente inspiradoras, porque estás reuniendo tu fuerza. Estás invocando tu fuerza. Estás conservando tu energía. Ahora estás prestando más atención al interior que al exterior. Estás alejándote del estrépito del mundo. Permite esto, síguelo y fortalécelo, porque es una inclinación natural.

Si hay antiguas amistades que ahora no pueden seguirte, tendrás que dejarlas ir con amor. Se separarán de ti, porque aún no pueden llegar tan lejos en la montaña. Estás yendo más allá de lo que ellos pueden ir todavía. Has doblado una esquina que ellos aún no han doblado.

Lo más difícil en las fases iniciales son las obligaciones que las personas tienen entre sí: con sus amigos, con su familia. La única excepción a esto es la crianza de tus hijos, que debes atender hasta que alcancen la edad adulta. Pero la relación con todos los demás queda en cuestión. Hay circunstancias en las que tendrás que cuidar de un padre anciano o enfermo, y eso es apropiado. Pero más allá de esto, estás construyendo tu lealtad a Dios, y ello desafiará tu lealtad a los demás y lo que les une a ti. Para mucha gente, este es el desafío más difícil, el primer gran umbral en su preparación.

No trates de explicarte ante otros. Di solamente que hay corrientes más profundas en tu vida que estás intentando seguir. Hay un movimiento más profundo dentro de tu corazón, y estás intentando seguirlo. Diles que necesitas tiempo a solas, tiempo en quietud, tiempo de retiro, tiempo para la reevaluación. Y no sientas que debes responder a sus persistentes preguntas. No tienes que darles respuestas. Evítate la agonía que supone tratar de hacerlo.

En algún momento, necesitarás estudiar el camino que el Nuevo Mensaje ha provisto: emprender los pasos al Conocimiento, leer la Sabiduría de la Comunidad Mayor y aprender sobre la espiritualidad de la Comunidad Mayor. Esto será como un alimento para ti, alimento para tu corazón, alimento para tu alma.

Lo necesitarás ahora, porque te dará fuerza y confirmará el mayor movimiento de tu vida. Te dará mayor claridad, mayor definición, y te mostrará que la esquina que has doblado representa tu destino y no simplemente un accidente en la vida. Es la vida misma, moviéndose ahora dentro de ti. Y el Nuevo Mensaje resonará con tu naturaleza más profunda, una naturaleza que ahora está emergiendo poco a poco en tu interior. Y esto traerá nuevas personas a tu vida, personas que también están doblando una esquina y han comenzado un mayor viaje.

Es importante aquí que no tengas creencias firmes. No necesitas aceptar creencias firmes. Ahora estás buscando una experiencia más profunda. La experiencia será tu base, no las creencias firmes. Estás saliendo de las creencias firmes. Te estás aventurando en un mayor ámbito de revelación y experiencia natural. Todos los que están al pie de la montaña tienen creencias firmes, pero estas no te permiten subirla, ni te permiten alcanzar una mayor altura desde donde poder ver la verdad de la vida a tu alrededor, tal y como esta se hará evidente.

No adoptes creencias firmes. Si te sientes inseguro, si no estás seguro de ti mismo, está bien; es natural. Deja la explicación abierta. No te aferres a toda una nueva serie de creencias. Eso es como ir de una celda a otra. Oh, es un nuevo lugar, pero se trata de la misma condición. Es nuevo, excitante y alentador; pero es la misma vieja condición.

Permite que los pasos te revelen lo que es el viaje realmente. No es un viaje que sea entendido por los teóricos, los eruditos, los filósofos, los idealistas, los académicos o el público en general. Es más un camino místico, un viaje más profundo.

Sus revelaciones ocurrirán más allá del intelecto, porque no es un viaje intelectual. Tu intelecto crecerá para acomodarlo, y con el tiempo aprenderás a ganar una perspectiva y una sabiduría mayores en muchas cosas. Pero no es un viaje intelectual.

Porque el intelecto es una invención humana. Aquello que te creó y te envió al mundo no es una invención humana. Lo que revelará la vida mayor que estás destinado a vivir y cumplir no es una invención humana. Pero requiere la participación, la sabiduría, la capacidad, la confianza y el discernimiento humanos para poder manifestarse.

Aquí no entregas todo tu poder a Dios, pensando que Dios va a guiarte en todo. Eso es ridículo. Aquí te entregas a una mayor autoridad dentro de ti que no es de tu propia creación. Pero esta autoridad requiere que seas responsable, honesto y autodeterminado. Requerirá que sigas cosas que son misteriosas, pero la mayor parte del tiempo tendrás que estar haciendo cosas muy prácticas.

Si estás en una relación y tienes hijos, no hagas ningún movimiento súbito en tu vida. Construye la fuerza primero. Construye la conexión al Conocimiento dentro de ti. Aprende a escuchar. Retírate. Sigue tus inclinaciones naturales. Comparte solo parte del Misterio con tu esposo o tu esposa, porque es posible que no puedan entenderlo. Pídeles que te den este tiempo y esta confianza, porque están emergiendo cosas dentro de tu corazón.

Mantén tus deberes y responsabilidades, pero reserva tiempo para estar con la presencia del Conocimiento dentro de ti. Reserva tiempo para hacer los Pasos al Conocimiento, estudiarlos y colocarte en una posición en la que puedan revelarte su mayor verdad.

Diles a tus hijos que existe un Poder Mayor en su interior que les guiará y les protegerá si lo escuchan. Comparte con ellos tus percepciones profundas. Pero no vayas demasiado lejos tratando de compartirlo todo, porque estás intentando construir tu fuerza, y si intentas compartirlo todo entonces la estarás desperdiciando.

No intentes cuidar aquí de otras personas aparte de tus hijos o de un padre anciano, porque estás ganando fuerza dentro de ti. Estás aprendiendo a conservar tu energía. Ahora estás ayunando, evitando darte por todas partes, manteniéndote en reserva.

No tomes ninguna decisión repentina sobre tus relaciones primarias si estás casado y tienes hijos, porque en la mayoría de los casos será prematura. Aquí un matrimonio será muy desafiado. Si este puede continuar o no estará determinado por muchas cosas, que quizá no puedas averiguar en el momento.

Tu tarea es seguir al Conocimiento dentro de ti, ser fiel a eso, ser el receptor, recogerte, tomarte el tiempo que hace falta para que una gran emergencia ocurra dentro de ti. Y no seas impaciente, porque emergerá a su momento. Aún no comprendes la magnitud de lo que está sucediendo, ni lo grandes que serán sus posibilidades para el futuro.

Limita las influencias a tu alrededor. Permanece en silencio ante aquellos que se autoproclaman o tienen grandes opiniones sobre el mundo. No entres en debate en este momento. No te enfrentes a otros. No discutas los asuntos. No afirmes tus ideas. Eso ahora no es importante y será contraproducente para ti.

El poder y la presencia del Conocimiento están emergiendo dentro de ti. Eso es lo más importante. Estás aprendiendo a ser fuerte y a ser internamente dirigido dentro de ti mismo. Eso es lo más importante. Mantén tus deberes. Provee para tus hijos. Pero considera lo anterior como lo más importante, porque en última instancia tu mayor relación es la que tienes con Dios. Tu mayor responsabilidad es ante el Conocimiento que Dios ha puesto dentro de ti para que respondas a él, lo sigas y lo expreses. Esta es una libertad incomparable, pero requiere una gran fuerza interior y templanza.

Estas son las directrices para los pasos iniciales. Más allá de ellas debes aprender a construir los Cuatro Pilares de tu vida: el Pilar de las Relaciones, el Pilar del Trabajo, el Pilar de la Salud y el Pilar del Desarrollo Espiritual. Debes aprender sobre la Comunidad Mayor. Debes aprender sobre el ambiente mental. Debes aprender sobre las relaciones y el propósito superior. Todo esto te aguarda. Pero primero debes construir los cimientos, porque sin cimientos no podrás comprender la aplicación, la importancia y el significado mayores de estas revelaciones que contiene el Nuevo Mensaje de Dios.

Los cimientos por tanto son muy importantes, y requieren mucha paciencia y contención. Es esta paciencia y contención lo que llevará tu lealtad desde tu intelecto y las exhortaciones de otros a un poder mayor dentro de ti: el poder del Conocimiento, el poder de Dios. Nunca comprenderás este poder por completo. Nunca podrás reclamarlo como tuyo. Nunca tendrás maestría sobre él. Nunca podrás usarlo para intentar ser mejor que los demás. No puedes usarlo para conseguir lo que quieres. No puedes usarlo para conseguir riqueza, poder y placer. Solo puedes aprender a seguirlo, aprendiendo del gran viaje de ascenso a la montaña que siempre estuvo preparado para ti.