La Presencia


Como le fue revelado a
Marshall Vian Summers
el 7 de diciembre de 2009
en Chau Doc, Vietnam

Texto original: The Presence

Escucha el audio original aquí (en inglés):

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Lo que estás leyendo en este texto es la transcripción de la voz original de la Asamblea Angélica hablando a través del Mensajero Marshall Vian Summers.

Aquí, la comunicación original de Dios, que existe más allá de las palabras, es traducida al lenguaje y el entendimiento humanos por la Asamblea Angélica que supervisa el mundo. La Asamblea después entrega el Mensaje de Dios a través del Mensajero, tras lo cual es transcrito y puesto a tu disposición y a disposición de todos.

En este extraordinario proceso, la Voz de la Revelación está hablando de nuevo. La Palabra y el Sonido están en el mundo. Que puedas ser el receptor de este regalo de Revelación y puedas estar abierto a recibir su Mensaje único para ti y para tu vida.




Nota a los lectores:
Esta traducción fue provista a la
Society por estudiantes del Nuevo Mensaje que se han ofrecido voluntariamente a traducir el texto original en inglés. La publicamos en esta forma inicial para que todo el mundo tenga una oportunidad de interactuar con una porción del Nuevo Mensaje en un su propio idioma.

Las personas están muy ocupadas y estimuladas, siempre corriendo, incapaces de escuchar dentro de sí mismas, con la mente inquieta, siempre buscando, llenas de pasión, de miedo, de persuasiones, de negación.

¿Por qué es así? ¿Por qué unas criaturas inteligentes como los seres humanos están tan empujadas compulsivamente, tan ansiosas y tan descontentas? ¿Por qué sucede esto con casi todo el mundo?

Las personas hablan de una realidad espiritual. Hablan de Dios. Hablan del Cielo y del infierno. Hablan de su fe. Pero todavía están inquietas, incómodas y confusas.

¿Por qué pasa esto? ¿Por qué existe esta incomodidad, incluso siendo consciente de tener una naturaleza más honda?

La respuesta es más profunda de lo que la mayoría de las personas sospecharía, y más confusa de lo que las personas creen.

Porque muy cerca de ti está la Presencia, pero si no puedes estar con ella, ¿a dónde vas a ir? ¿Qué vas a hacer? ¿Cómo puedes evitar estar con algo que está siempre presente, que está dentro y alrededor de ti?

Esta Presencia parecería ser ineludible, y sin embargo las personas no la experimentan. Se podría pensar que estaría siempre presente, pero sigue siendo desconocida. Es una experiencia extraña hasta entre las personas que dicen ser religiosas, inspiradas y guiadas. Y si la experimentan, es solo por unos instantes cada vez.

Si no puedes estar con algo que está siempre presente dentro de ti y a tu alrededor, ¿cómo escaparás de eso? ¿A dónde irás para que no te acompañe la Presencia?

Es un dilema y un misterio, y la respuesta también parece misteriosa. Es la contradicción de vivir en la realidad manifiesta que un Ser espiritual sea aparentemente tan poco espiritual: arrastrándose como un animal, conducido por fuerzas externas, permaneciendo a un nivel muy bajo en una lucha por vivir.

Seguramente, incluso la persona más optimista llegará a estos momentos bajos de experiencia; y si son honestas consigo mismas, están sintiendo cosas en su interior que apenas son admirables o deseables. Pero lo que no es admirable, lo que es indeseable, no forma parte de la Presencia, porque esta es pura.

Si alguien permanece quieto el tiempo suficiente y puede serenar su mente, comenzará a sentir la Presencia. Si alguien empieza a sentir el verdadero estado de su ser, la condición real de su mente y su cuerpo, y puede estar consigo mismo a un nivel más profundo, entonces comenzará a sentir la Presencia.

Cuando las personas dan honestamente a otras personas sin el deseo de enriquecerse o validarse a sí mismas, ellas sienten la Presencia. Cuando te mueves inspirado por la acción de alguien, sientes la Presencia. Está muy cerca. Retira el barniz de la psicología humana y la Presencia está ahí.

¿Qué es esta Presencia? ¿Y por qué está siempre presente? Es la presencia de tu Familia Espiritual. Es la presencia de la Creación. Es la Presencia de la Fuente de todas estas cosas, pues nunca dejaste a Dios. No dejaste a Dios físicamente en un lugar para ir a otro lugar donde Dios no existe, pues no hay lugar donde Dios no exista. Dios es omnipresente. Dios incluso existe en el infierno, o en estados mentales que son infernales.

Debe ser un problema real evitar a Dios. Sin embargo, las personas lo están haciendo. Incluso sin saber por qué, ellas lo están haciendo.

Cuando dejas esta vida, cuando tu cuerpo muere, no es que desaparezcas y te vayas a otro lugar. Simplemente, despiertas a lo que siempre estuvo ahí. Están quienes te enviaron al mundo, esperando para saludarte. Y está la Presencia, la Presencia magnífica. No viajaste de un lugar a otro para experimentarla. Siempre estuvo ahí.

Entonces, ¿por qué las personas la resisten? ¿Por qué intentan evitarla a toda costa? ¿Por qué buscan una experiencia mundana de sufrimiento, lucha y adaptación constante cuando pueden experimentar la Presencia?

Es una pregunta persistente y, sin embargo, su respuesta es una experiencia en sí misma: el deseo de experimentar esta Presencia; la intención de dejar de pensar y comportarse desesperadamente; el deseo de experimentar la verdadera naturaleza y propósito de uno mismo en el mundo —un punto de inflexión dentro del individuo—.

En lugar de escapar, en lugar de intentar mantenerte en un estado de fantasía, en un estado de agravación, decides que ya no quieres esas cosas, y estás dispuesto a pasar por un proceso de regreso a la Presencia.

La razón por la que no experimentas la Presencia es que está oculta: oculta por la apariencia del mundo, oculta por la composición de tu mente, oculta por tus circunstancias y por tu enfoque de la vida. Es como una persona que está durmiendo en el paraíso pero sueña con el infierno, sin darse cuenta de que, más allá de su estado de sueño, se encuentra en un lugar de gracia y significado.

Has invertido mucho para estar en el mundo, para invertir en tu identidad aquí. Estando aquí, has construido tanta resistencia a tu estado original que no quieres nada que pueda ponerle fin a esto. Esta es parte de la razón por la que las personas temen morir.

Pero no estamos hablando de morir. Estamos hablando de despertar. Estamos hablando de quitar capas y capas de engaño y obsesión, todo lo que has colocado sobre la luz, todo lo que el mundo ha colocado sobre la luz, hasta que la luz desapareció y ya no se vio más.

Es como si tu mente y tu cuerpo se hubieran convertido en la pantalla de la lámpara, pero la pantalla es tan oscura y envolvente que la luz no la penetra. En lugar de arrojar esta luz sobre el mundo, permanece oculta dentro de ti. Permanece oculta en casi todos.

Parte de la razón por la que las personas no quieren sentir la Presencia es que esta pone en duda todo lo que están intentando tener, ser y hacer. Pone en duda la realidad de la propia Separación.

Si Dios está ahí, si la Creación está ahí, e incluso tu Familia Espiritual, a quien apenas recuerdas, está ahí, ¿qué es esta realidad que estás experimentando en el mundo? ¿Cuán real es? ¿Cómo es de importante?

Esto comienza una especie de revolución dentro de ti, una revolución con fuerzas opuestas: por un lado, el deseo de despertar y de experimentar la Presencia; y por otro, el miedo a la Presencia, el temor al dolor que la Presencia revelaría, el miedo a la discordia y al conflicto que la Presencia revelaría, el miedo al reconocimiento de que tu vida está vacía y que tus metas son cuestionables.

Luego está el temor a Dios: el temor de haber negado a Dios y de que Dios te castigue; el temor de haber sido pecaminoso y malo y de que Dios y su supuesta ira y descontento de algún modo te alcancen. Las personas piensan que existe un Día del Juicio, y ciertamente no quieren que sea hoy.

Este es todo el problema con la Separación, porque esta requiere negar la Creación. Vivir en la realidad de la Separación requiere negar la Creación, porque la Creación es de Dios. No son estas cosas físicas que tocas y sientes. Está mucho más allá de eso.

Cuando comienzas a experimentar la Presencia, esta comienza a atraerte. Es la atracción más natural que pueda haber. Por supuesto, tú deseas experimentarla más, especialmente cuando descubres que no está ahí para castigarte, cuando descubres que no está llena de juicios, ira y descontento, cuando descubres que es maravillosa y magnífica.

Por supuesto que querrás volver a ella. ¿Qué otra cosa en el mundo puede darte esta experiencia? Aquí no abandonas el mundo, sino que descubres que tienes un propósito superior para estar en él, una memoria natural, un sentido más profundo. Esto sigue a la experiencia de la Presencia y precede a la experiencia de la Presencia.

Pero es una decisión consciente de cambiar la vida de uno mismo, de cambiar de dirección, de ir en contra de la gran inversión en la Separación, de ir en contra del miedo que uno siente, de ir en contra del deseo que continúa empujándote hacia el mundo, intentando perderte allí, intentando crear allí una nueva identidad, intentando ser, hacer y tener cosas allí.

Aquí no abandonas todo para ser un asceta, a menos que tengas un llamado especial para hacerlo. Para la mayoría de las personas, esto realmente representa que su vida sea iluminada e informada y que atraviese una gran transición: una gran transición interna y una gran transición externa. Porque si sientes la Presencia, o al menos eres consciente de que está ahí observándote, eso cambiará tu vida, tus metas, tus prioridades… todo.

Incluso la realidad de que Dios te está observando es desconcertante para las personas. Es desconcertante porque están tratando de esconderse. Como pequeñas criaturas que quieren esconderse bajo una roca, no quieren ser descubiertas por temor a ser destruidas. Así es como las personas consideran a Dios. Incluso si creen en Dios, no quieren experimentar a Dios hoy, porque eso parece ser el fin de todo. “Creeré en Dios hoy y podré estar con Dios más tarde, pero no ahora mismo, por favor. No estoy listo para Dios”.

Por eso, ser religioso no es garantía de que experimentarás la Presencia o el propósito superior que te ha traído al mundo. Estos descubrimientos los puede hacer una persona que no tiene religión o que ni siquiera cree en la religión. A veces, la creencia en la religión puede incluso hacer que este descubrimiento esencial sea aún más difícil, debido a la creencia en el castigo, en un Día del Juicio o en el infierno. Nadie quiere confrontar estas cosas. Hoy no. Ni ningún otro día.

Así que volvemos a la pregunta original de por qué las personas se evaden. Ellas no quieren pensar que Dios las está observando y que la Presencia está ahí, mirando todos sus pensamientos y su comportamiento, todas sus faltas, todos sus libertinajes, todos sus pensamientos violentos, todos sus resentimientos, sus quejas y las cosas terribles que pasan por su imaginación.

Pero Dios no se horroriza por estas cosas, porque Dios se enfoca en ti: no en el tú que has creado en Separación, sino en el tú que Dios creó y que forma parte de la propia Creación.

Lo que estamos hablando aquí está en el centro mismo del dilema humano. Y no es solo un dilema humano, sino el dilema de toda la vida inteligente manifiesta en el universo e incluso en otros universos.

Otras razas en el universo, aunque puedan parecer diferentes a ti e incluso tengan una mayor tecnología, aún enfrentan el problema fundamental de la Separación. La Presencia también está con ellas, pero no pueden sentirla. No la quieren. Y en la mayoría de los casos, ni siquiera creen que esté ahí.

Entonces, ¿cuál es el valor de todas esas cosas que buscas en el mundo —comodidad, seguridad, placer, poder, riqueza—, si te roban tu conexión Divina, si anulan tu conciencia de la Presencia y, con ello, el propósito superior por el que estás en este mundo en este momento?

Las personas tienen momentos en los que miran las cosas un poco más objetivamente, y piensan: “Hum… Estas cosas que todos reclaman y desean, ¿son realmente tan importantes?”. Ellas tienen momentos de introspección. Quizá, tras episodios de decepción o desilusión tengan momentos de introspección: momentos esperanzadores, momentos de reconsideración.

No se trata de religión. No se trata de salvadores. No se trata de a qué tradición de fe perteneces. Se trata de la Presencia. No se trata de tu ideología o del sistema religioso al que puedas adherirte.

Las personas hacen todas las preguntas equivocadas, como ves. Todo el enfoque está mal. Piensan que se trata de ideas. Piensan que se trata de la lealtad a sus ideas, porque viven en un mundo de ideas. Realmente se trata de la Presencia; no de una presencia maligna, ni de una presencia engañosa, sino de la verdadera Presencia.

Existen presencias malignas. Existen presencias engañosas. Existen presencias oscuras, oh sí, pero Nosotros estamos hablando de la verdadera Presencia. ¿Qué es una presencia oscura sino una sombra en el paisaje, cuando la verdadera Presencia es la luz que ilumina el paisaje entero?

Si experimentaras esta Presencia de manera más consistente, comenzarías a sentir y a experimentar que tienes una mayor presencia y propósito en el mundo, una mayor dirección a seguir que no tiene mucho que ver con tus metas y aspiraciones anteriores

Esto requeriría que reconsideraras todo lo que estás haciendo, que reconsideraras todas tus relaciones, excepto quizá con tus hijos, con quienes tendrás que mantener una posición responsable como proveedor. Tendrías que reconsiderar todo lo que estás haciendo. Las personas no parecen querer hacer eso. Es el pequeño precio que pagas por la revelación y, oh, qué pequeño es el precio comparado con lo que se revela aquí.

Dios ha enviado un Nuevo Mensaje al mundo que revela el poder de la Presencia. Dios ha provisto un camino a través del estudio de los Pasos al Conocimiento. Dios ha revelado la verdadera naturaleza de tu realidad espiritual al nivel del Conocimiento, la inteligencia más profunda dentro de ti. Todo tiene como objetivo llevarte a la Presencia y luego a tu propósito superior en el mundo, que vive en lo más profundo de ti y que ha estado contigo todo el tiempo.

Cuando hablamos de que regreses a la Presencia, no queremos decir que regreses completamente, pues si lo hicieras no podrías estar en el mundo. Perderías todo deseo e intención de estar aquí, porque la Presencia es muy poderosa y tiene un gran atractivo.

No, Dios solo quiere que experimentes un poco de la Presencia, lo suficiente para permitirte detener tus pensamientos y comportamientos autodestructivos; lo suficiente para comprometerte con tu realidad más profunda; lo suficiente para darte el coraje para enfrentar y reconsiderar tu vida y tus circunstancias; lo suficiente para que experimentes el poder y la presencia del Conocimiento dentro de ti, y tengas el coraje y el deseo de seguirlo por encima de todas las demás cosas de la vida.

El propósito no es volver a Dios. Primero, debes cumplir tu misión y tu destino en el mundo y reingresar al mundo del dolor y la dificultad, de la confusión y el contraste, pero ahora con una mayor realidad guiándote.

Así que tienes un atisbo de la Presencia y muchos atisbos de la Presencia, pero no puedes ir a ella completamente, porque eso te sacaría del mundo. Dios quiere que estés en el mundo, y tienes el perfecto Conocimiento de que necesitas estar aquí, no para perderte en la Separación, no para tratar de recrearte, no para intentar hacer que la Separación sea exitosa, sino para experimentar y cumplir aquí un mayor destino.

Es como si tuvieras dos propósitos para estar en el mundo: por un lado, tienes el propósito personal de escapar a un mundo de Separación. Pero Dios ha enviado contigo un propósito superior para contribuir en el mundo, y este propósito te acompaña a todas partes.

Por tanto, es tan cierto que no puedes escapar de la Presencia como que tampoco puedes escapar del propósito superior que te trajo aquí. Este también va contigo a todas partes. Pero tu dilema es: ¿cómo vas a experimentar estas cosas dentro de ti mismo, y cómo pasarás por la transición y el cambio natural en tus prioridades y en tu sentido de dirección que estas cosas te indicarán?

Despertar de una vida de adicción requiere que renuncies a esa vida, pero las personas no quieren renunciar a su inversión anterior. Las personas simplemente quieren ser felices en su inversión anterior. Pero nunca podrán ser felices ahí por mucho que lo intenten.

No puedes hacer que una vieja vida funcione. Necesitas una nueva vida. Incluso si permaneces en la mayoría de tus circunstancias actuales, aun así necesitas una nueva vida. La Revelación te da una nueva vida. El Nuevo Mensaje de Dios para el mundo te da una nueva vida. Incluso las grandes tradiciones religiosas del mundo pueden darte una nueva vida si puedes entenderlas correctamente y no te disuaden los muchos errores de pensamiento que existen en ellas.

Las personas siguen intentando hacer que sus vidas funcionen cuando sus vidas simplemente no funcionan. Siguen intentando hacer que sus circunstancias sean atractivas y aceptables para su naturaleza más profunda, pero su naturaleza más profunda tiene otros planes. Intentan creer en Dios, pero no quieren que Dios aparezca este día. Oran por guía y liberación, pero temen la guía y la liberación.

Este es el dilema de la Separación. Es el dilema fundamental de tu presencia en el mundo y de la confusión que experimentas contigo mismo y con tu lugar y propósito aquí; una sensación de confusión que impregna tus relaciones y tus actividades.

Por eso, en la Nueva Revelación de Dios, así como en las Revelaciones de Dios más antiguas y en las previas, siempre existe un énfasis en regresar a Dios; no en adorar a Dios desde la distancia, ni simplemente en creer, sino en abrir la puerta dentro de uno mismo a una revelación interna, la cual se traduce en la experiencia de la Presencia, en el descubrimiento de que uno tiene un propósito superior, y en el deseo y la capacidad de pasar por una gran revolución dentro de ti que te permita reconocer este propósito, seguirlo y luego reaplicarte en el mundo.

La Presencia te atraerá, pero también te enviará de vuelta. Te dará una nueva vida con el tiempo, pero te enviará de vuelta. No hay forma de escaparte hacia Dios, pues no es ese el propósito por el que estás en el mundo, tu verdadero propósito. Pero necesitas a Dios o la Presencia para reconocer este verdadero propósito y encontrar el coraje para seguirlo.

Incluso si no eres una persona religiosa y no piensas en términos religiosos, al final sigue siendo lo mismo: una profunda convicción interna, una profunda conciencia interna, una profunda motivación interna; un sentido de lo que es correcto y un profundo sentido de lo que no es correcto que parece ir más allá de los puntos de vista políticos o las actitudes sociales de uno mismo; una conciencia más profunda no moldeada por tu cultura, tu sociedad y tu familia, una conciencia más profunda que se estableció cuando fuiste creado mucho antes de venir a este mundo.

Por tanto, en el estudio de los Pasos al Conocimiento aprendes a estar en quietud, no para que puedas obtener información, no para que puedas tener el número ganador, no para que puedas ser más inteligente y astuto en la vida, sino para experimentar la Presencia.

Primero, experimentarás la presencia de tus Maestros a tu alrededor, aquellos que son enviados a supervisar tu vida y otras vidas. Ellos existen más allá del ámbito físico, y tú experimentarás su presencia, la cual es muy poderosa. Pero eso te llevará a una mayor experiencia de la Presencia, a medida que tu deseo de la Presencia y tu capacidad para ella aumenten.

La Presencia es tan abrumadora que, cuando la experimentas por primera vez, es como un destello de luz momentáneo, como un relámpago que ilumina el paisaje nocturno. Por un breve segundo puedes verlo todo, y luego todo vuelve a estar oscuro otra vez. Por un instante experimentaste la Presencia, pero fue solo un instante, porque realmente aún no tienes el deseo ni la capacidad para que esa experiencia crezca. Eso tiene que ser desarrollado mediante la práctica y la intención. Pasos al Conocimiento tiene muchos pasos para llevarte a través de esto, para darte el tiempo para desarrollar este deseo de la Presencia y tu capacidad para experimentarla, que es fundamentalmente la capacidad para experimentar una relación.

Como ves, tu capacidad para experimentar una relación determinará la calidad de tu relación con los demás. Si tienes una capacidad extremadamente limitada, eso limitará tu experiencia de relación con los demás. Esto se traduce en tu vida directa e inmediatamente. Cuanto más experimentes la Presencia, más podrás estar con otras personas; cuanto más puedas estar contigo mismo, más podrás estar en la vida.

El eco que esto tiene en la calidad de tu vida es tremendo y natural. Tiene que suceder. Pero en este momento aún tienes que ser persuadido; aún debes ser cautivado por Dios, cautivado por la promesa de paz, felicidad y significado, de poder y satisfacción, porque tienes mucho miedo, mucho miedo de que Dios pueda aparecer un día y reconduzca tu vida.

Sin embargo, eso es lo que quieres. Parte de ti lo quiere. Otra parte de ti no lo quiere. Parte de ti busca la relación. Otra parte de ti huirá de ella. Por tanto, es trabajar esto lo que representa el proceso de revelación.

La revelación no es solo un gran momento sensacional. Es un proceso de retorno. Tiene sus momentos de iluminación, pero es un proceso que requiere tiempo, el proceso más natural que existe.

Detente por un momento. Deja que tu mente se calme. Respira profundamente. Ve a un lugar tranquilo. Deja a un lado tus pensamientos, planes, metas y problemas el tiempo suficiente; haz esto con suficiente frecuencia y comenzarás a experimentar la Presencia. Después de un tiempo, esta simplemente surgirá, al principio en pequeños destellos; y luego, a medida que avances, tendrás experiencias más amplias, lo suficiente para mostrarte lo que necesitas ver y saber sobre ti mismo y sobre tus circunstancias.

Este es el proceso de la revelación. El Nuevo Mensaje de Dios para el mundo habla de la revelación en estos términos. Es un Mensaje para el mundo que es puro. No ha sido corrompido por fuerzas políticas o individuos que buscan poder. Es algo puro y elemental. Y está destinado a todos.

Puede iluminar tu vida si lo abordas honestamente y estás dispuesto a seguir sus recomendaciones. Tu deseo de esto es el deseo de la Presencia. Tu disposición para esto es la disposición para experimentar la Presencia y todo lo que la Presencia revela. Tu miedo de esto es tu miedo de la Presencia. Tu negación de esto es tu negación de la Presencia. Cualesquiera que sean las razones que das para esta negación, son secundarias e insignificantes en comparación con la negación en sí misma.

No todos están listos para su revelación personal. No te preocupes por eso. Tu preocupación es si tú estás listo, si estás listo para pasar por el proceso de revelación: un proceso de iluminación, un proceso de cambio, un proceso de reevaluación, un proceso de cambiar tu enfoque en la vida desde la Separación hacia la unión y la relación. Debes pensar en estas cosas, seguir pensando en ellas y nunca dejar de pensar en ellas.

Nosotros somos parte de la Presencia, la parte que está aquí para guiarte y para traer el Nuevo Mensaje al mundo. Somos aquellos que hemos logrado la capacidad de vivir más allá de los límites del mundo e incluso de los límites del cuerpo. Y por eso servimos al propósito de toda vida, pues es nuestra alegría hacerlo.

Aquellos como Nosotros, que representamos el Plan de la Divinidad, también te ayudarán a comenzar este proceso de revelación. Te alentarán sin tomar el control de tu vida, pues eres tú quien debes tomar el control de tu vida, guiado por el Conocimiento.

Hay tanto que aprender y desaprender, que cualquier cosa que digamos podría ser malinterpretada y utilizada en contra de la Revelación. Pero ese es el riesgo que se debe asumir para traerte esta conciencia y animarte a que tomes los Pasos al Conocimiento y recibas el Nuevo Mensaje de Dios para el mundo, el cual se da en un tiempo de grave peligro para la humanidad, un tiempo de gran cambio y agitación. Se está dando a personas de todas las tradiciones religiosas para iluminar esas tradiciones y hacer aflorar la esencia de sus Enseñanzas, de manera que todo el mundo tenga la oportunidad de experimentar la Presencia.

La Presencia está contigo en este momento. Está justo detrás de ti. Está bajo la superficie de tu mente. Existe en todo lo que ves y tocas, pero impregna estas cosas más allá de tu rango de visión. Experimentas la Presencia con un sentido más profundo que va más allá de los sentidos del cuerpo.

Está contigo ahora. Estaba contigo ayer, y estará contigo mañana, llamándote y aguardando tu regreso; esperando para otorgarte una vida de propósito, significado y dirección; esperando que escojas el camino de la revelación y te apartes de la oscuridad de tu imaginación y de la vida temerosa que intentas vivir.

Deja que esta sea tu comprensión.