El futuro de la humanidad


Como le fue revelado a
Marshall Vian Summers
el 12 de mayo de 2010
en Boulder, Colorado, Estados Unidos

Texto original: The Future of Humanity

Escucha el audio original aquí (en inglés):

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Lo que estás leyendo en este texto es la transcripción de la voz original de la Asamblea Angélica hablando a través del Mensajero Marshall Vian Summers.

Aquí, la comunicación original de Dios, que existe más allá de las palabras, es traducida al lenguaje y el entendimiento humanos por la Asamblea Angélica que supervisa el mundo. La Asamblea después entrega el Mensaje de Dios a través del Mensajero, tras lo cual es transcrito y puesto a tu disposición y a disposición de todos.

En este extraordinario proceso, la Voz de la Revelación está hablando de nuevo. La Palabra y el Sonido están en el mundo. Que puedas ser el receptor de este regalo de Revelación y puedas estar abierto a recibir su Mensaje único para ti y para tu vida.




Nota a los lectores:
Esta traducción fue provista a la
Society por estudiantes del Nuevo Mensaje que se han ofrecido voluntariamente a traducir el texto original en inglés. La publicamos en esta forma inicial para que todo el mundo tenga una oportunidad de interactuar con una porción del Nuevo Mensaje en un su propio idioma.

La humanidad tiene un gran futuro, pero es un futuro incierto, un futuro que ahora está siendo desafiado por el gran cambio que está llegando al mundo; un futuro que ahora está siendo desafiado por aquellas razas en el universo que están interfiriendo en los asuntos humanos, buscando aprovecharse de una humanidad débil y dividida.

La humanidad ha llegado a un punto en el que su futuro y su destino se decidirán en los próximos años, y serán determinados por la forma en que responda al gran cambio que está llegando al mundo y a la competencia del universo a su alrededor, una competencia sobre quién tendrá la influencia dominante sobre el futuro y el destino de la familia humana.

La gente no se da cuenta de que está viviendo en un punto de inflexión tan monumental, un momento crucial en la larga historia de la humanidad. No está en los pensamientos de las personas; no está en las conversaciones de la gente. Pero sí está en la experiencia de las personas a un nivel más profundo.

Muchas personas en todo el mundo están sintiendo que un gran cambio está llegando, y miran el futuro con preocupación y ansiedad. Sienten el gran cambio que se avecina en el horizonte, incluso si aún no pueden hablar abiertamente de él, o articular lo que sienten específicamente.

Debido al gran cambio que está llegando al mundo y al encuentro de la humanidad con la vida en el universo, el Creador de toda vida ha enviado una Nueva Revelación: una gran bendición, un gran poder, un gran Mensaje, una gran preparación. Ha llegado en una forma pura, en una forma simple, dada gradualmente durante un largo período de tiempo a un hombre que fue enviado al mundo para llevar un Nuevo Mensaje de Dios a una humanidad en lucha.

Para aquellos que serán los primeros en encontrar esta Nueva Revelación, tal vez resulte confusa, porque trata mucho del futuro de la humanidad y, en menor grado, de sus circunstancias y dificultades actuales. Pero esta siempre ha sido la naturaleza de las grandes Revelaciones, las Revelaciones traídas por los Mensajeros a lo largo de la historia humana.

Las Revelaciones no han sido simplemente una respuesta a problemas y dificultades inmediatos, sino una preparación para la próxima gran etapa de evolución y desarrollo humanos. De hecho, en este caso, la Nueva Revelación de Dios habla de un mayor desafío a la libertad y soberanía humanas en este mundo, un desafío que muy pocos conocen.

Aún no te das cuenta de lo que amenaza tu bienestar. Aún no te das cuenta del poder y la fuerza del Conocimiento que Dios te ha dado. Y todavía no te das cuenta de que hay una Nueva Revelación en el mundo, y de que estás viviendo en un tiempo de Revelación.

Si las personas estuvieran realmente conectadas con su experiencia más profunda, tal vez podrían discernir estas cosas. Pero no es así. Por tanto, llega la Revelación, pero pocos pueden escucharla. Pocos pueden reconocerla por lo que realmente es. Pocos pueden aceptar la responsabilidad de lo que significaría para sus vidas recibir un Nuevo Mensaje de Dios. Y pocos pueden reconocer lo que viene en el horizonte: las grandes tormentas que se están formando en el futuro, y la vulnerabilidad de la humanidad ante esas fuerzas y razas de su universo local que están aquí para ejercer su influencia sobre una humanidad desprevenida.

Las personas se ven acosadas por otros problemas: los problemas del día, las ansiedades del momento. Por supuesto, estos problemas son muy reales en muchos casos, pero son insignificantes en comparación con lo que viene.

Dios sabe que la humanidad no está respondiendo, que no está leyendo las señales del mundo y no está respondiendo al Conocimiento, la gran dotación. Por tanto, se ha enviado aquí una Nueva Revelación, una Revelación diferente a todo lo que se haya dado antes a la humanidad, con el fin de prepararla para un futuro que no está anticipando y para el cual no está preparada.

Si la humanidad realmente entendiera su posición y su vulnerabilidad, entonces reconocería por qué se ha tenido que dar una Nueva Revelación. Vería que las Revelaciones anteriores de la humanidad, dadas todas por Dios, no pueden prepararla para lo que está enfrentando ahora. Vería que las religiones y las instituciones religiosas de la humanidad son incapaces de prepararla para las Grandes Olas del cambio —para el deterioro medioambiental; para la pérdida en la producción de alimentos en el mundo; para un clima violento y el creciente riesgo de competencia, conflicto y guerra entre grupos y naciones sobre quién tendrá acceso a los recursos restantes del mundo, que se están agotando muy rápidamente en este momento.

Ninguna religión ni institución religiosa, tal como se encuentran hoy, puede preparar a la humanidad para las complejidades de la vida en el universo, o para lo que la humanidad debe saber para preservar la libertad y la soberanía humana en este mundo. De hecho, las religiones del mundo se han fracturado hasta internamente, discutiendo entre sí y ancladas en el pasado distante.

Incluso las nociones y creencias sobre Dios y la Creación están perdidas en la antigüedad, y se basan en ideas antiguas que no siguen el ritmo de las revelaciones sobre la extensión del universo o la gran diversidad de vida que vive por todo el mundo y más allá de él.

Es por eso que la humanidad ahora debe prepararse para una nueva realidad, una realidad difícil pero redentora. Porque, para la humanidad, enfrentar las Grandes Olas del cambio y la intervención de la Comunidad Mayor contiene la mayor promesa para la unidad y la cooperación humanas. Ante estas cosas, se hace bastante evidente que las naciones tendrán que unirse para conservar el mundo, evitar el colapso, preservar la civilización humana y aprender sobre la Comunidad Mayor de vida en la que la humanidad siempre ha vivido, y en la que este mundo siempre ha existido.

Es una educación nueva, una necesidad mayor, y tiene el poder de unir a una humanidad dividida. Tiene el poder y la fuerza para superar viejos conflictos y animosidades. Es así de poderoso, urgente y fuerte, si puede verse claramente y entenderse.

Pero en este momento, la humanidad no es muy inteligente. No anticipa el futuro. No se prepara para el futuro. No hace sacrificios en el momento para prepararse para futuras eventualidades. No puede ver las eventualidades futuras. Si bien hay individuos que pueden reconocer estas cosas y pueden ser previsores, la humanidad en su conjunto es torpe e ignorante, está absorta consigo misma y se muestra indiferente ante un mundo cambiante.

Es por eso que Dios ha enviado una Nueva Revelación. La Revelación está aquí para construir la inteligencia humana, expandir la conciencia humana y enseñar el significado de la religión y la espiritualidad al nivel del Conocimiento, al nivel de la Inteligencia más profunda que existe dentro de cada persona y en toda la vida sintiente en el universo.

Aquí, en lugar de tener fe en Dios, aprendes a responder al Conocimiento. Aquí, en lugar de establecer sistemas de creencias fantásticos y defenderlos frente a otros sistemas de creencias, comienzas a responder al Conocimiento y a seguirlo. Aquí, en lugar de idolatrar y adorar a maestros y mensajeros, aprendes a reconocer el Conocimiento en el otro, que es la parte más sabia de cada persona.

Dios no dirige el mundo. Dios no maneja el clima. Dios no tiene que ocuparse de cada pequeña cosa, porque Dios ha puesto todo en movimiento y te ha dado el Conocimiento para guiarte, protegerte y prepararte para una vida de mayor servicio en el mundo.

El Señor de todos los universos no está preocupado por tus asuntos diarios, pero al mismo tiempo te ha dado una conexión más profunda para que la Voluntad y el Poder de Dios puedan hablarte, guiarte y brindarte certeza frente a la calamidad o la turbulencia.

Dios está muy cerca de ti, y sin embargo es vasto, magnífico e incomprensible. Tu conexión con Dios está en el centro mismo de tu Ser, pero vives tu vida en la superficie de la mente, retenido allí por tu fascinación con el mundo y tu miedo del mundo, retenido allí por tus propios temores y obsesiones. Dios está muy cerca, pero parece estar muy lejos.

Se han contado grandes historias sobre los Mensajeros del pasado, pero ¿quién sabe la realidad de la Revelación? Hay cuentos fantásticos de milagros y cualidades sobrehumanas, cuentos fantásticos sobre retozar con la Hueste Angélica, pero ¿quién en el mundo sabe cómo es la verdadera Revelación, cómo se experimenta y cómo se expresa?

Porque ha pasado mucho tiempo desde que la humanidad recibió una Nueva Revelación del Creador de toda vida, y nadie que viva en el mundo actual puede dar cuenta de ello. Solo hay historias del pasado. Por tanto, cuando ocurre una verdadera Revelación, las personas no la ven. No la reconocen. No responden. Si la encuentran directamente, dudan: “¿Cómo puede ser?”.

Al principio, incluso el Mensajero mismo no proclamará. Es el propio Mensaje el que proclama. El Mensaje se proclama a sí mismo como lo que es. Representa a su Fuente y su propósito. Habla de vivir plenamente en el momento y de prepararse sabiamente para el futuro. Porque el Creador de toda vida desea que la humanidad se prepare para su futuro —un futuro diferente al pasado, un futuro que la gente no verá o no podrá ver, pero que se puede ver, sentir y conocer.

Esta es una llamada a que respondas. Es un Mensaje para ti sobre tu vida y tus circunstancias. Es una Revelación sobre la verdadera naturaleza de tu espiritualidad y su Fuente. Es una nueva comprensión sobre la inteligencia y la responsabilidad humanas. Es una llamada a la unidad y la cooperación humanas. Es una revelación de lo que está llegando en el horizonte y de lo que la humanidad debe hacer para prepararse tanto colectiva como individualmente. Habla de la fuente y centro del poder dentro del individuo, y de dónde puede establecerse la libertad interior, y de qué significa la libertad real, cómo se puede preservar y qué la amenaza tanto hoy como mañana.

Nunca antes se había impartido tal Enseñanza a la humanidad, ya que las Revelaciones anteriores se dieron a personas que eran analfabetas y no tenían sofisticación. En contraste, la Nueva Revelación de hoy es amplia y detallada. Es rica. Su Enseñanza cubre muchas materias. Es la Enseñanza más grande jamás dada a la humanidad, ya que se le está dando a una humanidad que ahora sabe leer y escribir y tiene conciencia mundial. Incluso la naturaleza de la Revelación ha cambiado drásticamente para satisfacer las crecientes y cambiantes necesidades de la humanidad.

Pero las ideas de las personas todavía se pierden en el pasado. No entienden lo que significa una Revelación. No la reconocen cuando aparece. No ven la bendición y la responsabilidad de vivir en un tiempo de Revelación. Ni siquiera ven la necesidad de una Nueva Revelación.

No obstante, se ha enviado un Nuevo Mensaje de Dios. Es necesario ahora, porque la humanidad no puede ver lo que se avecina. No está preparada y no reconoce la necesidad de prepararse. Está viviendo con un malentendido de sus circunstancias, y no puede ver los frutos de sus acciones o las consecuencias futuras del impacto de la humanidad en el mundo natural.

La tecnología se ha convertido en su nueva religión, el nuevo dios que la salvará de todo, o eso piensa. Pero su tecnología no puede prepararla para las Grandes Olas del cambio, y no puede prepararla tampoco para su encuentro con fuerzas difíciles del universo. La humanidad no conoce su fuerza o su debilidad. Es por eso que ahora es tan vulnerable.

El mundo se ha agotado tanto, y se está agotando tanto incluso en este momento, que el sustento y la estabilidad futuros de la humanidad están ahora en peligro. Debes ver esto y sentirlo para reconocer por qué se daría una Nueva Revelación. Debes tener el coraje y la objetividad para enfrentar estas cosas sin culpar ni condenar a otros. Porque todos han creado esto, y todos enfrentan las consecuencias.

Su futuro y su destino se determinarán en las próximas décadas. Será determinado ahora. Será determinado por la sabiduría de la humanidad o por su ignorancia. Esa es la elección. Esa es la decisión. Esa es la gran responsabilidad de tu tiempo. Esa es la gran llamada de tu vida.

Es por eso que la Nueva Revelación debe hablar de la fuerza central de la humanidad y del poder del Conocimiento dentro del individuo. Porque la humanidad debe saber dónde puede encontrar su fuerza, dónde reside su sabiduría y dónde obtendrá la certeza y el compromiso para hacer lo necesario para preservar la civilización humana y frustrar la intervención desde el exterior.

Estas cosas son desconocidas para la gente, pero la vida se está moviendo y el mundo está cambiando. El aislamiento de la humanidad en el universo ya ha terminado, y nunca lo volverá a tener. El mundo ha cambiado, pero la gente no ha cambiado con él lo suficiente.

Hay muchas cosas nuevas que deben ser aprendidas y entendidas. Hay muchas cosas que nunca antes se necesitaron, pero que ahora se necesitan. Existe una gran necesidad de elevar el espíritu humano y de educar a la humanidad sobre la realidad y la espiritualidad de la vida en el universo.

Pero ¿quién puede enseñar a la familia humana estas cosas? No se pueden aprender en ninguna universidad, ni en ninguna iglesia, mezquita o templo. Estas cosas deben venir de Dios, porque solo Dios conoce completamente el corazón y el espíritu humanos. Solo Dios conoce plenamente la historia y el destino de la humanidad.

Por tanto, se ha enviado una Revelación, enviada a través de un hombre, el Mensajero. Enviada como los Mensajes siempre han sido enviados, ingresando al mundo de una manera simple y humilde, sin boato, sin gran drama, sin una gran demostración.

Dios ha dado una respuesta a las oraciones y peticiones sinceras de personas de todos los ámbitos de la vida, naciones y culturas. Sus oraciones han sido ahora respondidas, porque una Nueva Revelación está en el mundo. Es tu desafío ahora encontrar esto y aprender de ello y permitir que te enseñe sobre el significado de tu vida en el mundo, sobre aquello para lo que te estás preparando ahora y sobre la gran promesa y el gran riesgo que la familia humana tiene ante sí.

Frente a estas grandes pruebas, la humanidad tendrá la oportunidad de construir una nueva base en el mundo: de unir a la humanidad de manera significativa y sin represión, de actuar unida en lugar de luchar en Separación mutua, de madurar y ser sabia, de construir su fuerza y escapar de la tragedia del pasado.

Son los grandes desafíos los que permitirán a la humanidad hacer esto. Lo que podría destruir la civilización humana es lo que podría fortalecerla y darle una nueva base y una nueva dirección. La adversidad que enfrenta es redentora solo en este sentido. Pero no subestimes el gran riesgo. No subestimes el desafío que enfrentan no solo los líderes de las naciones, sino cada ciudadano.

Por tanto, la decisión se encuentra ante ti: ¿te unirás y cooperarás para preservar el mundo y para enfrentar el gran desafío de emerger a una Comunidad Mayor de vida, o lucharás y pelearás para ver quién tiene acceso a los recursos restantes, ignorando el peligro que existe desde más allá del mundo, un peligro que solo se aprovechará del conflicto y la discapacidad de la familia humana?

Esa es la pregunta, como ves. Es una pregunta que es más importante y significativa que cualquier otra que puedas considerar en este momento, una pregunta que supera todas sus otras preocupaciones. Sin embargo, es una pregunta que está presente en muy pocas mentes en la actualidad.

La humanidad no es consciente de su gran fuerza ni de sus grandes peligros. Son estas dos cosas las que han traído un Nuevo Mensaje de Dios al mundo para la protección y el avance de la humanidad. Dios busca proteger la civilización humana y darle una nueva vida, un nuevo propósito y una nueva dirección, así como advertir a la humanidad de las grandes adversidades que enfrenta ahora, las cuales son mayores que cualquier cosa con la que sus antepasados hayan tenido que lidiar.

Por tanto, mucho depende de la respuesta humana —de la responsabilidad humana, la capacidad de responder—. Mucho depende de su conciencia y sus decisiones, y de su capacidad de reconocer que está viviendo en un tiempo de Revelación, en un tiempo de transición a un mundo más difícil y peligroso.

Mucho depende de la inteligencia humana, la inteligencia de las personas que puedan responder a una Nueva Revelación y puedan compartir su sabiduría y su guía con los demás. Mucho depende del poder y la presencia del Conocimiento dentro de cada individuo, un poder y presencia que muy pocos conocen y al que la mayoría no presta atención.

Tienes que amar a la humanidad y tener una gran fe en ella para creer que tomará las decisiones correctas, y que seguirá el camino que proporcionará una nueva forma de avanzar. Tienes que amar a la humanidad y tener fe en su espíritu, su promesa y sus talentos a pesar de sus errores trágicos y prolongados.

No pienses que otra raza del universo vendrá a salvar a la familia humana, ya que aquellos que afirman hacerlo solo están aquí para aprovecharse de su debilidad y su inocencia. No pienses que si la civilización humana fracasa, entonces puede establecerse algo mejor o mayor como consecuencia. No subestimes el poder de la época en la que vives y de las grandes adversidades que ahora enfrentas y que aún tantas personas desconocen.

No pierdas la fe en el poder y la presencia del Conocimiento, dentro de ti y de los demás, para poder reconocer y responder a esto y ver la gran oportunidad de forjar una nueva unión en la familia humana —una unión construida por necesidad, construida en el fuego de la necesidad; una unión construida por el reconocimiento de que unida puede tener éxito allí donde, en el pasado, ha fallado.

La advertencia está sobre ti, pero la bendición también. Porque Dios ama a la humanidad y no quiere verla fracasar o perder su libertad a medida que emerge a una Comunidad Mayor de vida en el universo.

Tú también debes tener este amor, esta fe y este compromiso con la humanidad. Si es así, comenzarás a experimentar el poder y la gracia del Conocimiento dentro de ti. Verás que tú también has venido al mundo en este momento específico para hacer una contribución única, a ciertas personas y en ciertas circunstancias. Y aunque quizá no reconoces todavía quiénes son estas personas o cuáles son estas circunstancias, sentirás el poder y la presencia del Conocimiento moviéndote, liberándote, reestructurando tu vida, reformulando tus compromisos, y moviéndote en una nueva dirección.

Que puedas experimentar esta bendición, porque es una verdadera bendición. Que estos tiempos susciten un nuevo y más profundo compromiso, así como un coraje más hondo. Que puedas ver que tu futuro está por delante y ha de decidirse en este momento de gran transición. Que puedas reconocer que tú, como individuo, debes tomar estas decisiones, y no simplemente confiar en que otros las tomen por ti. Que puedas reconocer que el poder y la gracia del Conocimiento viven dentro de ti, bajo la superficie de tu mente.

Dentro de tu corazón sabes cosas que la mente no puede entender, y sabes que tu verdadera identidad existe más allá del ámbito y el alcance del intelecto, en el poder y la presencia del Conocimiento.

Que puedas escuchar estas palabras con tu corazón y una mente abierta, para poder ver el gran amor que demuestran y el gran respeto y confianza que te ofrecen, a ti que todavía no te respetas y no confías en ti mismo.

Que la Nueva Revelación de Dios ilumine tu vida y te brinde fortaleza y coraje para navegar los tiempos difíciles que se avecinan, y para hablar como una sola voz en este mundo, forjando los cimientos para un futuro más grande para la familia humana.