Evitar el desastre


Como le fue revelado a
Marshall Vian Summers
el 26 de enero de 2009
en Boulder, Colorado, Estados Unidos

Texto original: Avoiding Disaster

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Lo que estás leyendo en este texto es la transcripción de la voz original de la Asamblea Angélica hablando a través del Mensajero Marshall Vian Summers.

Aquí, la comunicación original de Dios, que existe más allá de las palabras, es traducida al lenguaje y el entendimiento humanos por la Asamblea Angélica que supervisa el mundo. La Asamblea después entrega el Mensaje de Dios a través del Mensajero, tras lo cual es transcrito y puesto a tu disposición y a disposición de todos.

En este extraordinario proceso, la Voz de la Revelación está hablando de nuevo. La Palabra y el Sonido están en el mundo. Que puedas ser el receptor de este regalo de Revelación y puedas estar abierto a recibir su Mensaje único para ti y para tu vida.




Nota a los lectores:
Esta traducción fue provista a la
Society por estudiantes del Nuevo Mensaje que se han ofrecido voluntariamente a traducir el texto original en inglés. La publicamos en esta forma inicial para que todo el mundo tenga una oportunidad de interactuar con una porción del Nuevo Mensaje en un su propio idioma.

La humanidad ahora debe preocuparse por evitar el desastre. Este desastre es insuficientemente reconocido y comprendido por las personas que deberían estar mirándolo: las personas en el gobierno, las personas en el comercio, los líderes religiosos, los líderes comunitarios, etcétera.

El desastre tiene que ver con las Grandes Olas de cambio que están llegando al mundo: un gran cambio medioambiental, un clima cambiante, una meteorología violenta, la pérdida de recursos fundamentales, el impacto en las personas y su capacidad para cultivar alimentos, la escasez de agua, el aumento de las dificultades económicas y la inestabilidad, y el riesgo de que las naciones entren en guerra sobre quién tendrá acceso a los recursos restantes del mundo.

Esto no es simplemente una posibilidad o un evento distante. Está muy cerca. Son Grandes Olas de cambio, todas convergiendo al mismo tiempo, cada una de las cuales con poder para desestabilizar la civilización humana; pero juntas crean una situación diferente a cualquier cosa que la familia humana haya tenido que enfrentar antes. Y estas Olas se impactarán entre sí, creando corrientes cruzadas y acontecimientos imprevistos.

Esto hace que sea muy difícil predecir cómo se desarrollará esta situación. Pero es innegable que la humanidad se encamina hacia un desastre, un desastre que, a lo largo del tiempo, tendrá un mayor impacto en el mundo que cualquier guerra que haya ocurrido aquí.

Sin embargo, la humanidad muestra todas las tendencias habituales de negación y evitación, de optimismo ciego, de fe en la tecnología, una especie de respuesta débil a un problema grave. Si bien hay personas que se están dando cuenta de las Grandes Olas de cambio y de su inmenso potencial para cambiar el panorama del mundo, muchas personas en posiciones de liderazgo y el público en general siguen sin ser apenas conscientes.

Las dificultades económicas están ya aquí, pero realmente son solo el comienzo. Son una creación humana que se puede rectificar con el tiempo. Pero las Grandes Olas de cambio implican un mundo cambiante, un entorno diferente, un conjunto de recursos en declive, cosas que la humanidad no puede rectificar fácilmente por sí misma.

Porque ha gastado su herencia natural tontamente, con imprudencia y voracidad. La explotación del mundo se ha acelerado tan rápido, con efectos tan devastadores, que la familia humana tendrá que enfrentar un mundo en declive en el futuro.

En esencia, la humanidad está gastando el futuro de sus hijos. Está gastando los recursos de sus hijos. Y aunque las personas tienen dispositivos inteligentes para entretenerse, ¿quién tiene ojos para ver y oídos para escuchar lo que realmente ha ocurrido en el mundo en general?

No es simplemente que la humanidad tenga problemas. Siempre ha tenido problemas, pero esto es de una magnitud mucho mayor. ¿Cómo se las arreglará la humanidad con una población creciente y un pozo de recursos cada vez más reducido? ¿Qué evitará que la humanidad se autodestruya en constante conflicto sobre quién tiene acceso a estos recursos? ¿Qué puede elevar a la humanidad por encima de sus tendencias autodestructivas, su estupidez y su falta de respuesta a lo que se avecina en el horizonte?

Claramente, debe ser un poder mayor que el intelecto. Porque si bien el intelecto es inteligente e inventivo, rara vez es sabio y prudente. Es un poder que debe ser administrado por un Poder Mayor para que sea realmente efectivo y beneficioso.

Este Poder Mayor es el Poder del Conocimiento dentro del individuo, un Poder Mayor que el Creador de toda vida ha puesto dentro de cada persona para guiarla, protegerla y llevarla a una mayor vida y contribución en el mundo. Pero son tan pocas las personas conscientes de esta gran dotación, el gran regalo de Dios para la humanidad, que es como si no existiera, o solo pareciera un sueño o una posibilidad remota para las personas.

Mira el mundo a tu alrededor. Observa las cosas particulares de tu entorno y pregúntate: “¿Puede esto sostenerse en el futuro?”. Mira los automóviles, la estructura de las ciudades, el transporte de los alimentos y la fabricación de los productos, y pregúntate en cada caso: “¿Puede esto sostenerse en el futuro?”. Mira las ciudades en constante crecimiento, las ciudades en constante expansión, y pregúntate: “¿Puede esto sostenerse en el futuro?”. Mira los bosques cada vez más reducidos, los ríos contaminados, la pérdida de la capa superficial del suelo en las áreas agrícolas, y pregúntate: “¿Puede esto sostenerse en el futuro?”. Y observa el tiempo meteorológico cada vez más impredecible y sus eventos violentos, y pregúntate: “¿Se puede hacer frente a esto en el futuro?”.

Aquí hay una decisión fundamental a la que se enfrenta cada persona en la actualidad. Es la decisión sobre lo que escuchará dentro de sí misma. Cada persona tiene el poder y la presencia del Conocimiento, una conciencia más profunda en su interior que tiene la Sabiduría del Creador. Pero también tiene todas las capacidades e incentivos potenciales para llevar a cabo toda forma de destructividad, ignorancia y violencia sobre sí misma y sobre otros.

¿A qué escucharás? ¿Cuál de las dos cosas seguirás? Seguirás una o la otra. Debido a que son mutuamente excluyentes, es difícil seguir ambas en gran medida. Así que, tarde o temprano, tendrás que elegir una sobre la otra cada vez más.

No se trata solo de tener buenos programas de gobierno o líderes carismáticos. Esta es la decisión que todos tendrán que tomar, y lo que decidan determinará el resultado. Determinará si se puede evitar el desastre o, por el contrario, se fomentará el desastre.

La mayoría de la gente no fomentará el desastre consciente o voluntariamente, pero es evidente que si la humanidad no comienza a reconocer su difícil situación, se verá envuelta en un conjunto de circunstancias muy graves, que producirán inmensas penurias, privaciones y pérdida de vidas en el mundo. No hay que ser un genio para verlo. Solo tienes que hacer las preguntas correctas y tener el valor de mirar el horizonte de tu vida con la mayor objetividad posible, sin miedo ni preferencia, sin insistir en lo que quieres ni negar lo que podría suceder.

Aquí debes reconocer que lo que estás enfrentando es diferente al pasado. Podrías decir que la humanidad ha sobrevivido y superado todos sus grandes problemas y tribulaciones, pero eso no significa que vaya a poder hacer lo mismo en el futuro. La posibilidad está ahí. El requerimiento está ahí. La necesidad está ahí.

Pero dependerá de lo que las naciones y sus poblaciones tendrán que elegir —de los individuos y de ti mismo—: ¿qué elegirás? ¿A qué estarás dispuesto a renunciar? ¿Cuánto puedes adaptarte a las circunstancias cambiantes? ¿Y qué tipo de moderación puedes imponerte para no volverte vehemente, vengativo y odiar a los demás?

La mayoría de las personas no quieren perder riqueza y poder, cualquier riqueza y poder que ya posean. Y, por supuesto, hay muchas personas que no tienen riqueza ni poder: ni poder social, ni capacidad para reorientar sus vidas.

Aquí no puedes confiar únicamente en ideas, creencias o sistemas de gobierno. Debe haber un cambio fundamental de corazón, un compromiso de avanzar en la dirección correcta incluso si no tienes respuestas y soluciones.

Las personas que insisten en respuestas y soluciones no han enfrentado la situación por sí mismas. Realmente, no han reconocido que también ellas deben emprender un viaje, un viaje de preparación, un viaje que requerirá una reevaluación de sus vidas, un viaje que alterará el curso y las circunstancias de sus vidas.

Las personas que insisten en que alguien debe tener soluciones o respuestas, no han asumido realmente la responsabilidad de lo que ellas mismas deben hacer, enfrentar y reconsiderar. No pienses que Dios salvará a la humanidad en el último minuto. Las personas tienen locas asociaciones con esto, así como expectativas descabelladas. Creen que es el fin de los tiempos, por lo que los justos se salvarán y todos los demás serán arrojados al infierno.

Aquí nuevamente no hay responsabilidad. No hay un reconocimiento real de que la humanidad está enfrentando el fruto de su propio mal uso del mundo, y que esto no tiene nada que ver con Dios, el destino o el fin de los tiempos.

Será el fin de ciertos tipos de creencias, valores y quizá estilos de vida. Será el fin de una era. Pero el mundo seguirá. La vida seguirá. Este mundo es como un grano de arena en el universo. Todo seguirá.

Pero si la civilización humana puede sobrevivir al fruto de su propio comportamiento autodestructivo e imprudente es otra cuestión. Es una pregunta que solo puede responderse en la mente y el corazón de las personas.

No habrá castigo de Dios. No habrá Día del Juicio. ¿Por qué Dios te juzgaría cuando sabe que, sin el Conocimiento, solo puedes cometer errores e invertirás incesantemente en contra de tu propio bienestar y tu propio futuro?

El Creador de toda vida te ha dado el Conocimiento para guiarte. Si lo descuidas, lo niegas o lo evitas, entonces tu vida será imprudente y peligrosa, llena de errores y arrepentimientos, llena de frustración y auto-recriminación. Pero la respuesta todavía está dentro de ti y de los demás. Dios no te ha abandonado, aunque tú hayas abandonado a Dios.

En lugar de orar por un milagro, debes orar pidiendo fuerza y valor para ti y para los demás. En lugar de orar para que Dios intervenga en tu nombre, debes orar pidiendo la fuerza para encontrar y seguir el Conocimiento que Dios ha puesto dentro de ti. Dios ya te ha dado todo lo que necesitas, pero tú no sabes lo que Dios te ha dado. Las personas permanecen ciegas e ignorantes del Poder y la Presencia que se han puesto en su interior.

Hasta que reconozcan sus circunstancias y la situación actual, no se darán cuenta de su profunda necesidad de orientación y consejo. Seguirán pensando que es un problema que deben resolver otras personas, que los gobiernos deben resolver, que otras naciones deben resolver. Seguirán siendo pasivas e irresponsables, pensando que no es realmente su problema y que, de todos modos, no pueden hacer nada.

Son estas actitudes predominantes las que impiden que la humanidad responda a las señales del mundo y a las señales del Conocimiento dentro de las personas —advirtiéndolas, conteniéndolas, guiándolas—. Pero si no puedes ser contenido, si no puedes ser advertido, si no puedes ser alertado, si no miras y ves, si no vas a vivir con el problema para el cual no tienes respuestas, entonces el gran regalo y la dotación se perderán en ti.

Aquí no debes vivir con esperanza o desesperanza, sino adoptar una posición de coraje, fuerza y determinación. Es el coraje para afrontar un conjunto de circunstancias para las que no tienes respuestas ni soluciones. Es el coraje para reconocer que debes cambiar tu vida y tus circunstancias en consecuencia, para que tu posición sea más estable y segura, y para que puedas estar en condiciones de ayudar a los demás.

Esto requiere fortaleza, porque debes superar tus propios hábitos y tendencias que te debilitan, que te disuaden, que te dicen que eres impotente o que careces de esperanza ante un gran cambio. Y debes estar decidido. No puedes rendirte. Incluso si todos los que te rodean parecen estar desesperados e indefensos, no puedes rendirte.

Mucha gente sucumbirá al miedo, sucumbirá a la desesperanza, sucumbirá al pánico. Mucha gente culpará a los demás. Su odio se volverá contra los demás e incluso contra sus propios líderes. Son aquellos que no seguirán esto los que guardan la verdadera promesa para la humanidad, su futuro y su capacidad para establecer un nuevo comienzo.

No te digas a ti mismo: “Bueno, si no hacemos algo, el mundo cambiará”. Porque el mundo ya ha cambiado. Es demasiado tarde para retroceder. No hay vuelta atrás. Solo puedes seguir adelante. Solo puedes enfrentar las Grandes Olas de cambio.

Las señales del mundo te dirán lo que viene. Puedes mitigarlo hasta cierto punto, pero en general tendrás que adaptarte a un conjunto cambiante de circunstancias. Tu trabajo, tus relaciones, tu salud, tus actividades, tus asociaciones… todo tendrá que ser reconsiderado frente a las Grandes Olas de cambio.

¿Dónde encontrarás el coraje? ¿Dónde encontrarás la fuerza? ¿Dónde encontrarás la determinación para hacer todas estas cosas?

Tus ideas te fallarán. Tu falso optimismo se evaporará. Tu negación demostrará ser autodestructiva. Tu esperanza y creencia en que otros se ocuparán de estos problemas por ti se convertirá en serias dudas y angustia. Tus amigos, incluso tu familia, podrían abandonarte a ti y a tu decisión de enfrentar las Grandes Olas de cambio y prepararte para ellas antes de que lleguen las grandes dificultades.

¿Dónde encontrarás el coraje, la fuerza y la determinación? Debe provenir del Conocimiento, porque el Conocimiento no teme al mundo. El Conocimiento está aquí para servir al mundo. El Conocimiento no se preocupa por la belleza, la riqueza y el poder. No se siente atraído por todas las seducciones que debilitan a las personas y las llevan a traicionarse a sí mismas.

Aquí tus opciones son limitadas, pero muy fundamentales y consecuentes. No hay ningún lugar al que huir para esconderse frente a las Grandes Olas de cambio. No hay lugar donde puedas encontrar seguridad e inmunidad ante el impacto de acontecimientos que remodelarán el mundo entero. Aquí no hay forma de evitar tus responsabilidades sin ponerte en una situación grave y peligrosa.

Cuidado con lo que te dices al respecto. No es una cuestión entre la esperanza y la desesperanza. Realmente es una cuestión entre ser responsable o irresponsable, sabio o imprudente. Es fundamental.

Si puedes enfrentar el gran umbral, entonces puedes comenzar a reunir fuerzas, a reevaluar tu vida, a reconsiderar tus circunstancias y tus compromisos: dónde vives, cómo vives, cómo viajas, tu trabajo, tus relaciones, todo.

Porque frente a las Grandes Olas de cambio, tendrás el criterio para elegir la fuerza sobre la debilidad, la sabiduría sobre la necedad. Las Grandes Olas te darán un propósito mayor. Requerirán de ti una mayor fuerza y una mayor responsabilidad.

Dios está enviando una advertencia por todo el mundo, avisando de las Grandes Olas de cambio que se avecinan, y avisando a la humanidad de la Intervención de razas del universo que están aquí trabajando en secreto, para aprovecharse de una humanidad débil y dividida. Mientras la gente sigue con sus vidas sin darse cuenta ni preocuparse, estos dos grandes acontecimientos están en marcha, y cada uno de ellos tiene el poder de cambiar el futuro y el destino de la humanidad y la vida de todas las personas del mundo.

Si bien la humanidad enfrenta numerosos problemas a nivel local, regional, nacional y mundial, estos dos grandes eventos lo eclipsarán todo. Pero qué poca gente está respondiendo, qué poca gente está consciente. No es la conversación de gobiernos y líderes, en particular.

Las personas quieren creer que tendrán más en el futuro y que podrán conservar lo que tienen hoy. Quieren ser confortadas, quieren creer, quieren tener esperanza. Esto es lo que sus líderes les brindan en su mayor parte. Aquí no hay ningún servicio real. No hay una verdadera contribución en esto.

Las personas no estarán preparadas. No serán advertidas. No comprenderán su vulnerabilidad y la naturaleza del cambio que está surgiendo en el horizonte.

Necesitas tiempo para prepararte para las Grandes Olas de cambio. Requerirás muchos pasos, mucho coraje y mucho apoyo para hacer esto. Si esperas hasta el final, será demasiado tarde. Entonces tus opciones serán pocas y no habrá mucho que puedas hacer.

El Conocimiento dentro de ti sabe lo que debes hacer, a dónde debes ir, qué debes reconsiderar, qué debes cambiar. Tu intelecto no puede comprender esto. Es demasiado complejo. Por tanto, debes apelar a un poder mayor dentro de ti y de los demás. Y es este mayor poder el que puede permitirte navegar los tiempos inciertos por venir. Es este mayor poder el que te unirá con otros que pueden fortalecerte y fortalecer al mundo.

Es una gran serie de pruebas lo que la humanidad enfrenta ahora. Pero la mayoría de las naciones del universo también han tenido que enfrentar esto, porque ellas también sobrepasaron la capacidad de sus mundos para sostenerlas, y han colapsado y caído bajo el dominio de otras potencias, o bien han restablecido sus sociedades para hacer frente a las circunstancias cambiantes y a los requisitos de un mundo limitado.

No puedes evitar el desastre, pero puedes prevenirlo. No puedes huir del desastre. Debes enfrentarlo.

En cierto modo, estás solo en esto. Porque los gobiernos estarán abrumados. Los servicios sociales se verán abrumados. Las economías se verán abrumadas. Debe haber una mayor confianza en ti mismo, así como en otras personas que son fuertes y su confianza en ti. Cuando comprendas que el gobierno no puede salvarte de las Grandes Olas de cambio, comenzarás a reconocer tu propio conjunto de responsabilidades, tus propios dones y tus propias fortalezas.

No esperes hasta que las nubes se oscurezcan. No esperes hasta que las economías comiencen a colapsar. No esperes hasta que la humanidad empiece a quedarse sin sus recursos esenciales. No esperes hasta que la inestabilidad política y económica llegue a una coyuntura crítica. No estés simplemente inquieto. No estés simplemente preocupado, porque debes actuar.

Si no tomas medidas, no hallarás confianza alguna. No creerás en tus capacidades, y no experimentarás tu propio coraje, fuerza y determinación.

Las Grandes Olas vendrán. El grado del impacto vendrá determinado por el grado en que las personas las hayan previsto y se hayan preparado en consecuencia. En cualquier caso, no será fácil. Pero puedes prevenir el desastre.

Si ves la situación con claridad, reconocerás el poder de los acontecimientos de tu tiempo. Verás que la humanidad ha alcanzado un gran umbral que determinará su libertad y su futuro. Así de grandiosa es esta época.

No es el final. Es el comienzo. No es la última subida al escenario para la humanidad. Es el comienzo del próximo acto.

Dios ha enviado un Nuevo Mensaje al mundo para advertir a la humanidad de las Grandes Olas de cambio, así como de su emergencia a una Comunidad Mayor de vida inteligente en el universo. El Nuevo Mensaje de Dios enseñará sobre la espiritualidad al nivel del Conocimiento, más allá del nivel de los ideales y creencias. Está aquí para preparar a la humanidad para un futuro que será diferente al pasado, y para su encuentro y destino dentro de una Comunidad Mayor de vida en el universo. Está aquí para enseñar a la humanidad Conocimiento y Sabiduría de la Comunidad Mayor: Conocimiento y Sabiduría que nunca antes se habían traído al mundo, porque no eran necesarios hasta ahora.

Vives en tiempos de Revelación. También estás viviendo en tiempos de cataclismo. No te tomes la vida a la ligera, pues debes tomártela en serio. No creas que estos tiempos son como otros tiempos, porque no son iguales. No creas que tu futuro estará asegurado, porque no está asegurado. No creas que tu nación está segura, porque no lo está.

Responderás con fuerza o con rechazo, dependiendo de si eliges la fuerza o la debilidad dentro de ti mismo. Esta es la decisión.

Parte de ti es sabia, parte de ti es imprudente. Parte de ti puede prepararse, parte de ti no querrá prepararse. Parte de ti puede ver, parte de ti tiene demasiado miedo de ver. Parte de ti es fuerte, parte de ti es débil. Parte de ti tiene coraje, parte de ti no tiene coraje. Parte de ti tiene determinación y parte de ti no tiene determinación.

La decisión es muy fundamental. ¿Qué elegirá la gente? ¿Qué vas a elegir tú?

Tu primer paso es ver los grandes umbrales a los que te estás acercando, mirar con coraje y con tanta objetividad como puedas reunir, viendo las señales del mundo y prestando atención a las señales en tu interior.

Aquí es necesario comenzar la evaluación profunda de tu vida y tus circunstancias, para ver qué es lo que realmente te puede sostener y qué tendrá fuerza frente a las Grandes Olas de cambio. Esto te dará incentivos para resolver tus pequeños problemas y así poder afrontar los mayores desafíos de tu vida.

Te dará la perspectiva y la comprensión que necesitarás para actuar con valentía y rapidez en la mayoría de los casos: para aclarar la confusión de tu vida; para retirarte de lugares en los que estás perdiendo energía y vitalidad; para alejarte de lo que no se puede resolver; para alejarte de las personas y situaciones que te debilitan, te disuaden y te recuerdan que eres débil e incapaz.

Tienes que construir tu arca y tienes que ayudar a otros. Esto tiene prioridad sobre cualquier otra cosa. Esto lo cambia todo. Esto pone todo bajo una luz diferente. Esto revela cosas sobre ti y sobre los demás que no habías visto antes.

Aquí puedes ver fuerza y sabiduría en los demás. Aquí puedes ver todas las manifestaciones de la debilidad. Aquí no puedes salvar al mundo, porque debes salvarte a ti mismo y a otros que están cerca de ti, y luego llegar a otros que son vulnerables en tu comunidad y no pueden prepararse.

Aquí tus ideas sobre política y religión, tus creencias, tus convicciones, todo esto, debe ser reevaluado. Porque no puedes confiar en estas cosas y tener alguna certeza al acercarte al futuro.

Quizá pienses que es una gran desgracia la que estás enfrentando, un gran inconveniente. Pero, en esencia, es lo que puede salvar tu vida, restaurar tu valor y tu fuerza y hacer surgir de ti tus mayores regalos.

La redención puede hallarse en las circunstancias más desafortunadas. Un milagro puede ocurrir ante una gran tragedia y dificultad. Todo depende de lo que elijas dentro de ti y de lo que sigas dentro de ti, y de cómo respondas al mundo que te rodea, y de si escoges la fortaleza o la debilidad como tu base.

Mira el mundo sin juzgar y comenzarás a ver, a sentir y a saber cosas. Mírate a ti mismo en meditación sin juicios y comenzarás a ver, a sentir y a saber cosas. Mira objetivamente tus relaciones e implicaciones con los demás y verás cosas que no veías antes. Haz las preguntas correctas y aparecerán las respuestas reales.

El Creador de toda vida ha proporcionado directrices para prepararse para las Grandes Olas de cambio. Dios ha proporcionado una Revelación del futuro. Está hablando al Poder del Conocimiento dentro de ti. Está hablando a personas de todas las tradiciones religiosas y a personas que no tienen una tradición religiosa, para que respondan a las grandes necesidades del mundo y a los grandes acontecimientos de este tiempo; está llamando a las personas a responder al poder y la presencia del Conocimiento en su interior, y pidiendo que den a esto una mayor prioridad que a sus creencias, sus amonestaciones, sus convicciones y sus tradiciones. Así es como te reconectas con Dios: respondiendo a lo que Dios te ha dado para ver, saber y hacer.

No es necesario pertenecer a una religión ni ir al templo, la mezquita o la iglesia para tener esta experiencia. Aquí tu experiencia de lo Divino será pura y ocurrirá tanto dentro como fuera del contexto de la religión.

Porque Dios está en todas partes. Dios está aquí. Pero Dios está hablando a través del Conocimiento dentro de ti. Así es como Dios te habla y te guía.

Aprende a escuchar. Aprende a distinguir entre tus pensamientos o tus compulsiones y el poder y la presencia del Conocimiento. Toma los Pasos al Conocimiento para aprender a conectarte con el mayor poder que Dios te ha dado. Aprende a ser humilde y abierto, pero sabio y perspicaz. Obtén la fuerza para cuestionar tus propias creencias y suposiciones pasadas, y obtén la visión para ver las señales que te está dando el mundo, diciéndote lo que viene y lo que debes hacer para prepararte.

Dios te redimirá incluso en las peores circunstancias, y algunas veces las peores circunstancias ofrecen la mayor oportunidad en este sentido. Pero no te tomes a la ligera las Grandes Olas de cambio. No pienses que puedes evitar el desastre simplemente evitando la realidad.

Serán los valientes esfuerzos de las personas en todas partes los que cambiarán el rumbo de la familia humana. Un liderazgo sabio ayudará; una guía y un consejo sabios ayudarán; pero sin la fuerza y el compromiso del individuo, el futuro de la humanidad no puede asegurarse.

Todo esto trata de ti y de la razón por la que viniste al mundo, ya que viniste al mundo para enfrentar las Grandes Olas de cambio. No es casualidad que estés aquí en este momento. Esto está directamente relacionado contigo: con quién eres y con lo que has de lograr aquí.

Por tanto, es una llamada. Es un reconocimiento. Es una reevaluación más profunda dentro de ti. Y para la familia humana, es un reconocimiento de que tendrá que vivir de manera diferente en el mundo, y de que tendrá que unirse para proteger el mundo — para protegerlo del colapso interno y de la intervención desde el exterior.

Esto tiene el poder de forjar una unidad que nunca podría establecerse bajo ninguna otra circunstancia. Y si esta unidad está guiada por la libertad y la sabiduría, entonces proporcionará a la humanidad un nuevo comienzo: un mayor comienzo, una fuerza y una unión superiores a lo que jamás haya logrado antes.

Pero esta fuerza y unión no se basarán en una ideología, ni en un punto de vista religioso, ni en la conveniencia o la riqueza. Se construirán sobre la necesidad y se forjarán en los fuegos de las Grandes Olas de cambio.