Vuestro propósito y destino en un mundo cambiante


Como le fue revelado a
Marshall Vian Summers
el 4 de junio de 2008
en Boulder, Colorado, Estados Unidos

Texto original: Your Purpose and Destiny in a Changing World

Más información sobre este texto


Lo que estás leyendo en este texto es la transcripción de la voz original de la Asamblea Angélica hablando a través del Mensajero Marshall Vian Summers.

Aquí, la comunicación original de Dios, que existe más allá de las palabras, es traducida al lenguaje y el entendimiento humanos por la Asamblea Angélica que supervisa el mundo. La Asamblea después entrega el Mensaje de Dios a través del Mensajero, tras lo cual es transcrito y puesto a tu disposición y a disposición de todos.

En este extraordinario proceso, la Voz de la Revelación está hablando de nuevo. La Palabra y el Sonido están en el mundo. Que puedas ser el receptor de este regalo de Revelación y puedas estar abierto a recibir su Mensaje único para ti y para tu vida.


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Volumen 4 > Las Grandes Olas de cambio > Capítulo 12

En la preparación para las Grandes Olas y en la preparación para la Comunidad Mayor, os estáis preparando para vuestro verdadero propósito y vuestra mayor misión en la vida. Estas dos realidades no son simplemente inconvenientes. Son las oportunidades que habéis estado esperando. Porque bajo circunstancias normales nunca encontraréis vuestro mayor propósito y vuestra misión en la vida. Algo extraordinario debe suceder para que surjan de vosotros, para crear una situación donde serán necesitados y demandados.

No podéis iniciaros a vosotros mismos aquí. Debe haber fuerzas mayores trabajando, tanto en el plano físico como en la realidad espiritual. Así que no es casualidad que hayáis sido confrontados con la realidad de las Grandes Olas de cambio, mientras que otros permanecen indiferentes o ignorantes al respecto. No es casualidad que hayáis llegado a encontrar esta pequeña parte del Nuevo Mensaje para la humanidad, ya que se dispuso para que fuera así. Habéis venido aquí como un acto del destino. Este es un tiempo de destino.

Las personas pueden mirar a las Grandes Olas con horror o con negación, con todo tipo de reacciones humanas. No pueden ver que lo que realmente están enfrentando es la única cosa que les redimirá y les dará una vida mejor, un mayor propósito y una mayor contribución.

Puede que tengáis que esperar mucho tiempo hasta que los grandes acontecimientos hagan surgir este mayor propósito dentro de vosotros, y mientras tanto os sentiréis atraídos a establecer vuestros propios propósitos, a daros vuestro propio propósito mayor, a daros a las cosas que os agradan u os excitan u os inspiran. Mientras tanto puede que os caséis. Puede que tengáis una familia. Puede que llenéis vuestra vida con personas, responsabilidades, obligaciones y demás. Pero cuando la gran oportunidad llega, sigue siendo vuestra hora de la llamada. Si vuestra vida está sobrecargada, si estáis siendo retenidos por las personas, las responsabilidades y las obligaciones, entonces será más difícil responder. Pero el momento adecuado y la respuesta siguen siendo fundamentales.

No es casualidad que estéis ahora siendo llamados a aprender sobre la vida en la Comunidad Mayor, que estéis entre los pocos que pueden recibir esta Revelación. No os limitasteis a tropezar con ella por accidente. Hay un propósito detrás de esto, como veis. Esto representa el gran misterio de vuestra vida: que mientras vivís vuestra vida en la superficie, hay fuerzas más profundas trabajando bajo esa superficie.

En la superficie, la vida parece caótica e impredecible. Parece mundana. No hay nada realmente extraordinario. Está llena de estímulos; algunos de ellos os dan placer y la mayor parte os dan dolor. Pero más hondo hay corrientes más profundas que mueven vuestra vida, que os llevan a aprender algo, a ver algo, a responder a algo, tanto dentro de vosotros mismos como en el mundo en general. Es como el océano, el cual es turbulento en la superficie, barrido por los vientos del mundo, movido por fuerzas triviales. Pero en sus profundidades, el océano está siendo gobernado por fuerzas mayores, por fuerzas planetarias, fuerzas inmensas y misteriosas que desplazan el agua de una parte de la Tierra a otra.

Vuestra vida es así. En la superficie está tranquila, está turbulenta, cambia de día en día, pero no da ninguna indicación real de su verdadero movimiento y su verdadero propósito. Desde la superficie del océano, ¿cómo podéis determinar cuál es en realidad el gran movimiento de las aguas? No podéis. Tendríais que tener una mayor sabiduría y una mayor percepción del Conocimiento para comprender realmente que el agua de la Tierra se está moviendo como una cinta transportadora desde una parte del mundo a otra —algo que no podríais ver ni entender desde la superficie.

Vuestra vida tiene mayores fuerzas dentro de vosotros, fuerzas que son estimuladas por poderes dentro del mundo y más allá del mundo, dentro de la realidad física y más allá de la realidad física. Tenéis un propósito aquí, y este está relacionado con la época en la que vivís y los acontecimientos que vendrán.

Si todo el mundo decidiera por sí mismo el diseño de su propósito mayor, tendríais un mundo lleno de músicos, poetas, jardineros, terapeutas y demás. Sería extremadamente pasivo. No sería vital en absoluto. No tendría ningún sentido.

Por tanto, vuestro mayor propósito está realmente más allá de estas cosas. Solo la persona poco común y excepcional está destinada a convertirse en un gran artista, en un gran músico, en un gran atleta o en un experto en un campo determinado. Y estas cosas les son reveladas a medida que avanzan. Pero para la mayoría de la gente el misterio permanece, y desde la superficie de sus vidas no pueden discernirlo; no pueden discernir su significado, su propósito o su dirección.

Os veis a vosotros mismos como personas débiles, tratando de sobrevivir, tratando de ser felices, tratando de tener cosas buenas y evitar cosas malas, tratando de tener alivio, tratando de tener placeres, tratando de tener oportunidades. Pero, a un nivel más profundo, fuisteis enviados aquí en una misión, y nada satisfará esa misión salvo la propia misión. Y lo que estimulará esta misión dentro de vosotros serán los grandes eventos en el mundo y las necesidades de otros; estas cosas la harán surgir de vosotros. Estas cosas generarán la iniciación.

La necesidad crecerá en el mundo. La familia humana estará bajo una mayor presión. La llamada sonará para muchas personas, llamándolas a despertar de su sueño y sus sueños de autorealización personal, llamándolas a la acción y con ella a un profundo recuerdo y sentido de responsabilidad con el mundo.

Desde la superficie no podéis ver esto. Suena increíble. Quizá os suena bien. Quizá no. Pero no podéis verlo desde la superficie, porque representa el misterio, el misterio de vuestra vida. Todo lo que hacéis para tratar de ser felices y estar seguros, todo lo que hacéis que os cuesta tanto en términos de tiempo, energía y fuerza vital, no puede satisfacer esta profunda necesidad —la necesidad del alma de descubrir vuestra llamada mayor en la vida, de responder a ella, de prepararos para ella, de ser iniciados en ella y de servirla en las circunstancias cambiantes de vuestra vida.

Exactamente cuándo y cómo las cosas se llevarán a cabo sigue siendo parte del misterio, porque hay muchas cosas que pueden cambiar las oportunidades o la sincronización de las cosas. Es por eso que hacer predicciones es contraproducente. El futuro está siempre cambiando y transformándose, y el resultado puede tomar muchos aspectos. Pero la dirección es clara.

Por tanto, no estáis aprendiendo sobre las Grandes Olas de cambio solo para tratar de huir a alguna parte y estar a salvo. No se os está revelando esto simplemente para que os podáis fortificar. Realmente representa una mayor llamada. Los diferentes niveles y tipos de servicio son incontables. No los conocéis todavía. Solo podéis ir hacia algo que os llama, que es genuino. Debéis dejar las definiciones abiertas. No saquéis conclusiones. No os autoproclaméis un rol o un título. Eso siempre es prematuro e insensato.

Las Grandes Olas os indicarán a dónde debéis ir, cómo debéis ser, a quién debéis conocer y cómo debéis aprender a responder a la vida. Os mostrarán la manera de madurar y cómo ser una única persona con un único punto de referencia dentro de vosotros mismos y un mayor enfoque y orientación, en vez de ser una personalidad difractada con muchas voces, con muchas direcciones, con todo tipo de conflictos y oposición en vuestro interior. Nunca conoceréis vuestra naturaleza más profunda estudiando vuestra personalidad o vuestra historia personal. Se os debe revelar a través de una mayor experiencia y una mayor participación en el mundo.

Por tanto, la mejor aproximación y la más correcta es posicionarse como un aprendiz, como un estudiante, sin hacer suposiciones, sin hacer proclamaciones, sin vivir en las definiciones, sino dejando el camino abierto, dejando vuestra vida inexplicada, permitiendo que el misterio os llame y os guíe hacia delante.

Porque en medio de todas las circunstancias cambiantes de vuestra vida actual y de los grandes cambios que están llegando al mundo, sigue estando el misterio, y el misterio es lo que os dará claridad y dirección. Este es el ámbito donde el Conocimiento existe. Este es el ámbito donde vuestra Familia Espiritual puede comunicarse con vosotros. Ahí es donde podéis recibir orientación. Ahí es donde podéis hacer cosas que otros nunca harían, ver cosas que otros nunca verían y escuchar cosas que otros nunca escucharían —cosas que son importantes para vuestra vida y para el bienestar de los demás.

Por tanto, a medida que avanzáis, debéis reservar tiempo para la quietud y la escucha interior. La quietud significa aprender a aquietar y enfocar la mente para poder ver y oír más allá de vuestros pensamientos —ver y oír lo que está ahí y desarrollar la capacidad de ser objetivo y de mirar con claridad, sin preferencia ni miedo.

Para la mayoría, esta habilidad está fuera de su alcance. Pero vosotros debéis cultivarla. La cultiváis realizando tareas importantes, y la cultiváis al construir una conexión con el Conocimiento en vuestro interior.

Al tomar los pasos al Conocimiento aprendéis a aquietar la mente, a escuchar dentro de vosotros, y aprendéis cómo distinguir la voz y el movimiento del Conocimiento entre todas las otras voces en vuestra mente: la voz de vuestros padres, la voz de vuestros maestros, la voz de vuestra cultura, la voz de vuestros amigos, la voz de vuestro miedo, la voz de vuestro deseo, la voz de vuestra propia duda, la voz de vuestra autocrítica —todas esas otras voces que residen dentro de vosotros—. Y luego está la voz del Conocimiento.

La única manera de poder confiar en que lo que estáis escuchando y sintiendo es cierto es construyendo esta conexión y aprendiendo a distinguir la presencia del Conocimiento y el movimiento del Conocimiento entre todas las otras compulsiones y todas las otras fantasías e ideas en vuestra mente. Los Pasos al Conocimiento os enseñarán cómo hacer esto, y os darán una gran ventaja.

Debido a que estáis entrando en tiempos muy inciertos, es importante que aprendáis a vivir sin definiciones de vosotros mismos, sin tratar de controlar los acontecimientos y sin tratar de vivir con conclusiones. Aquí será necesario vivir con las preguntas —con los problemas para los que no tenéis una solución y con las situaciones donde tendréis que trabajar con un problema para aprender cómo resolverlo, aprender cómo hacer frente a sus necesidades y así sucesivamente.

Tendréis que dejar parte de vuestra vida abierta y misteriosa. A las personas que no puedan hacer esto no les irá bien frente a las Grandes Olas de cambio. No verán, no sabrán y no se prepararán. Cuando tengan el cambio encima, entrarán en pánico, se enojarán y se aterrorizarán.

Para poder entrar en tiempos de incertidumbre, debéis tener esta apertura dentro de vosotros, esta capacidad de escuchar, no para obtener respuestas o explicaciones, sino para escuchar, para cultivar la capacidad de ser dirigidos desde adentro, para que cuando llegue el momento en que el Conocimiento deba hablaros, seáis capaces de responder y sentir el movimiento de ese mensaje moviéndoos.

La quietud se practica no para conseguir algo, sino para aprender a estar en quietud. Aprendéis a estar en quietud para poder sentir y escuchar. Escucháis para desarrollar la capacidad de escuchar, de modo que cuando estéis ahí fuera en la vida, el Conocimiento dentro de vosotros pueda hablaros, guiaros y reteneros cuando sea necesario.

Según el tiempo pase, estaréis lidiando con circunstancias muy difíciles y viendo grandes tribulaciones en el mundo. ¿Cómo mantendréis vuestro rumbo? ¿Cómo evitaréis caer en el miedo y el pánico, en el terror y la aprensión? ¿Cómo evitaréis ser presa de las admoniciones y condenas de los demás, las cuales surgirán a vuestro alrededor? ¿Cómo evitaréis desanimaros, daros por vencidos, sentiros desesperados y derrotados? Cuando la lluvia esté cayendo y el trueno bramando, ¿cómo seréis capaces de mantener la claridad de mente y de propósito?

Estas son todas preguntas importantes para vosotros ahora. Ellas requieren una conexión más profunda con el Conocimiento y una apertura ante vuestra vida y ante el futuro. No sabéis lo que va a suceder. No sabéis cómo resultará. No sabéis necesariamente quién lo hará bien y quién no. No podéis predecirlo, porque estáis entrando en tiempos de grandes cambios e incertidumbre. ¿Cómo sabréis? Tendréis que estar abiertos y escuchar.

Es por eso que las “Recomendaciones para vivir en un mundo de Grandes Olas” son en realidad solo directrices iniciales, porque las circunstancias de cada uno serán un poco diferentes, y cada uno tiene una misión y un propósito únicos que descubrir y realizar en la vida. Así que, más allá de establecer los primeros pasos y crear una fundación básica, tendréis que confiar en el Conocimiento dentro de vosotros mismos y en el Conocimiento dentro de otros para navegar por los cambiantes e inciertos tiempos por delante.

Lo que se os está dando aquí es esencial para vuestro éxito. Está plantando semillas de Conocimiento y sabiduría en vosotros, pero debéis prepararos. Debéis aprender el Camino del Conocimiento. Debéis estudiar las Grandes Olas. Debéis reevaluar vuestra vida —vuestras relaciones, vuestras actividades, vuestras obligaciones y todas las cosas— y llevar a cabo la evaluación profunda. Tendréis que ser fuertes cuando otros sean débiles. Tendréis que tener fe cuando otros no la tengan. Tendréis que ser compasivos frente a la tragedia.

No podéis perderos ahora. Antes, ser fieles a vosotros mismos era una ventaja, pero no una necesidad. Ahora será ambas cosas. Debéis aprender a mirar sin preferencias ni miedo, con la mente despejada, y debéis tener esta fuerza interior, esta fe en el Conocimiento, esta conexión con Dios, esta conexión con el misterio —sin hacer suposiciones falsas, sin creer que todo va a salir bien, sin pensar que estaréis protegidos en todo momento, porque este no es el caso.

Es por esto que la preparación interna es aquí más importante que cualquier cosa que hagáis en el exterior, porque sea lo que sea que hagáis en el exterior será solo un recurso temporal. No podéis almacenar comida para el resto de vuestras vidas. No podéis protegeros de todos los eventos y eventualidades. No podéis almacenar para décadas. Y no habrá lugar en la Tierra que sea totalmente seguro o que esté fuera del alcance de las Grandes Olas de cambio.

Así que tendréis que ser claros e ingeniosos, sensatos e internamente dirigidos, porque habrá muy pocos en el exterior que sean capaces de daros consejos sabios. Tendréis que cuidar de vuestra familia y tal vez de otra gente también. Tendréis que cuidar de vuestra salud —de vuestra salud mental y de vuestra salud física— y en ocasiones tendréis que hacer cosas que requieren mucho coraje.

Cuanto más valoréis vuestra fuerza y más os identifiquéis con ella, más confianza generaréis ante la incertidumbre. Incluso en caso de desastre, tendréis una confianza interna, y esta no será una falsa confianza. No será algo que simplemente os decís a vosotros mismos para aplacaros o sentiros mejor. Es el poder del Conocimiento. Esa es vuestra fuerza fundamental, pero ella es un misterio. No podéis controlarla. No podéis hacer que os dé lo que queréis. No podéis utilizarla como un recurso. Porque debéis servirla. Vuestra mente está destinada a servir al Espíritu, tal y como vuestro cuerpo está destinado a servir a vuestra mente. No podéis utilizar al Espíritu como un recurso.

Vuestra confianza debe establecerse a un nivel más profundo. El sentido de autoridad en vuestras vidas debe establecerse más allá de vuestra personalidad y vuestras ideas, porque muchas de vuestras ideas serán desafiadas y probarán ser inadecuadas para afrontar el futuro y navegar por los tiempos difíciles que se avecinan.

Es por eso que debéis haceros estudiantes del Conocimiento, así como estudiantes del mundo. Necesitaréis suspender muchas de vuestras ideas y creencias sobre las personas y sobre el mundo. Muchas de las suposiciones que tenéis y que encontráis reconfortantes, ahora solo os debilitarán y harán que os resulte más difícil ver lo que necesitáis saber y hacer.

No sabéis cómo resultarán las cosas. Pero cómo resultarán realmente no importa, porque estáis aquí para servir al mundo, y servís al mundo sin requerir un resultado. Si vuestro servicio es puro, si viene del amor y la compasión, vosotros daréis porque debéis dar, no porque se os asegure un resultado. Lo haréis de todos modos. Intentaréis que haya un buen resultado, pero en última instancia no es algo que podáis controlar. Entonces, si vuestro servicio a otros parece fracasar, no os sentiréis devastados. Hicisteis lo que pudisteis. Al igual que el médico en el campo de batalla cuidando de los soldados heridos, hacéis lo que podéis con lo que tenéis.

Estáis aquí para servir, no para controlar. Estáis aquí para dar, no para manipular las cosas en vuestro propio beneficio. Esto os dará una especie de inmunidad frente a los efectos de la tragedia, que en algunos casos puede llegar a ser muy desalentadora. Otras personas a vuestro alrededor fallarán. Ellos no se prepararán. Ellos no lograrán ver y saber. Ellos no podrán mantener su estabilidad. Algunos incluso perderán la vida. Vosotros no podéis fallar. Esta es la confianza que debéis tener, y debe construirse sobre el Conocimiento y no sobre un sentido falso de vosotros mismos.

Aquellos que serán capaces de navegar los tiempos altamente inciertos que se avecinan deben tener esta fuerza y esta guía interna. Si van a beneficiarse de estas circunstancias, si van a ser elevados y fortalecidos por estos retos, entonces este debe ser su enfoque.

Desde un punto de vista personal, esto parece ser demasiado. Los requerimientos son demasiado grandes. Los problemas son demasiado grandes. El resultado es demasiado trágico. Desde una perspectiva personal, bien podríais daros por vencidos e ir a esconderos en algún lugar esperando que todo pase, como un mal sueño; esperando que después podáis despertar y ver que la vida continúa como la habéis conocido. Desde una perspectiva personal, las Grandes Olas parecen demasiado radicales, demasiado extremas, imposibles, improbables, ilógicas o irracionales.

Un Nuevo Mensaje de Dios parece imposible y poco razonable. Incluso si pensasteis que era posible, pensaríais que sería otra cosa, algo precioso y hermoso, algo dulce y consolador, nada que os demande lidiar con dificultades o servir a la gente en circunstancias difíciles. Debería ser algo que os hiciera sentir maravillosamente y os transportara en un estado de felicidad.

Pero aquí está la diferencia entre la fantasía y la realidad. Este es un Nuevo Mensaje de Dios. Esta es su apariencia antes de que sea adulterado, corrompido y la gente lo entreteja con otras cosas, antes de ser convertido en una herramienta política o ser utilizado por las instituciones religiosas para establecer su poder y su dominio.

Este es el aspecto que tiene un Nuevo Mensaje en su forma pura. Es claro. Es poderoso. Requiere grandes cosas de la gente. Y da grandes cosas a la gente. No se ha diluido para ser aceptable para las masas. No ha sido socializado para que sea socialmente aceptable. Este es el verdadero aspecto. Debéis ser genuinos para poder verlo, responder a él y recibir el poder y la gracia que trae a vuestra vida.

Las personas pensarán en el Mensajero y creerán que debe ser poderoso y producir milagros. Él debe ser capaz de ser impecable —sin pecado, sin mancha, sin error, amoroso y compasivo con todos todo el tiempo—. Sin embargo, el Mensajero real es un ser humano, falible, propenso a errores, y sin embargo fuerte, comprometido y entregado.

¿Podéis ver la diferencia entre la fantasía y la realidad? Si vuestra vida ha girado en torno a la construcción y el mantenimiento de fantasías, la realidad se os escapará. Todavía pensaréis en términos fantásticos, y vuestras expectativas lo reflejarán.

Vosotros estáis escuchando por primera vez un Nuevo Mensaje de Dios siendo presentando al mundo. Lo estáis leyendo. Esto nunca sucedió antes. Si no podéis recibirlo, si no lo creéis, si pensáis que es alguna otra cosa, entonces la reflexión está sobre vosotros mismos. Para recibir algo puro, debéis tener pureza en vuestro interior. Ello no se ajustará a vuestras expectativas o a las expectativas de vuestra cultura y vuestra sociedad.

Los verdaderos emisarios nunca son valorados durante su vida. Solo cuando han muerto y ya no son un problema social o un problema de seguridad, son deificados. Entonces son exaltados. Entonces se construyen templos y monumentos en su nombre. Pero mientras estaban vivos, eran un problema, algo irritante, molesto y desconcertante; hablando de cosas que la gente tiene dificultades para entender o que les enfrenta consigo mismos, estableciendo un estándar más alto para la vida y haciendo que todos sientan lo patéticamente comprometida que está su situación en realidad.

Dios tiene una consideración más elevada de vosotros que la que tenéis vosotros mismos. Por tanto, se os dan grandes cosas que hacer, ver y conocer. Si sois capaces de recibir esto y hacer esto, escaparéis de vuestra patética visión de vosotros mismos, y construiréis una nueva base para la relación con vosotros mismos y también con los demás.

El Nuevo Mensaje trae consigo una advertencia, una bendición y una preparación. Si no podéis reconocer la advertencia no entenderéis la bendición. Si entendéis la advertencia y la bendición, veréis la necesidad de la preparación. Necesitaréis un camino, un método o una vía para alcanzar y obtener las cosas que se presentan aquí.

Frente a esto, vosotros os sentiréis débiles y confundidos. Un día os sentiréis fuertes. Al día siguiente os sentiréis débiles. Un día sentiréis que vuestra vida ha sido bendecida. Al día siguiente os sentiréis como si hubierais sido abandonados, debido a que así es la superficie de vuestra mente —un día tranquila, al día siguiente turbulenta, a veces cruelmente azotada por los vientos del mundo, nunca estable—. Pero a medida que aprendéis a estar conectados al poder y el movimiento del Conocimiento dentro de vosotros, esta turbulencia en la superficie tendrá menos influencia sobre vosotros y sobre vuestros pensamientos y emociones. La veréis solo como una turbulencia en la superficie de vuestra mente, y esto os dará mayor ecuanimidad y objetividad.

No se espera que comprendáis la advertencia completamente, porque debéis manteneros mirando vosotros mismos. Debéis tener la comprensión vosotros mismos. Simplemente escucharlo y creerlo no será suficiente para estimular una acción valiente en vuestro interior ni para evocar la sabiduría dentro de vosotros.

La bendición es que el Conocimiento está dentro de vosotros. Está aquí para guiaros, protegeros y llevaros a vuestros mayores logros en la vida. Está aquí para permitiros encontrar a las personas que representarán un propósito mayor en vuestra vida. Esto significa que Dios está con vosotros, en vosotros, conectado a vosotros, y que la humanidad tiene una gran promesa en el mundo y en la Comunidad Mayor de mundos. Esa es la bendición. Y estáis destinados a tener relaciones de un propósito más elevado si podéis responder a una llamada mayor en vuestra vida, si podéis hacer frente a la realidad de vuestra vida, y si podéis continuar hacia delante paso a paso. Esa es la bendición.

Sin embargo, esto requiere una forma muy diferente de consideraros a vosotros mismos, a otras personas y también el mundo, el futuro y el pasado. Requiere una reevaluación tremenda, y esto lleva tiempo. Así que no entenderéis la advertencia completamente. No entenderéis la bendición completamente. Y no veréis la necesidad de la preparación ni comprenderéis cómo funciona realmente la preparación.

Podríais mirar el estudio de los Pasos al Conocimiento y pensar, “¡Oh, esto es tan fácil! Esto es básico. Esto es para principiantes.” Sin embargo, no tenéis ni idea de lo que estáis viendo, de la obra maestra que es y del poder del Espíritu que puede trabajar a través de vosotros en relación con este estudio.

Vuestra mente no sabe nada. Solo el Conocimiento sabe. Vuestra mente personal tiene creencias, convicciones e ideas fijas, pero no sabe nada. Fue creada para servir al Conocimiento, no para sustituirlo. Por eso, el verdadero reconocimiento ocurre a un nivel más profundo. El verdadero compromiso surge de un nivel más profundo. La verdadera participación está motivada desde un nivel más profundo. Las aguas de los grandes océanos se mueven en un nivel más profundo.

Por tanto, tenéis ahora la oportunidad de que se os revele vuestro propósito mayor frente a las Grandes Olas de cambio, frente a la Comunidad Mayor y frente a toda la incertidumbre e interrogantes sin respuesta que todo esto os presenta. Este es el regalo. Esta es la promesa. Esta es la puerta por la que ahora debéis pasar.