El Plan de Dios es salvar a todos


Como le fue revelado a
Marshall Vian Summers
el 14 de octubre de 2014
en Boulder, Colorado, Estados Unidos

Texto original: God’s Plan Is to Save Everyone

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Lo que estás leyendo en este texto es la transcripción de la voz original de la Asamblea Angélica hablando a través del Mensajero Marshall Vian Summers.

Aquí, la comunicación original de Dios, que existe más allá de las palabras, es traducida al lenguaje y el entendimiento humanos por la Asamblea Angélica que supervisa el mundo. La Asamblea después entrega el Mensaje de Dios a través del Mensajero, tras lo cual es transcrito y puesto a tu disposición y a disposición de todos.

En este extraordinario proceso, la Voz de la Revelación está hablando de nuevo. La Palabra y el Sonido están en el mundo. Que puedas ser el receptor de este regalo de Revelación y puedas estar abierto a recibir su Mensaje único para ti y para tu vida.




Nota a los lectores:
Esta traducción fue provista a la
Society por estudiantes del Nuevo Mensaje que se han ofrecido voluntariamente a traducir el texto original en inglés. La publicamos en esta forma inicial para que todo el mundo tenga una oportunidad de interactuar con una porción del Nuevo Mensaje en un su propio idioma.

Hoy hablaremos del gran amor que Dios tiene por el mundo.

Viviendo en la Separación, la gente ha escogido venir a un mundo de dificultad, un mundo de cambio, un mundo que requiere de constante adaptación, un mundo de competición por los recursos, un mundo de belleza pero también de adversidad. Este es el mundo natural que puede que admires, pero en el que debes aprender a sobrevivir. No es una tarea fácil.

El Cielo ha creado este entorno por todo el universo como un lugar para que vivan los Separados, aquellos que eligieron entrar en la forma y ser individualizados de esta manera. Es un entorno de crecimiento y expansión, un entorno que pocos en este mundo entienden realmente.

Al elegir la Separación, tuviste que venir a un entorno muy diferente de aquel que has dejado atrás. Y es diferente, sin duda. No puedes imaginar tu Antiguo Hogar viviendo en la Separación. Y en efecto, es difícil imaginar lo que es vivir en un entorno físico cuando habitas en tu Antiguo Hogar, Hogar al que retornarás eventualmente.

Porque el Plan de Dios es salvar a todos. Es un Plan tan exquisito, tan perfecto, que difícilmente puedes imaginarlo —un Plan no solo para la familia humana, no solo para este pequeño mundo, sino para todo el universo, los universos más allá de este y todas las dimensiones de la manifestación y la existencia física.

Es por eso que las antiguas religiones no pueden darte realmente la imagen completa, porque ellas no hablan de la vida más allá de este mundo. Pero lo que Dios está haciendo más allá de este mundo es lo que Dios está haciendo aquí.

Por tanto, por primera vez en la historia se le está dando a la familia humana el gran entendimiento, mientras la humanidad se encuentra en el umbral del espacio, mientras se encuentra en el umbral de encontrar vida inteligente en el universo —vida inteligente que ya está en el mundo.

Por primera vez en la historia, se os está dando un mayor panorama de la vida en el que entenderos a vosotros mismos y entender vuestra vida y vuestro propósito para estar en el mundo en este momento. Pero para ver esto y entenderlo, debéis tener un mayor entendimiento y comprensión, no ligado a antiguas filosofías y teologías, sino ligado a un mayor entendimiento de la obra de Dios en el universo.

Por primera vez en toda la historia se le está dando esto a la familia humana, no como un gran viaje a emprender y experimentar por unas pocas personas, sino para la seguridad de la humanidad, la preservación de la civilización humana y el cultivo de una mayor libertad en el mundo, mayor que todo lo que se ha establecido aquí antes.

El propósito entonces es de importancia crítica. No pienses que esto es un emocionante viaje personal. Es un plano para la supervivencia en una Comunidad Mayor de vida en el universo. Es un plano para unir las religiones del mundo lo suficiente para que cesen su oposición mutua y empiecen a apoyarse entre sí, dando cada una sus cualidades, sus prácticas y su comprensión únicas a la familia humana. Porque Dios ha iniciado todas ellas, y todas ellas están aquí para servir al crecimiento y la preservación de la familia humana.

Pero todavía no puedes ver esto, porque estás atrapado en el conflicto y la controversia. Estás atrapado en los juicios y en la condena. Estás atrapado en el partidismo y la oposición a otros. Tu noción de Dios es singularmente carente en este sentido.

Dios es la Fuente de todas las religiones del mundo, y a pesar de esto ellas luchan entre sí con vehemencia y de hecho lo han hecho durante siglos. Estando en el umbral de una Comunidad Mayor de vida no podéis permitiros por más tiempo esta destructiva y trágica actividad.

Dios sabe lo que la humanidad debe tener. Dios sabe lo que está llegando desde el horizonte. Dios no quiere ver fracasar a la humanidad según esta destruye su base en el mundo y enfrenta, desprevenida, un universo y un entorno competitivo mayor que cualquier cosa que podáis ver aquí en la Tierra.

Este es el amor de Dios. Tienes libertad para vivir en la Separación, porque fuiste creado para ser libre. Eres libre incluso para dejar tu Antiguo Hogar. Eres libre para vivir en la Separación, pero tu conexión con Dios nunca ha cesado.

Parte de tu mente está todavía conectada a Dios. Parte de tu mente puede responder a la guía, el Poder y la Presencia de Dios. Parte de tu mente, más allá del reino y el alcance del intelecto, está todavía conectada a tu Antiguo Hogar y a toda la Creación que existe más allá del reino físico.

No pienses que esto es demasiado grande para entenderlo, porque es de tu estado natural de lo que estamos hablando aquí hoy. Esto tiene mucho que ver con por qué estás en el mundo, con quién debes encontrarte y qué debes hacer y debes evitar para jugar tu parte en el Plan Mayor de Dios para la humanidad y para toda la vida en el universo.

Dios es mucho más grande de lo que cualquier religión haya concebido o pueda concebir nunca, en este mundo o en cualquier mundo —un Dios de billones y billones de razas y más, un Dios de galaxias más allá de esta, un Dios de la Creación más allá de toda manifestación física. Ninguna teología o filosofía podrían contener este panorama de vida, sabiduría, poder e intención.

Por tanto, entiende que todas tus creencias religiosas son relativas en su naturaleza, relativas al tiempo, al espacio y al cambio. Todas ellas son una aproximación.

Si las entiendes correctamente, las creencias religiosas te ayudarán a avanzar. Te ayudarán a organizar tu vida y a vivir correctamente, de modo que no generes remordimiento e indignidad para ti mismo.

Pero la religión no es concebida correctamente. El amor de Dios está ahora revestido de peticiones de milagros y dispensas. Y Dios todavía es representado como [un Dios] enfadado, vengativo y severo en el corazón de la mayoría de las teologías del mundo.

Por tanto, para entender el Amor de Dios, para entender el Plan de Dios de salvar a todos, debes tener ojos para ver más allá de lo que estás acostumbrado, más allá quizá de lo que se te ha enseñado. Hasta cierto punto, debes ver más allá de tu condicionamiento religioso y social.

Y cuando lo hagas, el significado de tu vida comenzará a hacerse patente. Sentirás como si hubieses sido liberado de una prisión, una prisión dentro de tu propia mente, una prisión de condicionamiento y creencias religiosas.

Porque no llegas al Cielo en base a tus creencias. Tu camino al Cielo tiene que ver con la contribución en el mundo, basada en la tolerancia, el perdón y el servicio a otros, ya sea que pertenezcas a una tradición de fe o no pertenezcas a una tradición de fe. Tu vida tiene propósito en este sentido o no lo tiene. Inclinarte ante Dios no significa nada si no vas a seguir lo que Dios te ha dado para seguir dentro de ti.

Dios no está limitado por las escrituras, y lo que Dios ha puesto dentro de ti está más allá de las escrituras. Deja que las escrituras te preparen para esta involucración más profunda, pero no dejes que reemplacen esta involucración más profunda.

Pues parte de ti está todavía conectada a Dios, y esa es la parte que debes aprender a reconocer y a discernir entre las otras voces e impulsos en tu mente, la parte que debes aprender a seguir, la parte que tienes en común con todos los demás que habitan aquí.

Todas las personas están en el mundo con un propósito, pero solo esta parte de vosotros sabe cuál es y está destinada a guiaros, si es posible, a atender a vuestra cita con otros y a prepararos para una mayor vida de servicio y realización aquí.

Todo lo que te estamos diciendo aquí hoy te preparará para entender el Plan de Dios para salvar a todos.

A Dios no le sobresaltan tus errores. No le sobresaltan todas las tragedias de la humanidad aquí en la Tierra —su crueldad, su destrucción—. A Dios no le sobresaltan tus errores, tu estupidez, tu autodesprecio y tu desprecio de otros, porque Dios sabe que sin este Conocimiento guiándote vivirás en la confusión, y de la confusión surgirá el error, y del error vendrán la crueldad y la violencia hacia ti mismo y hacia otros.

Dios no te va a castigar por esto, porque Dios sabe que si no estás conectado con el Conocimiento más profundo que Dios ha puesto dentro de ti, la parte de ti que nunca ha dejado a Dios, entonces tus errores serán inevitables. Incluso si intentas vivir una vida muy buena y recta, todavía estarás confuso, acosado constantemente por tu incertidumbre y tu miseria y juzgando el mundo a tu alrededor.

Las personas intentan adaptarse a esto de todas las formas concebibles, tanto positivas como negativas, pero en realidad todo acaba siendo lo mismo. Porque sin el Conocimiento no sabes de dónde has venido. No sabes lo que estás haciendo. No sabes a dónde necesitas ir realmente en la vida. Y todo el tiempo sientes un vacío dentro, reconociendo —al menos momentáneamente aquí y allá— que no estás viviendo la vida que has de vivir.

Incluso si posees riqueza y esplendor, incluso si pareces tener todo lo que la sociedad considera valioso, este vacío residirá todavía dentro de ti, a menos que estés siguiendo aquello que debes seguir —lo cual está más allá de la comprensión, pero que es la experiencia más poderosa que puedes tener en la vida, una vez que comienzas esta involucración.

Dios sabe que [al entrar en la Separación] no podrías separarte por completo del Cielo y la Creación. En tu viaje por la realidad física olvidarías esto, porque es muy difícil vivir en este entorno.

Tu estado natural, tu resonancia natural con la Creación, sería reemplazado por todas las impresiones del mundo, por el dolor del mundo, por las locuras del mundo, por los estímulos de otros forzándote a adaptarte —a menudo de manera muy poco natural— a tus circunstancias, a tu familia, a tu cultura, a tu religión, hasta el punto de que llegarías a estar tan distorsionado que no tendrías noción de ti mismo. Eres un extraño para ti mismo. Te juzgas como juzgas a todos los demás, basándote en impresiones y valores que tu cultura te ha inculcado y que no nacen de quien realmente eres.

Dios comprende todo esto. Dios ha puesto el Conocimiento dentro de ti para guiarte, protegerte y conducirte a una mayor vida de servicio en el mundo.

Pero esto requiere una nueva aproximación. Aunque el Camino del Conocimiento ha sido parte de cada religión mundial, ha sido ocultado para que la gente del mundo no pudiera tenerlo, encontrarlo y escucharlo —ocultado por los poderes gobernantes, por los cuerpos eclesiásticos, por los dirigentes de las naciones.

Esta clase de libertad era desconocida en el mundo antiguo, salvo muy raras excepciones, y es desconocida en la actualidad en grandes zonas del mundo. Que las personas puedan ser dirigidas desde dentro parece ser una amenaza para la sociedad, el gobierno, la estabilidad y la cultura.

Pero si pudieras entender lo que estamos diciendo aquí hoy, comprenderías que el Conocimiento dentro de ti no puede estar en oposición al Conocimiento dentro de otro. Y este es el gran conciliador en el mundo.

Uno puede hacer acuerdos de paz; puede contener la agresión de la guerra; puede evitar que las naciones y pueblos se ataquen entre sí. Pero aún no ha logrado lo que realmente se requerirá para establecer aquí una sociedad justa y equitativa.

Dios ha puesto una conciencia más profunda dentro de todas las personas. Si esta conciencia se cubre, ellas no la experimentarán, salvo quizá aquí y allá, en momentos de miedo, culpa o confusión.

La parte de ti que nunca dejó a Dios es justa. No está en oposición a otros. Los puntos de vista diferirán. Las aproximaciones diferirán. El entendimiento no será el mismo en este mundo. Pero el Conocimiento puede pasar por encima de todas estas cosas entre las personas de diferentes naciones, religiones, culturas y orientaciones. Todas estas cosas que separan a las personas —que las separan y las ponen en conflicto mutuo— pueden ser superadas por aquello de lo que estamos hablando aquí hoy.

Porque el Plan de Dios es salvar a todos. Pero el Plan de Dios no es lo que la gente piensa o entiende. Llevará tiempo, pero el tiempo no es nada para Dios. El tiempo lo es todo para ti, que vives en el tiempo y debes preocuparte de no malgastarlo —el tiempo de tu vida, el valor de tu vida, el tiempo que se te ha dado aquí.

El Plan de Dios es salvar a todos. Esto cambiará las creencias y filosofías religiosas de las religiones del mundo. Pero esto debe darse con todo un Nuevo Mensaje de Dios, porque no es solo una idea. Es crear todo un nuevo entendimiento, un entendimiento que es innato a quien eres, que se aplica a todos, que se aplica a otras razas en el universo, que se aplica a todo el universo. Porque Dios no tiene un Plan diferente para cada pequeño mundo.

El Dios del que hablamos es inmenso, y no obstante Dios te habla en la parte más íntima de ti —un lugar sagrado, un lugar eterno, un lugar muy profundo—. Debes ir a esta profundidad si quieres entender y tener la auténtica experiencia de involucración de la que estamos hablando aquí hoy.

El Plan de Dios es recuperar a todos los separados en todas partes, pues uno nunca puede estar completamente separado de Dios. Así, incluso si creas el infierno en la Tierra para ti mismo y para los demás, todavía estarás conectado a Dios.

El Conocimiento está contigo —aquí, allí y en todas partes—. Nunca puedes perderlo. Nunca te lo pueden quitar. Puedes olvidarlo. Puedes negarlo. Puedes huir de él. Puedes vivir una vida al margen del él. Pero siempre está contigo.

Estás atado al Cielo, como ves. Por más degradante que sea tu vida en el mundo, por más brutales que sean tus circunstancias, por más terrible que sea la opresión política o religiosa bajo la que vives, sigues todavía conectado de esta forma, y es así como Dios te salvará.

A Dios no le preocupan tus creencias religiosas. Estas solo tienen valor en función de cuánto pueden conectarte con esta inteligencia más profunda, esta parte más profunda de ti de la que estamos hablando.

Tener una creencia correcta o maravillosa no salvará la brecha entre tú y tu Fuente. Creer en un maestro no hará aquí ninguna diferencia. Creer en uno de los grandes Mensajeros que han venido a la Tierra desde la Asamblea Angélica no basta.

Debes seguir aquello que se te dio para que lo siguieras. Debes vivir tu vida de acuerdo a esto, dentro de la religión o más allá de la religión, donde sea que estés destinado a estar. Es así como Dios te salvará.

Cuando hayas completado tu aprendizaje aquí en el mundo, te unirás a una mayor Asamblea que supervisa la vida en este mundo para ayudar a aquellos que quedan atrás. Tus logros no se desperdiciarán.

Cuando ya no necesites estar más en este mundo ni vivir en la realidad física, tu formación todavía no estará completa. Entrarás a un nivel de servicio para asistir a aquellos que quedan atrás. Es así como Dios pone a todos los que viven en Separación a trabajar para la salvación de todos. Es un Plan tan hermoso que ni siquiera puedes imaginar cómo funciona. Es un Plan tan completo que no puede fracasar con el tiempo.

Pero el tiempo es tu problema, como ves, porque estás languideciendo en el tiempo. Estás sufriendo en el tiempo. Tu vida está siendo malgastada. No estás yendo a ninguna parte. No estás encontrando aquello que debes encontrar, ni haciendo lo que debes hacer. Todavía no. Quizá estás cerca. Quizá estás muy lejos.

Esta es la Llamada del Cielo. Es así como Dios salvará a todos. Para aceptar esto debes aprender a respetarte a ti mismo y a otros. Debes ver que tus errores son el resultado de vivir sin el Conocimiento. Debes ver que las tragedias, los errores y los conflictos de la humanidad son todos el resultado de que la gente no sea consciente de estas cosas de las que hablamos.

Sin el Conocimiento, las personas se identificarán con sus ideas y sus creencias, con sus agendas políticas, con sus agendas religiosas, que en gran parte se basan en el conflicto y la oposición a otros.

Es una situación sin esperanza. Pero hay una salida de esta jungla, y Dios ha puesto el poder dentro de ti para sacarte fuera, paso a paso. No entenderás mientras avanzas. Solo necesitas dar el siguiente paso. Todavía no entiendes lo que realmente está sucediendo en tu vida. Pero debes confiar en ti lo suficiente, y debes dejar de condenar a los demás para que tu mente pueda abrirse y puedas empezar a responder.

La Nueva Revelación de Dios en el mundo está llamando al mundo entero, y está proveyendo el camino que está en el corazón de todas las religiones del mundo, pero que nunca antes se había puesto a disposición de todos.

Porque el Plan de Dios es salvar a todos. Y tu presencia en el mundo es parte de este Plan.