El Shock del Futuro

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Como le fue revelado a
Marshall Vian Summers
el 30 de abril de 2011
en Boulder, Colorado, Estados Unidos

Dios busca preparar a la humanidad para un nuevo mundo, una nueva realidad, y para su encuentro con la vida en el universo, un encuentro que cambiará y determinará el futuro y el destino de la humanidad.

Estáis entrando en un nuevo mundo —un mundo de cambio medioambiental, un mundo de tiempo atmosférico violento, un mundo que es impredecible, un mundo que estará desequilibrado, con grandes dificultades políticas y económicas—. Las naciones serán sacudidas por revoluciones y las economías nacionales quebrarán.

Este es el resultado de muchas fuerzas en acción que han estado activas por algún tiempo. Los sabios pueden anticipar esto. Para todos los demás será un gran shock —el shock del futuro.

No consideréis esto como una gran tragedia o algo que evitar, pues lleva vuestro nombre escrito encima. Fuisteis enviados al mundo para servirlo en estas condiciones.

Aunque quizá no habéis sido conscientes de las Grandes Olas de cambio que están comenzando a barrer el mundo, estas no obstante están moviéndose. No es un momento para la complacencia. No es un momento para proyectar vuestras ideas y creencias. No es un momento para argumentar y debatir interminablemente.

Es un momento para mirar y ver y manteneros mirando y observando, discerniendo el horizonte, discerniendo las circunstancias cambiantes de la vida a vuestro alrededor, discerniendo el cambio que está ocurriendo en las vidas de la gente —un cambio imprevisto, un cambio abrumador más allá de los parámetros normales de la vida.

Quizá vuestra vida ha estado cambiando interna y externamente como en preparación para algo grande que tendríais que servir y de lo que tendríais que ser parte. Si esta es vuestra experiencia, entonces podéis estar seguros de que os estáis preparando para el nuevo mundo, aunque sea inconscientemente.

Dios os ha dado el Conocimiento para guiaros y prepararos, pero el Conocimiento funciona bajo la superficie de la mente en donde la gente vive. Es una mayor inteligencia, que está discerniendo el movimiento del mundo y está respondiendo al Creador.

La Nueva Revelación de Dios hablará a esta parte de vosotros más que a vuestro intelecto, porque esta es la parte de vosotros que nunca ha dejado a Dios. Por tanto, es la parte de vosotros que puede responder verdaderamente. Es la parte de vosotros que es sabia y carece de conflictos. No tiene miedo del mundo, porque no puede ser destruida.

En la superficie de vuestra mente sufrís por cada pequeña cosa y tenéis grandes ansiedades sobre vuestro futuro y bienestar —siempre temiendo la pérdida futura, siempre temiendo las cosas innumerables que pueden ocurriros a vosotros o a aquellos que os importan.

¿Cómo podríais saber alguna vez algo a este nivel tan lleno de miedo y ambición, que es tan fácilmente distraído, tan fácilmente manipulado, tan fácilmente controlado, tan fácilmente dominado por las opiniones y la determinación de otros?

El shock del futuro será tal porque no estáis preparados. No habéis prestado atención. Habéis estado obsesionados con otras cosas de poca o ninguna importancia. Habéis estado atrapados en los asuntos del día y en vuestros propios sentimientos, memorias y pesares, inconscientes del mundo a vuestro alrededor.

Con preparación no hay shock. Solo hay confirmación. Incluso aquello que es chocante no os abrumará. Os sorprenderá y os consternará tal vez en el momento, pero no os sobrepasará. No os dejará paralizados, rígidos de miedo, sin tener idea de qué hacer. Cuando el barco comience a inclinarse y se llene de agua estaréis preparados. No os quedaréis inmovilizados. No os hundiréis con el barco.

Dios os ha dado el poder para salvaros, no solo de calamidades en el mundo, sino de todo desastre y error de cálculo que podáis cometer y experimentar por el camino.

Podéis rezar a Dios pidiendo muchas cosas —pidiendo protección, ventajas, un resultado feliz—, pero Dios ya os ha entregado el mayor regalo posible. Pero si este os es desconocido o lo resistís o lo desatendéis, ¿qué más puede hacer Dios por vosotros?

Dios no dirige los asuntos del día. Dios no está moviendo la sangre por vuestras venas. Dios no está instigando los vientos o ajustando la temperatura. Este es un mundo de eventos en cadena. No tiene un orden aparente.

Las fuerzas del mundo —las fuerzas geológicas y biológicas— fueron puestas en marcha en el principio del tiempo. Ellas se mueven por su cuenta. El grado en que la humanidad ha turbado el delicado equilibrio de la Tierra producirá grandes eventos y está produciendo grandes eventos incluso en este momento.

¿Pero quién está prestando atención? ¿Quién se da cuenta de la causa y el efecto? ¿Quién está escuchando al poder y la presencia que reside en su interior?

La gente vacila entre la excitación y el temor. Buscan el amor como una especie de escape e intoxicación para librarse de la constante carga y sombra del miedo y el pesar, mientras que el verdadero amor sigue siendo un misterio para ellos —el verdadero amor que emana del Conocimiento.

El mundo, en su gran cambio, puede serviros si os acercáis a él correctamente. El shock del mundo puede prepararos. Puede sacaros de vuestros sueños de felicidad y desastre. Puede traeros a vuestros sentidos. Puede apelar a vuestras fuerzas y a vuestra determinación, y muy ciertamente a vuestra compasión por la gente.

Estáis entrando en la era de la responsabilidad y la cooperación humanas. Debéis ser parte de esto, o de lo contrario vuestra vida será desperdiciada. Vuestra vida siempre estará amenazada.

La gente quiere retirarse a una especie de felicidad lánguida, sin ninguna preocupación, pero cuando ves esto eso resulta patético. Es triste. No hay inteligencia. No hay inspiración. No hay honestidad. No hay una verdadera conexión con otros. No hay servicio o contribución. Ellos se han salido del sentido de la vida en su vida de constante reposo.

Esto no es para vosotros. No hicisteis el largo viaje a este mundo y pasasteis las fases de crecimiento y desarrollo como personas —con todas sus dificultades— para simplemente ser puestos a pastar en alguna parte.

Aquellos que os enviaron al mundo cuentan con vuestro desarrollo y vuestra preparación. Ellos saben que eso será la fuente de significado, felicidad y contento en tu vida.

La riqueza se desvanecerá en este mundo. Mucha gente la perderá. La necesidad humana crecerá tanto que llamará a la gente en todas partes a servir y a participar.

El barco está ya haciendo aguas. Está ya comenzando a inclinarse hacia un lado. Aquellos que lo saben están siendo llamados a responder, a prepararse y a ver dónde su contribución puede aportar el máximo beneficio.

El shock futuro sucede para ellos ahora mismo —el shock de la toma de consciencia, el shock de tener que apuntar vuestra vida en otra dirección, el shock de comprender el poco significado y propósito que ha habido en vuestra vida previamente y cómo os habéis perdido, cómo habéis desperdiciado vuestro tiempo y vuestra valiosa energía en cosas de poca o ninguna promesa.

Este es el shock del futuro, el shock futuro, ocurriendo en este momento a medida que comenzáis a prestar atención y a responder a las señales del mundo.

Dios está llamándoos mediante estas señales. Dios no os está llamando a retornar a vuestro estado celestial, sino a entrar en el mundo con el propósito por el que habéis venido.

Esto cambiará vuestros valores y vuestras prioridades. Esto cambiará lo que buscáis en otros. Esto cambiará lo que valoráis en vosotros mismos. Esto cambiará vuestra relación con el tiempo. Esto cambiará vuestra experiencia de las relaciones. Esto cambiará vuestra relación con vuestra mente y vuestro cuerpo. Esto cambiará vuestra relación con todo. Eso es el shock.

Una vez hayáis doblado esta esquina, si podéis doblarla, seréis capaces de afrontar casi cualquier cosa. Y aunque podéis experimentar shock y consternación en el momento, ello no os vencerá. El Conocimiento se volverá vuestra fundación, y este no resulta impactado por el mundo. Ni siquiera es del mundo. Está aquí para servir al mundo.

En la superficie de vuestra mente continuaréis sufriendo por cosas, pero serán cosas de mayor importancia y significado, cosas de mayor sentido y consecuencia, en vez de pequeñas cosas sin futuro ni destino.

Vuestro amor será auténtico en vez de ilusorio. Se dirigirá a gente que realmente puede participar con vosotros, en vez de dirigirse a aquellos con los que no tenéis futuro ni destino.

Dios está llamándoos a responder, tanto dentro de vosotros como a las señales del mundo. Para ver las señales debéis estar mirando y prestando atención, no solo aquí y allá, sino de manera continua. Como los pájaros en el aire y los animales en el campo, estáis observando vuestro entorno. Necesitáis hacer esto tanto como ellos lo necesitan.

Todo lo que valoráis —vuestro futuro, la gente que os importa, incluso vuestra propia vida— dependerá de esto. No se trata de mirar con miedo. No se trata de vivir en un estado de agitación. Se trata de mirar con ojos claros, con el poder y la presencia del Conocimiento.

Eso marcará toda la diferencia respecto a si podéis ver o no y respecto a si podéis contemplar el mundo con temor y ansiedad o con certidumbre, compasión y determinación.

Vuestra primera relación y vuestro primer compromiso los tenéis con el Conocimiento, porque este es vuestra relación y vuestro compromiso con Dios. Si vuestra relación es auténtica y no está llena de vuestras propias ambiciones e ideas, entonces tendréis una fundación que os permitirá ser una fuente de fuerza, propósito y consuelo para otros. La necesidad de consuelo en este momento es tremenda y está creciendo con cada día que pasa.

Dejad que los tontos sean tontos. Dejad que los ignorantes sean ignorantes. Dejad que los que se autoengañan se autoengañen. Dejad que los que están perdidos en sus opiniones estén perdidos en sus opiniones. Buscad a los que pueden responder. Buscad a los que pueden salir del barco. Buscad a vuestros verdaderos aliados, porque ahora necesitaréis compañeros fuertes. No podéis estar circunscritos por los que son débiles de mente y por los que están demasiado asustados para proceder.

Esto lo cambiará todo para vosotros, tal y como debe cambiar, tal y como necesita cambiar. Es la bendición del cambio, Es la dificultad del cambio. Es lo que os hará fuertes y poderosos. No penséis que será fácil, porque no será fácil. No penséis que ocurrirá inmediatamente, porque se trata de un proceso de muchas fases y pasos. No penséis que ya estáis allí, porque no sabéis lo que tendréis que afrontar.

El shock del futuro está con vosotros ahora. Los sabios ven antes de que los eventos ocurran y se preparan en consonancia. Ellos no esperan a ser tomados en el último momento. Ellos ven las señales del mundo. Determinan el cambio en el tiempo atmosférico, en la atmósfera, en el movimiento de las cosas y en la respuesta no solo de la gente, sino de las criaturas de la naturaleza. Ellos están observando.

Los sabios no están perdidos en sus pasatiempos o en sus romances o en sus obsesiones, solo para ser sobrepasados en el último momento. Ellos no siguen a las creencias de la mayoría. No siguen lo que los líderes del gobierno o la religión les dicen. No siguen a las opiniones comunes, porque la gente está ciega y no está prestando atención. Ellos no temen afrontar desafíos y dificultades, y por tanto no se tranquilizan a sí mismos con falsas suposiciones. Ellos no toman sus indicaciones de los débiles y los temerosos.

El regalo de Dios es para todos. El poder del Conocimiento es para todos, ¿pero quién puede responder? Los regalos del Cielo son para todos, incluso viviendo en un mundo difícil y calamitoso, ¿pero quién puede recibirlos? ¿Quién puede cambiar su vida y su perspectiva para estar en posición de experimentarlos?

Aquí, incluso el shock del futuro es un regalo —un tremendo regalo.

Despertar de la miedosa separación de uno mismo es un evento tremendo. Esto llama a los poderes del Cielo a vosotros que estáis comenzando a despertar.

Dejad que el Conocimiento sea vuestro guía y dejad que el mundo os diga a dónde está yendo y qué está surgiendo en el horizonte. Sed observadores. Aquietad vuestra mente. Dejad a un lado vuestros deseos y vuestro constante miedo tomando los Pasos al Conocimiento. Recibid la Revelación, el Nuevo Mensaje para la humanidad. Estáis benditos incluso por saber de esto.

Estáis benditos por escuchar Nuestra Voz. Estáis benditos por recibir el shock. Estáis benditos incluso por decepcionaros, porque esta decepción puede liberaros del pasado. Estáis benditos por ser liberados. Estáis benditos cuando la gente os deja. Estáis benditos cuando las cosas se desmoronan, porque ello prepara el camino para una nueva vida y un mayor compromiso y relación con lo Divino, con vosotros mismos y con los demás.

Este es el mundo que habéis venido a servir, y nada sino este servicio os dará un verdadero significado y unas verdaderas relaciones. Comprendedlo y encontraréis el secreto y la clave para una mayor felicidad, un mayor significado y un mayor propósito que esperan a ser descubiertos.