La historia del Mensajero


Como le fue revelado a
Marshall Vian Summers
el 23 de mayo de 2011
en Boulder, Colorado, Estados Unidos

Texto original: The Story of the Messenger

Escucha el audio original aquí (en inglés):

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Lo que estás leyendo en este texto es la transcripción de la voz original de la Asamblea Angélica hablando a través del Mensajero Marshall Vian Summers.

Aquí, la comunicación original de Dios, que existe más allá de las palabras, es traducida al lenguaje y el entendimiento humanos por la Asamblea Angélica que supervisa el mundo. La Asamblea después entrega el Mensaje de Dios a través del Mensajero, tras lo cual es transcrito y puesto a tu disposición y a disposición de todos.

En este extraordinario proceso, la Voz de la Revelación está hablando de nuevo. La Palabra y el Sonido están en el mundo. Que puedas ser el receptor de este regalo de Revelación y puedas estar abierto a recibir su Mensaje único para ti y para tu vida.




Nota a los lectores:
Esta traducción fue provista a la
Society por estudiantes del Nuevo Mensaje que se han ofrecido voluntariamente a traducir el texto original en inglés. La publicamos en esta forma inicial para que todo el mundo tenga una oportunidad de interactuar con una porción del Nuevo Mensaje en un su propio idioma.

Hoy vamos a contar la historia del Mensajero. Es una historia que tiene un gran poder y significado si puede comprenderse.

Porque el Mensajero no es una persona común, aunque por fuera él parece ser común. Y debido a que es un hombre humilde, no se exalta a sí mismo en modo alguno. Él no busca el reconocimiento, sino una conexión más profunda con aquellos que están destinados a encontrarle y recibir la Nueva Revelación de Dios.

En este sentido, él es discreto y permanecerá en silencio con otros. Su proclamación no es suya, sino de la Revelación, pues para eso ha llegado. Esa es su razón para estar en el mundo.

Sin embargo, en la mayor parte de su vida hasta ahora, él no era consciente de ello. Porque su llamada en la vida vino después, en el momento en que estuvo preparado para recibirla y comenzar el largo aprendizaje que necesitaría para prepararse para recibir la Revelación y después para recibir la Revelación misma.

Cuarenta años tardaría en hacer todo esto. Cuarenta años permaneciendo disponible, pisando territorio inexplorado sin un resultado asegurado, sin comprender la importancia de su esfuerzo. Cuarenta años sin otras obligaciones importantes más allá de su familia. Cuarenta años para desarrollar la confianza, la lealtad y la integridad que necesitaría para convertirse en el Mensajero.

Antes de ser enviado al mundo, la Hueste Angélica le preparó y colocó en lo profundo de su mente la conciencia y el entendimiento que más tarde traería al mundo: el Conocimiento y la Sabiduría del universo, de las razas más avanzadas del universo; una comprensión del futuro del mundo y de a dónde se dirige la humanidad en su evolución, así como de todos los grandes peligros y riesgos asociados con esto; una mayor comprensión de las relaciones humanas, que le daría una mayor madurez según se hiciera adulto en el mundo.

Todo esto fue colocado en lo profundo de él, bajo la superficie de la mente —para ser descubierto después, para emerger después y resonar más tarde con la Revelación misma—. Porque la Revelación no le sería ajena, debido a lo que se le entregó antes de venir al mundo.

Él fue enviado a una familia —una familia conservadora— que vivía en Estados Unidos, una familia que no tendría noción de su mayor destino y su mayor comprensión. Allí crecería con un mínimo de influencias del mundo, aislado y protegido de las tragedias y la corrupción del mundo a su alrededor. Crecería en una familia con dos hermanos mayores y un padre enfermo, un padre que de otro modo habría tenido una influencia indebida sobre él. Se estaba preparando el terreno para que algo emergiera en un futuro lejano.

Él pasaría por la escuela, graduándose en la universidad, y la única conciencia que tendría es la de tener un propósito y un destino mayores y muy inusuales en el mundo. Él fue refrenado de entregarse a cualquier carrera profesional o a cualquier relación, refrenado de comprometer su vida antes de que pudiera producirse la Revelación.

Durante este período, él aprendería mucho sobre la condición del mundo y sobre las relaciones humanas. Él conocería a muchas personas y hasta cierto punto probaría los dolores y placeres de este mundo, pero siempre retenido por algo más grande.

Para esto, tendría que aprender a confiar en que no estaba perdiendo o desperdiciando su vida. La Presencia estaba con él solo lo necesario para poder mantener su verdadera dirección y apuntar su vida hacia la cita sagrada que ocurriría mucho tiempo después.

Cuando tenía treinta y dos años nos presentamos a él y comenzó la iniciación, una iniciación que alteraría toda su vida. Sin embargo, debido a quien era y a lo que había recibido, la resonancia estaría ahí. Nuestra presencia y Nuestro propósito no le serían ajenos —solo impactantes, nuevos e inciertos.

Un año más tarde se reuniría con su gran compañera, su esposa, que viajaría con él a través de todos los años difíciles de formación que se requerirían para prepararle para su papel mayor en la vida. Su hijo llegaría poco después, y también él tendría un destino mayor con su padre.

Otros se unirían a él al comenzar su larga preparación. Sin embargo, no todos ellos serían capaces de quedarse con él. Algunos fallarían y se saldrían del camino, o bien solo podrían proporcionar apoyo por un tiempo muy corto. Sin embargo, sus verdaderos compañeros comenzarían a llegar a medida que él hiciera progresos en su preparación.

Cuando tenía cuarenta años le fueron dados los Pasos al Conocimiento, la gran Enseñanza de la Revelación, el Libro de Prácticas. Él sería preparado para recibirlo en muy poco tiempo, en circunstancias extraordinarias. Esto daría comienzo a otra etapa de su preparación para ser el Mensajero.

Pero incluso a esta edad él no sabía todavía de su destino y su futuro papel, porque estas cosas no pueden revelarse demasiado pronto, o la persona puede aterrorizarse o abrumarse y retirarse o huir. Por tanto, la toma de conciencia de su destino y su importante papel en el mundo se daría solo gradualmente, a medida que él progresara.

Durante este tiempo, él trató que otros fueran con él en su inexplicable viaje, pero pocos podrían unírsele más allá de su esposa, su hijo y otras pocas personas. Porque ¿quién puede recorrer el camino del Misterio y mantener en el proceso su salud, su bienestar y su estabilidad en el mundo?

Para que Marshall pudiera convertirse en el Mensajero, tendría que tener un pie en ambos mundos. [Por una parte,] un pie en el mundo real de las interacciones y las relaciones humanas y las dificultades y complejidades de las relaciones entre las naciones. Tendría que ver cosas que eran muy preocupantes. Él no podía esconderse en un mundo preferencial, creyendo solo cosas felices, hermosas o espirituales.

[Por otra parte,] tendría que tener un pie en el Misterio, profundamente anclado allí, de modo que los desafíos y las tentaciones del futuro no lo sacaran de su papel y su propósito.

¿Quién en el mundo puede entender estas cosas? ¿Quién en el mundo ha conocido en su vida al Mensajero o puede comprender el misterio y el poder de su presencia en el mundo?

Muchas personas simplemente quieren cosas del Mensajero —milagros, dispensas, favores—. Ellos quieren ser curados. Quieren ser bendecidos. Quieren ser enriquecidos. Quieren ser rescatados. Quieren ser salvados. No les importa quién es él, siempre y cuando pueda proporcionarles estas cosas, y entonces ellos creerán, pero solo para recibir, ya ves.

Su viaje, por tanto, sería en solitario, aislado, fuera del alcance hasta de aquellos que habían sido enviados para que lo acompañaran, para que le ayudaran.

Él tendría que vivir en dos mundos, uniendo dos realidades que son muy diferentes entre sí. ¿Quién puede hacer esto sin perder la cabeza, sin romperse en pedazos, sin ser seducido por fuerzas más oscuras en el mundo o ser superado por la tragedia, la pérdida y la privación? Ha sido un largo camino, un camino muy difícil y con muchos peligros, pero el Mensajero ha llegado a su destino.

Le ha llevado más de veinticinco años recibir la Revelación; es así de grande. Es la mayor Revelación que se ha dado jamás a este mundo, porque el mundo ahora es un mundo alfabetizado, un mundo de comunidades humanas y una comunidad mundial, un mundo de transportes, infraestructuras y comunicaciones globales.

Aquí no te estás preparando para vivir una dulce vida pastoral en algún lugar. Te estás preparando para un mundo en declive, un mundo de recursos en disminución y creciente agitación económica y política, y estás encarando la realidad de la vida en el universo —una realidad que plantea riesgos, peligros y oportunidades que la humanidad aún no ha reconocido­.

Estas son cosas sobre las que el Mensajero ha sido preparado para hablar, porque forman parte de la Revelación, tal y como forman parte del destino de la humanidad —un destino que todavía pocos en el mundo pueden ver claramente sin distorsión o preferencias personales.

El Mensajero parece normal. Él es un hombre humilde. Él no va a afirmarse personalmente a sí mismo. Pero en su interior está el misterio y el poder de la Creación, así como el puente entre este mundo y la Presencia Divina que supervisa este mundo.

Él es en parte uno de Nosotros y en parte uno de vosotros. Él tiene que mantener ambas realidades y ser el pastor que guie a las personas hacia las alturas de la montaña que han de ascender.

¿Es él tan grande como los grandes Emisarios del pasado? Solo el tiempo y las circunstancias lo dirán. Él mismo no proclamará esto, como ves, porque nunca se escoge a los ambiciosos. Los que buscan la su propia glorificación nunca reciben un papel mayor que desempeñar o Mensajes mayores para la humanidad. Solo aquel que es renuente, honesto y autorreflexivo podría ser elegido para un papel tan alto y significativo.

Porque solo hay un Mensajero en el mundo, y este Mensajero será el Mensajero para este tiempo y los tiempos que vendrán. Nadie más afirmando esto para sí mismo puede traer la Revelación. Nadie más puede recorrer el viaje que el Mensajero ha tenido que recorrer.

Otros darán regalos importantes allí donde se necesitan, y en última instancia todo el mundo está destinado a hacerlo, porque eso forma parte del propósito de cada persona. Todo el mundo es un conducto para una Presencia y un Poder mayores. Pero solo hay un Mensajero cuyo Mensaje alterará el curso de la comprensión humana y hablará del gran cambio que modificará el curso del destino y la evolución humanos.

Sin el Nuevo Mensaje de Dios, la humanidad caería en graves conflictos y un estrepitoso declive, volviéndose vulnerable a los poderes extranjeros que ya están en este mundo para ganar aquí influencia y autoridad. Las personas no se dan cuenta que están frente al precipicio, no solo de un gran cambio sino también de la subyugación.

Esta es la Oscuridad Mayor en el mundo, una Oscuridad Mayor de la que muchas personas tienen demasiado miedo para incluso pensar en ella. Pero es algo para lo que la humanidad debe prepararse, y es por eso que Dios ha entregado una Nueva Revelación.

Un nuevo Profeta ha venido al mundo. Júzgalo cuanto puedas. Exáltalo o niégalo. Llámalo grande o llámalo otras cosas. La estimación de las personas no tiene nada que ver con la realidad. Porque lo que la gente quiere y lo que Dios sabe no es lo mismo. Lo que las personas piensan y dónde está yendo el mundo no es lo mismo.

El Mensajero será negado. Será ridiculizado. Otros le atacarán. Otros se sentirán amenazados por su presencia y sus proclamas —no porque él esté equivocado, sino porque no pueden afrontar el hecho de que Dios haya hablado de nuevo—. Ellos no tendrán el coraje o la humildad necesarios para reconsiderar su posición, sus ideas o su inversión previa en sí mismos.

Este es el desafío de encontrarse con el Mensajero. Él trae toda una nueva realidad con él, en él, alrededor de él y a través de él, una realidad que la humanidad como colectivo aún no es suficientemente madura para enfrentar. Solo [algunos] individuos estarán preparados para él, porque han sido preparados a través de su experiencia de vida, a través de la desilusión, la decepción y otras cosas.

Hay muchas personas esperando a la Nueva Revelación. Ellas deben saber del Mensajero, porque él es la demostración de que el Poder y la Presencia han llegado al mundo de nuevo.

Para ver esto, debes mirar con ojos despejados. Debes escuchar.  Debes escuchar de una manera más profunda. Debes permitir que responda el poder del Conocimiento, la inteligencia más profunda dentro de ti.

Porque si juzgas al Mensajero basándote en ideas o en tus propias proyecciones de miedo y culpa, tú no verás y no sabrás.

Si no puedes recibir la Nueva Revelación de Dios, entonces ¿qué puede realmente hacer Dios por ti? Si no puedes seguir lo que Dios ha puesto dentro de ti para guiarte, el poder y la presencia del Conocimiento, ¿qué más puede hacer Dios por ti o por el mundo?

Hay incontables mundos en el universo, mundos habitados. Este es solo uno. El Señor de este mundo es el Señor de todos los mundos. El universo que estás encarando no es humano, y es por eso que tus nociones del Cielo e Infierno son tan incorrectas, tan limitadas y realmente patéticas. Llevarte a la Comunidad Mayor representa parte del propósito del Mensajero y la Nueva Revelación.

El Mensajero se enfrenta a una tarea monumental. Él solo no puede llevar la Revelación al mundo. Se requerirá la participación, la contribución y la comunicación de muchos otros que le puedan ayudar de esta forma.

La Revelación se ha dado con su propio comentario, y se ha dado con tanto detalle y repetición que no dependerá tanto de la interpretación humana como dependieron los Mensajes anteriores que se dieron a la humanidad. Trae consigo la comprensión de la espiritualidad al nivel del Conocimiento —el Conocimiento y la Sabiduría de la Comunidad Mayor—, una preparación para un mundo nuevo y en declive, una gran enseñanza sobre las relaciones humanas y la responsabilidad y lo que las naciones deben saber para cooperar entre sí frente al gran cambio que se avecina.

Esto no es la filosofía de un hombre. Esto está más allá de la filosofía. No está asociado con ninguna religión mundial. Es el comienzo de toda una nueva comprensión. Esto no es un rechazo o reacción a las religiones del mundo. Es un Nuevo Mensaje de Dios.

El Mensajero está en el mundo. Él no estará en el mundo por un tiempo muy largo en el futuro, y es por eso que aquellos que tienen esta gran oportunidad deben reconocerle.

Su vida ha sido inexplicable. Su presencia es inexplicable. Debes mirar con ojos despejados y escuchar de una manera más profunda para reconocer estas cosas. La carga entonces está sobre el oyente, sobre el beneficiario.

El Mensajero ha recibido casi toda la comunicación. Es suficiente para durar durante generaciones y siglos. Porque nadie puede decirte cómo prepararte para el nuevo mundo. Nadie puede decirte cómo prepararte para una Comunidad Mayor de vida inteligente —un entorno competitivo en una escala que ni siquiera puedes imaginar—. Nadie puede hablarte de la mente más profunda. Nadie puede proveer la Nueva Revelación.

Las Revelaciones se dan siempre a una persona, así no hay confusión. No hay versiones diferentes. No hay competencia entre diferentes individuos que hacen la misma afirmación y proclamación. Lo que puede traer una nueva conciencia y realidad al mundo es siempre un individuo con la ayuda de algunas personas valientes.

Cada época tiene sus profetas, pero los Mensajeros solo vienen de modo infrecuente para alterar el curso de la comprensión, la conciencia y el destino humanos.

Verás que el Mensajero será juzgado, que será condenado. Otros se propondrán destruirlo. Aprende las lecciones del pasado en este sentido. Él no está aquí simplemente para sacrificarse a sí mismo para que otras personas puedan crear una historia sobre él. Él tiene su propia historia —la historia del Mensajero— una historia que él es demasiado humilde para contar, una historia que debe revelarse a todos los que puedan escucharla y entenderla.

Las personas quieren que el Mensajero sea muchas cosas, para satisfacer sus deseos, sus creencias y sus preferencias. Pero el Mensajero ha sido preparado por un Poder Mayor y enviado por la Divinidad para estar en el mundo de acuerdo con un Plan y un destino Mayores.

Ten cuidado entonces en cómo te acercas a este raro y significativo individuo. Ten cuidado con tus expectativas, tus creencias, tus ideas preconcebidas, tus juicios y tus quejas. Pues todas estas cosas pueden impedir que veas quién es él y lo que puede ofrecerte a ti y a todo el mundo.

Que la Bendición le acompañe. El Poder y la Presencia están con él.

Él es falible. No es perfecto. Él se enfrentará a muchas dificultades. Es lo que está en él, con él y a través de él lo que es perfecto. Su vida es un vehículo para esto, como también tu vida es un vehículo para algo importante. Pero él es la semilla de un futuro mayor para la humanidad, de una nueva comprensión de vuestra existencia dentro de una Comunidad Mayor de vida y del gran punto de inflexión que la humanidad está empezando a experimentar.

Deja que esta sea tu comprensión, pero no llegues a conclusiones, pues la conciencia del Mensajero está solo empezando.