La Llamada


Como le fue revelado a
Marshall Vian Summers
el 1 de abril de 2011
en Boulder, Colorado, Estados Unidos

Texto original: The Calling

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Lo que estás leyendo en este texto es la transcripción de la voz original de la Asamblea Angélica hablando a través del Mensajero Marshall Vian Summers.

Aquí, la comunicación original de Dios, que existe más allá de las palabras, es traducida al lenguaje y el entendimiento humanos por la Asamblea Angélica que supervisa el mundo. La Asamblea después entrega el Mensaje de Dios a través del Mensajero, tras lo cual es transcrito y puesto a tu disposición y a disposición de todos.

En este extraordinario proceso, la Voz de la Revelación está hablando de nuevo. La Palabra y el Sonido están en el mundo. Que puedas ser el receptor de este regalo de Revelación y puedas estar abierto a recibir su Mensaje único para ti y para tu vida.


Vivir en un tiempo de Revelación y que esta Revelación se te presente es un evento monumental. Tan grande será que cambiará tu vida, tu pensamiento, tu percepción y tu comprensión de ti mismo, del mundo y de tu destino. Incluso si rechazas el Nuevo Mensaje y lo pones en duda, aun así cambiará tu vida.

No puedes encontrarte con algo de esta magnitud y no ser impactado en tu vida. No puedes llegar a una Revelación, de la talla de las que solo se dan cada cientos de años, sin que tenga un gran impacto sobre ti.

Sin importar cómo puedas responder en el momento, ella llegará más profundo dentro de ti, a un lugar que quizá apenas conozcas, a una parte de ti mismo que solo has experimentado en momentos de claridad y gran sobriedad. Ella hablará a través de los Antiguos Pasillos de tu mente.

Si la estudias, la lees y sigues su dirección, comenzarás a escuchar y ver cosas que no has oído ni visto antes. Tendrás una mayor visión y una comprensión más global, una comprensión que no es meramente egoísta y autogratificante, sino algo que puede hacer frente a la realidad y que puede apreciar tu presencia en el mundo en este momento.

Si este no fuera un Nuevo Mensaje de Dios, podrías tratarlo solo al nivel de las ideas. Podrías tratarlo como una teoría. Podrías tratarlo como una filosofía. Podrías tratarlo solo como otra enseñanza. Pero es mucho más grande que eso.

Es por eso que, si respondes totalmente, tendrá un impacto en tu vida. Está destinado a tener un impacto en tu vida.

Eres llamado a recibirlo, a estudiarlo y a aprender de él. Solo así comprenderás su validez y su gran relevancia para el mundo que ves hoy y el mundo que tendrás que encarar en los tiempos futuros —el gran cambio que está viniendo en el horizonte y que toda la humanidad tendrá que encarar, las grandes pruebas y las grandes oportunidades que os esperan.

Encontrar la Revelación de Dios es algo grande, más grande que tus ideas, más grande que tus creencias, más grande que vuestras instituciones, mayor incluso que las ideas y las creencias de tu nación, tu cultura o tu religión. Porque estas son principalmente invenciones humanas.

Pero ahora estás encontrando algo que no es fruto de la imaginación o la creatividad humanas. Sabrás que esto es verdad debido al impacto que tendrá.

Viene de tu Fuente —el amor más grande de tu vida, la Fuente de tu vida, la Fuente de tu naturaleza más profunda, la Fuente de tu propósito para estar en el mundo, el cual todavía permanece desconocido para ti y sin realizar.

Esta es la respuesta a las grandes oraciones pronunciadas en los últimos tiempos y a lo largo de la historia pidiendo paz, liberación, sabiduría y fuerza.

No puedes darte este Poder Mayor a ti mismo, aunque muchos lo han intentado. Debe serte otorgado por una mayor Fuente —una Fuente que desafía la definición, una Fuente que no puede ser conceptualizada o comprendida con el intelecto.

Porque el Creador vive más allá del ámbito del intelecto, y la Creación con él. Solo puedes comprender tus circunstancias inmediatas y la secuencia de eventos, pero más allá hay una Realidad Mayor, mucho mayor de hecho.

El Nuevo Mensaje requiere cosas de ti. Requiere que respondas. Requiere que estudies y seas paciente y no llegues a conclusiones prematuras, que no sigas tus prejuicios, tus enfados y tus resentimientos. Te pide explorar, no solo creer, porque la creencia es débil. No es suficientemente sustancial.

Necesitarás una mayor base dentro de ti para encarar un mundo cambiante y encarar todo lo que la humanidad debe encarar en este tiempo de Revelación.

Esto no es solo un regalo para ti personalmente. Está destinado a fluir a través de ti a otros. Si vas a recibir, entonces debes dar. Debes dar testimonio de la Revelación.

Debes honrar al Mensajero. Él no es un dios y no permitirá que la gente lo adore. Pero él es el Mensajero, y no hay nadie más en el mundo que haya traído un Nuevo Mensaje de Dios aquí.

Ha pasado mucho tiempo desde que se dio una Revelación de esta magnitud. Y nunca antes se ha dado una Revelación tan completa, dada ahora a un mundo alfabetizado, un mundo de comunicaciones planetarias, un mundo de mayor sofisticación, un mundo de mayor necesidad.

Tú no te das cuenta todavía, pero es tu destino que encontraras esto. No es un mero accidente o casualidad. Es tu destino que encontraras la Nueva Revelación. Es tu destino que escucharas sobre ella.

Es una gran llamada. Pero aquello que Dios quiere y lo que las personas harán no son lo mismo.

Eres libre de responder de muchas maneras, a pesar de que esto es un regalo para ti, a pesar de que esto mantiene la promesa de revelarte tu mayor propósito y destino en el mundo y una mayor comprensión de tu vida y las circunstancias cambiantes que te rodean.

Dios no puede controlar tu respuesta. Dios no puede controlar tus pensamientos, tu sufrimiento, tu confusión, tus admoniciones, tus fervientes creencias, tus quejas, tus comportamientos autodestructivos, tus malas decisiones y errores.

Esto se debe a que estás viviendo en la Separación. Pero hay una parte de ti que nunca se ha separado de Dios, y es a ella a la que el Nuevo Mensaje hablará dentro de ti, una parte de ti que solo puede responder. Es la cosa más natural del mundo. Es tu propósito y tu destino.

Si recibes el Nuevo Mensaje, entonces debes compartirlo con otros. Y tienes que traerlo a tu vida y aplicarlo en ella lo mejor que puedas, y buscar a otros que estén haciendo lo mismo, para que puedan ayudarte a fortalecerte y a traer equilibrio y propósito a tus asuntos.

No puedes disputar un Nuevo Mensaje de Dios. Solo parecerás ser un necio ante los Poderes Mayores si lo haces.

Tendrás muchas preguntas que no puedes responder y muchas preguntas que en realidad no pueden responderse por algún tiempo.

Debes reconocer que esta es una involucración mayor. No es una búsqueda intelectual. No es un pasatiempo o una afición. No está aquí para darte placer, comodidad y seguridad. Está aquí para llamarte a un mayor servicio a un mundo cuyas necesidades están aumentando con cada día que pasa.

Tu obligación se debe a que tienes un mayor propósito para estar aquí —un propósito que no inventas y no puedes inventar, un propósito que aún no te ha sido plenamente revelado, un propósito que es diferente de tus deseos, tus preferencias y tus ideas sobre tu vida.

Estás obligado porque fuiste enviado al mundo. La obligación vive dentro de ti. Es parte de tu naturaleza más profunda, una naturaleza más profunda que Nosotros llamamos el Conocimiento.

La obligación es la cima de todo estudio espiritual, en todas las religiones. Es lo que te redimirá. Es lo que transformará tu vida, tu percepción y tu comprensión, pero debe ser activada por Dios.

Tienes una responsabilidad por estar en el mundo. Eres responsable ante los que te enviaron aquí. Tienes un mayor papel que jugar. Tienes un mayor servicio que prestar.

El Nuevo Mensaje te recuerda tu mayor propósito, tus responsabilidades y el hecho de que eres responsable ante otros. Lo hace sin la amenaza del castigo o la culpa. Lo hace para restaurarte, para salvarte de tu propio remordimiento y sufrimiento, para empoderarte y redimir tu vida y llevarla al equilibrio, porque tienes un mayor trabajo que hacer en el mundo.

Solo una Nueva Revelación puede tener una llamada así. Es una llamada por todo el mundo. No es solo para un grupo o una nación, una religión o una parte de la sociedad. Está ahora empezando a sonar alrededor del mundo.

Es un humilde comienzo. El Nuevo Mensaje viene aquí como una semilla, como un niño —puro, sin corromper por el mundo, frágil, delicado, pero con el poder de la Creación tras de sí—. Siempre y cuando pueda permanecer puro y el Mensajero no sea corrompido, su pureza continuará sonando.

Tienes esta gran oportunidad de recibir un Mensaje puro, una Revelación para este tiempo y los tiempos venideros.

¿Piensas que esto es un accidente? ¿Piensas que esto ocurre por casualidad? Si es así, estás subestimando lo que aquí estás recibiendo. Y estas sobrevalorando tus propias ideas y tu comprensión.

Dios busca restaurar el poder al individuo de tal forma que aquellos que fueron enviados al mundo puedan contribuir a un mundo en necesidad. El futuro del mundo depende de esto.

Tu papel será humilde. No conseguirás gran atención ni elogios. Trabajarás detrás de las escenas, sin fanfarria ni reconocimiento. Y al hacerlo escaparás de la prisión de tu propia mente y de todo lo que te dirige, te maldice y te retiene.

El Nuevo Mensaje será negado y disputado. Será ridiculizado. Esto siempre ocurre en el tiempo de Revelación.

El Mensajero no satisfará las expectativas de la gente, porque es un hombre sencillo y humilde. No es como un dios ni es todo poderoso, ni está lleno de encanto y carisma. Nadie con esas cualidades sería elegido para ser un Mensajero, para traer un Nuevo Mensaje de Dios al mundo.

Él no tiene ambición. Ha estado preparándose por un tiempo muy largo. Le ha llevado mucho tiempo recibir el Mensaje, porque es muy grande y completo.

Te llevará tiempo recibir el Nuevo Mensaje, porque es más grande de lo que piensas, crees y comprendes en este momento. Contiene una ventana hacia una vida mayor en el mundo y hacia el futuro y el destino de la humanidad dentro de una Comunidad Mayor de vida en el universo.

Nunca antes se ha dado algo como esto a la humanidad, pero ahora debe darse. Ahora es crucial para determinar el futuro y el resultado que la humanidad tendrá que encarar.

Por tanto, acércate a esto con humildad, y empieza a considerar que tú también tienes una vida mayor, y que no estás viviendo esa vida todavía, y que necesitas mucha asistencia y una gran Revelación para entender y hacer el viaje a esa vida mayor y para tomar los Pasos al Conocimiento y ser guiado por una mayor fuerza, un mayor coraje y una mayor determinación.

Estabas obligado antes incluso de que vinieras al mundo. Esta obligación vive dentro de ti ahora.

Las Revelaciones de Dios tienen el poder de despertar, encender e iniciar esta responsabilidad más profunda. No la rehúyas, porque todo lo que es grande y significativo vendrá de ella. Todo lo que es poderoso, todo lo que es compasivo, todo lo que es liberador, vendrá de ella.

Dios ha plantado las semillas de la redención dentro de ti, pero estas semillas deben cultivarse, y debes tener la correcta actitud y aproximación. Y la llamada debe estar ahí.

Esta es la obligación. Solo te pide que seas honesto, realmente honesto, tan honesto que puedas sentir lo que realmente sabes más allá de tus deseos, tus temores y tus preferencias. Puedes ver la verdad más allá de lo que quieres y lo que niegas.

El Nuevo Mensaje te pide que seas honesto. Cómo responderás determinará si estás siendo sincero y honesto.

No es una cuestión de en qué crees, de si esto encaja con aquello. ¿Por qué la Revelación de Dios iba a encajar con lo que piensas o crees? La Revelación no se ajusta a la especulación, las expectativas y las convenciones humanas ni a las creencias largamente establecidas, ya que es un Nuevo Mensaje de Dios y no un producto de las ideas humanas.

Está preparándote para un universo no humano. Tú no tienes idea de cómo prepararte a ti mismo para eso. Está preparándote para un mundo de recursos en declive y mayor convulsión y tensión. Tú no tienes idea de cómo prepararte para eso. Está preparándote para vivir una vida mayor. Tú no tienes idea de cómo lograr eso.

Dios lo sabe, por supuesto, y es por eso que debe darse la gran Revelación, para este tiempo y los tiempos por venir, instando a la obligación que vive dentro de las personas —para aquellos que están listos para responder, para aquellos que tienen la honestidad y la libertad internas para responder, para aquellos que no están atados por su ideología religiosa, su pensamiento cultural o la voluntad y las preferencias de los demás.

Este es el desafío de vivir en un tiempo de Revelación. Te confrontará contigo mismo —con tus fuerzas y debilidades y con las fuerzas y debilidades de aquellos a tu alrededor—. Es una confrontación con una mayor verdad y un mayor propósito.

Estate agradecido de que se te pueda dar esto, porque sin esto tantearías a ciegas en el mundo, persiguiendo sueños y placeres, viviendo siempre bajo la amenaza del miedo, la amenaza de la privación y el peso de tu propia mente —una mente que no está siendo guiada por el Conocimiento.

Estate agradecido, porque el Señor del universo está dando a la humanidad exactamente lo que necesita —no respondiendo a todas sus preguntas o satisfaciendo sus objetivos y deseos, sino dándole exactamente lo que necesita para encontrar su fuerza y proceder con una mayor cooperación y armonía en el mundo.

Has venido al mundo en este tiempo para servir bajo estas circunstancias. Este es tu tiempo, un tiempo de Revelación. Este es tu momento, un momento para ejercer una honestidad y una sinceridad más profundas.

Esto es una llamada —llamando más allá de tus pensamientos e ideas, de tus sentimientos y emociones, a una realidad más profunda dentro de ti.

No intentes comprender esto. Está más allá de tu comprensión. No lo compares con otras cosas, porque no sabes lo que estás mirando. No has explorado, vivido y aplicado el Nuevo Mensaje, así que no puedes juzgarlo con sabiduría, honestidad o sinceridad.

Este es un regalo para el mundo, pero debe darse de persona a persona. Debes dar testimonio de esto a los demás, encontrando a aquellos que están listos y dispuestos a responder. Esto es parte de tu propósito, como ves. Es parte de tu regalo. Es parte de lo que aguarda a tu reconocimiento más profundo.

Estabas destinado a vivir en un tiempo de Revelación. La Revelación está aquí. Tu destino está llamándote. Es solo una cuestión de si estás preparado o no. Solo puedes responder por ti mismo en este sentido.

No puedes determinar lo que otras personas dirán o harán. Es un desafío para ti y para cada individuo que tiene la bendición y la oportunidad de recibir una Nueva Revelación de Dios. No te preocupes de lo que otros harán, de lo que el mundo hará. Es una llamada para ti.

Solo Dios sabe cómo alcanzar la parte más profunda de ti. No puedes encontrarla por ti mismo. Solo Dios sabe cómo suscitar aquello que es tu mayor regalo y servicio. Tú no puedes hacer salir esto de ti mismo.

Solo una Nueva Revelación preparará a la humanidad para un futuro que será diferente al pasado y para encarar una mayor realidad de la vida en el universo.

Estate agradecido. Sé humilde. Sé receptivo. No necesitas creer, solo testificar y recibir, aprender y aplicar. Los regalos se harán evidentes para ti, y con el tiempo te demostrarán su relevancia y su perfección.

La humanidad no puede realizarse a sí misma. Debe tener gran asistencia. No puede prepararse a sí misma para el futuro. Es demasiado ciega y arrogante en este momento. No ve lo que está viniendo en el horizonte, porque piensa que está viviendo todavía en el pasado.

No ve que está emergiendo a la Comunidad Mayor de vida en el universo, una Comunidad Mayor que es desafiante y difícil, donde la libertad es poco común y existe mucha competencia que se ejerce con gran habilidad y persuasión.

Solo Dios puede prepararos para esto. Solo Dios conoce la historia, la mente, el alma y el corazón humanos.

Debes aceptar tus limitaciones para recibir una mayor comprensión. Esto es parte de tu llamada.

Humanidad, escucha Mis palabras. Hablamos de una realidad mayor —una mayor verdad que vive dentro de cada persona, una mayor verdad que no puede comprenderse mediante el debate o la especulación intelectual, una verdad más profunda que debéis vivir y experimentar para poder reconocerla y expresarla con claridad.

Escuchad Mis palabras, gente de este mundo. Tenéis un destino mayor en el universo, pero debéis encarar un mundo en declive. Debéis encarar las grandes convulsiones que vendrán. Debéis uniros y cooperar con mayor claridad y determinación.

Esta es la Revelación de Dios. Es una Revelación más allá de la comprensión humana. Solo podéis aproximaros a ella y empezar a aprenderla, pero nunca agotaréis su sabiduría, su claridad y su poder.