La meditación nocturna (La experiencia sagrada)


Como le fue revelado a
Marshall Vian Summers
el 8 de abril de 2011
en Boulder, Colorado, Estados Unidos

Texto original: The Night Meditation (The Sacred Experience)

Escucha el audio original aquí (en inglés):

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Lo que estás leyendo en este texto es la transcripción de la voz original de la Asamblea Angélica hablando a través del Mensajero Marshall Vian Summers.

Aquí, la comunicación original de Dios, que existe más allá de las palabras, es traducida al lenguaje y el entendimiento humanos por la Asamblea Angélica que supervisa el mundo. La Asamblea después entrega el Mensaje de Dios a través del Mensajero, tras lo cual es transcrito y puesto a tu disposición y a disposición de todos.

En este extraordinario proceso, la Voz de la Revelación está hablando de nuevo. La Palabra y el Sonido están en el mundo. Que puedas ser el receptor de este regalo de Revelación y puedas estar abierto a recibir su Mensaje único para ti y para tu vida.




Nota a los lectores:
Esta traducción fue provista a la
Society por estudiantes del Nuevo Mensaje que se han ofrecido voluntariamente a traducir el texto original en inglés. La publicamos en esta forma inicial para que todo el mundo tenga una oportunidad de interactuar con una porción del Nuevo Mensaje en un su propio idioma.

Acércate al Poder y Presencia dentro de ti. Está muy cerca, si tan solo permites que tu mente se aquiete.

La Presencia está aquí, contigo. Siempre está contigo, pues no puedes escapar de tu Fuente y la realidad de la vida.

El Creador está contigo, con la Presencia. Ven a esta Presencia. Ven a este Poder. Alíviate aquí. Confórtate. Encuentra aquí paz y fuerza, porque a esta Presencia no le amenaza el mundo y no puede ser destruida.

Ella es invulnerable, y a medida que te acerques a ella en tu experiencia, su invulnerabilidad comenzará a fortalecerte, a alentarte y a prepararte.

Mientras el mundo está en silencio, ven a aquello que es invulnerable. Esto no es tu intelecto. No es tu cuerpo físico. Es la fuente y el centro de tu ser. Es la parte de ti que nunca ha dejado a Dios.

Ven a esta Presencia y Poder. Permite que refresque tu mente. Permite que te de libertad y alivio de la constante consideración y preocupación. Porque cuando estás con la Presencia, no necesitas preocuparte por nada.

Dios te llama a ser de servicio en el mundo, y por esta razón has venido. Dios también te ha dado la Presencia.

Mientras el mundo está en silencio, ven a esta Presencia, de modo que puedas ser fuerte y tener claridad cuando el mundo no está en silencio. Frente a la turbulencia, la dificultad, el conflicto y la actividad, tú puedes recordar la Presencia.

En las horas quietas de la noche, deja que tu mente se aquiete y esté en la Presencia. Esto te dará más descanso que el sueño. Si despertaras en la noche, ven a aquello que es invulnerable.

Cuando te despiertes por primera vez en la mañana, antes de involucrarte en el mundo, toma estos momentos para estar con la Presencia. Piensa en ella. Siéntela en la atmósfera de la habitación. Escucha atento a ella. Deja que tu mente se aquiete. Deja que tu mente se involucre en la escucha.

Cuando has alcanzado el punto de descubrimiento, comenzando a descubrir tu mayor trabajo en el mundo, necesitarás que el poder de esta Presencia te de fuerza y confianza. Necesitarás su alivio, su paz, su profundidad y el poder de su relación contigo. Ella te dará coraje y una mayor determinación.

Siente la Presencia. Piensa en la Presencia. Percibe la Presencia. Usa el maravilloso instrumento que es tu mente y tu cuerpo para hacerte receptivo a la Presencia.

Tú estás en relación con lo invulnerable, lo cual significa que tienes una mayor permanencia más allá del dominio del intelecto, que está ocupado con el mundo principalmente, y más allá de tu cuerpo físico, que es tu vehículo para estar aquí.

Has venido a este mundo desde otra realidad. Tú retornarás a esa realidad para aguardar tu siguiente misión.

Esto es enteramente misterioso y está más allá de tu imaginación, porque es una realidad diferente, y tu imaginación solo puede funcionar con lo que tus sentidos reportan aquí en la Tierra. Solo las más antiguas de tus memorias pueden darte un sentimiento, una inclinación, hacia la Presencia.

En la Presencia hay voces. Hay relaciones. Está tu Familia Espiritual. Están las antiguas memorias. Hay una mayor realidad. Hay permanencia. Está lo invulnerable.

Tú no experimentarás esto a todas horas, porque la atracción es demasiado grande. Si se te diera demasiado de esta experiencia ello podría incapacitar tu estancia en el mundo; [se te da] solo lo suficiente para darte el coraje y la fuerza para seguir el camino que debes seguir aquí, en un mundo difícil.

Tú no contactarás con tu Familia Espiritual, excepto muy intermitentemente, para que puedas estar focalizado en tu propósito y tus relaciones aquí.

No experimentarás a tus Maestros excepto muy raramente. En la mayoría de los casos, ellos no se te revelarán porque lo que debe ser tu centro de atención son tus relaciones en el mundo —construir aquí tus lealtades, encontrar aquí tus aliados, encontrar a aquellos que van a ser importantes y están destinados a ser una parte de tu misión y trabajo mayores en el mundo.

Aquí la Presencia sirve como un recordatorio de por qué has venido y del poder del Conocimiento que has traído contigo.

Ven a la Presencia. Escucha Nuestra Voz. No es la Voz de un individuo, sino la Voz de una mayor asociación. Escucha Nuestras palabras. Nosotros las ponemos a tu disposición.

Deja que su poder refresque tu mente, apartando tus preguntas, apartando tus necesidades, apartando tus miedos y ansiedades durante este momento de contacto precioso.

Deja que todo sea tal y como es. Deja que el mundo sea tal y como es. Deja que tu vida sea tal y como es durante estos momentos de alivio.

No hay problemas que resolver, ni planes que hacer, ni memorias que considerar, ni gente a la que agradar.

Solo necesitas estar con la Presencia. No tienes que hacerle preguntas. No tienes que decirle nada a menos que sientas que debes hacerlo. Y si es así, está bien. Podrías compartir tus pensamientos, tus frustraciones, todo, con la Presencia, y ella simplemente será la Presencia hasta que tu mente se aquiete de nuevo.

Puedes incluso quejarte a la Presencia. Ella no te juzgará.

Solo sigue abriéndote. Permite que tu mente diga lo que deba decir. Pero luego se aquietará de nuevo, porque la Presencia no se involucra en la conversación. Lo invulnerable no está preocupado. Está aquí solo para ti en este momento precioso, un momento precioso de sagrada involucración.

Deja que todo sea tal y como es. Dios deja que todo sea tal y como es.

Es la Voluntad de Dios lo que mueve a las cosas a cambiar y a mejorar, a ser restauradas y renovadas. Eso ya está en marcha. Tú no necesitas crearlo. Ha sido creado.

Es omnipresente. Está aquí en este mundo. Está en otros mundos. Si estuvieras fuera en el espacio, a bordo de una nave en alguna parte, la Presencia también estaría allí. Estaría dentro de ti y a tu alrededor.

Incluso se estuvieras lejos de cualquier mundo en tus viajes, la Presencia estaría disponible. Incluso si estuvieras lejos de casa o estuvieras en un mundo extraterrestre, un lugar muy ajeno, la Presencia estaría ahí.

Se te dan estos atisbos y estos momentos sagrados para renovarte y reinvolucrarte con tu Fuente.

Tú no necesitas creer. No necesitas seguir la prescripción de tu religión en estos momentos. No necesitas comportarte de cierta manera. En el momento sagrado solo necesitas estar presente, abierto a recibir, abierto a la relación.

Al principio estarás asustado, ansioso y nervioso, y solo podrás experimentar la Presencia durante unos momentos. Pero según retornes y procedas, serás capaz de morar con la Presencia un poquito más de tiempo. A medida que consigas asentarte y liberarte de tu estado mental inseguro y ansioso, podrás morar con la Presencia.

La Presencia se entregará a ti, se fusionará contigo. Este es un encuentro sagrado, que no ha de discutirse con los demás, ni ha de ser analizado o especular sobre ello después, sino que se ha de mantener en reverencia, sin juicios ni evaluación.

Es un regalo incomparable, incluso si tan solo dura un instante.

Cuando el mundo está en silencio puede ser más fácil. Cuando la gran ciudad duerme y los demás no están despiertos, puede ser más fácil.

Este es tu encuentro sagrado. Estate con Nosotros. Estate con ello. Todos estamos conectados ahí.

Aquí tu experimentas una parte diferente de tu naturaleza y tu realidad que no puedes encontrar fuera en el mundo, excepto en momentos de acción desinteresada en los que experimentas la Gracia en gratitud y el reconocimiento de otros, donde experimentas la Gracia.

Esto es la Gracia —una experiencia; no una idea, un concepto o una creencia, sino esto, estar con Nosotros aun cuando vivimos en la Presencia—. Nosotros vivimos fuera de la Presencia, pero la Presencia está ahí para ti.

Ven ahora. Ven y deja que tu mente se abra y se libere. Deja que tu corazón se nutra. Deja que tu vida se renueve y se restaure, de modo que puedas retornar a tu trabajo y tus compromisos en el mundo externo.

Estate aquí ahora. Tráete a ello. Recuérdatelo.

Recíbelo, porque eres digno de recibirlo sin importar lo que puedas haber hecho o no haber hecho en tu vida. Eres digno de recibir la Gracia.

No es cosa tuya decidir de qué eres digno o no o cuál es tu valor. Tú aún no conoces tu verdadero valor, tu mayor propósito en el mundo.

Este es el regalo para ti. Así es como Dios te restaura sin abrumarte.

Así es como Dios se conecta contigo sin crear una gran confusión. Así es como Dios te nutre.

Tú ahora necesitas este alimento. Sabes que es cierto.

Ven a estar con la Gracia.

Mavran, Mavran, Couria Sy.
Ontay Lok No

Deja que el antiguo lenguaje del mundo interno te haga resonar y sonrojarte.

Deja que te golpee como si fueras una campana y ello estuviera haciéndote sonar suavemente. Deja que te atraviese como el viento a través de los tallos.

Permítete estar así de abierto a la Gracia, de modo que cuando retornes al mundo externo esta Gracia pueda pasar a través de ti a otros que están pidiéndola, buscándola y deseándola.

Mientras el mundo está en silencio en las horas quietas de la noche, ven a estar con la Presencia.

Esta es tu meditación nocturna, tu meditación para las horas de la noche —nada que buscar, nada que ganar, nada que controlar, ningún problema que resolver—. Solo estar con la Presencia es suficiente.

Cuando hayas terminado, retorna [a tus asuntos], ve a descansar, ve a hacer lo que sea necesario. Pero no especules, no evalúes y no hables de esta experiencia sagrada con otros.

Deja que crezca dentro de ti como una semilla en lo profundo del suelo. Déjala tener su propia vida en tu interior. Deja que se nutra con tu reverencia y tu discreción. Compártela solo con tu más cercano aliado y solo infrecuentemente.

El mundo no lo reconocerá. Otros serán ciegos y necios. Entiende esto.

En el mundo debes tener claridad. Debes tener discernimiento y discreción. Pero con la Presencia en la experiencia sagrada puedes abrirte completamente.

Aquello que es sagrado no tiene forma. No es un libro, ni un lugar, ni un ídolo, ni un objeto, ni una historia.

Estas cosas pueden llamarte a una mayor experiencia, pero lo sagrado está más allá de ellas. Está más allá de la comprensión. Está más allá de los sentidos. Está más allá de la creencia.

Es lo que existe antes y después de tu vida en el mundo y en todo momento mientras estás aquí.

Mantén sagrada la experiencia sagrada. Deja que sea una llama en tu corazón. Deja que te mueva en ciertos momentos a decir ciertas cosas o a hacer ciertas cosas.

Sé receptivo a su guía y recuerda al hacerlo la experiencia sagrada que te ha iniciado a una vida mayor.